Cada año se hacen infinidad de películas, por lo que es lógico que muchos de ellos pasen desapercibidos para la gran mayoría del público. Hay motivos de todo tipo para que esto suceda, desde el mero desinterés de los espectadores por saber más sobre ciertos títulos hasta la posibilidad de que esas obras lleguen a estrenarse en ciertas ciudades o que tan siquiera consigan distribución comercial en algunos países.
Algo me dice que esto último será lo que suceda con 'Nunca entre amigos' (‘Sleeping With Other People’) en España, ya que la estupenda comedia romántica indie protagonizada por Jason Sudeikis y Alison Brie es una cinta sin un gran tirón comercial -prueba de ello es que en su paso por los cines de Estados Unidos recaudó menos de un millón de dólares- y si aún no se sabe nada sobre su llegada a nuestro país, lo más probable es que simplemente se convierta en una película invisible, algo que me gustaría ayudar a evitar con este texto.
’Sleeping With Other People’, una grata sorpresa
Hollywood ha exprimido tanto la popularidad de las comedias románticas entre cierto sector del público que ha llegado a un punto en el que al menos yo no tengo demasiadas esperanzas en que logren conquistarme con una de ellas, ya sea una propuesta de corte comercial o una producción indie, pues ambas vertientes han asimilado una serie de lugares comunes un tanto molestos. No negaré que ‘Nunca entre amigos’ también cae en algunos de ellos, pero logra que pierdan trascendencia gracias a que la refrescante normalidad que transmite en todo momento.
Eso sí, esa normalidad en la que hago tanto hincapié no quiere decir que la película adopte un marcado tono realista que se cargue esa sensación de ideal propia de muchas comedias románticas. Una de las claves para ello es la fluidez que consigue Leslye Headland, guionista y directora de 'Nunca entre amigos', y que evita cualquier tipo de altibajo de interés, ya sea porque ciertas escenas funcionan mejor o porque se está prestando demasiada atención a algo -por ejemplo, el típico secundario con gancho que brilla haciendo algo diferente, aunque normalmente a costa de romper la armonía del conjunto- al ser conscientes de que eso podría ser más del gusto del público.
Esto resulta clave para que las necesarias casualidades realmente nos hagan pensar en las vueltas que puede dar la vida en lugar de verlas como una herramienta narrativa imprescindible para que el guión evolucione como lo desea Headland. También ayudan los cercanos diálogos y una puesta en escena aparentemente invisible, pero que en realidad ayuda a fortalecer los puntos fuertes del libreto, dando el espacio necesario a Brie y Sudeikis para sacar todo el jugo de Lainey y Jake.
El encanto de Alison Brie y Jason Sudeikis
Ya he comentado en alguna ocasión que hasta ahora nunca había terminado de conectar con Jason Sudeikis, y no será precisamente por haberle dado pocas oportunidades. En 'Nunca entre amigos' tenía miedo de que volviera a suceder, sobre todo cuando la acción da el salto a la actualidad y nos es presentado como un mujeriego que va de flor en flor, pero incluso ahí consigue ese delicado equilibrio para que primero caiga bien al espectador -ahí es todo un acierto ese prólogo por mucho que no termine de encajar como estudiante universitario, algo que tampoco intentan enmascarar- y que después te importe lo que pueda pasarle.
Además, Sudeikis logra esto sin grandes aspavientos, tirando de esa misma sencillez que caracteriza a la película y que solamente rompen las ajustadas aportaciones de Jason Mantzoukas, un cómico que siempre me ha transmitido más que Sudeikis y que aquí se amolda al estilo de la película, encontrando ese punto en el que te ha gustado lo suficiente como para haberle querido ver más, pero también con la certeza de que ha aportado lo que se requería de él.
Por su parte, Brie fue el primer motivo por el que me interesé en su momento por 'Nunca entre amigos', pues ya en la televisiva 'Community' me había dejado claro que es una actriz con talento y encanto, algo que también se percibe aquí, pero de una forma distinta. Uno de los puntos que podría crear más problemas en la película es su dependencia emocional del personaje interpretado por Adam Scott, pero ella consigue darle ese punto exacto de vulnerabilidad para que lo entendamos y queramos que lo supere.
Tampoco me quiero olvidar de la sorprendente química que Headland logra extraer del dúo formado por Sudeikis y Brie, el cual nos recuerda en parte a la esencial 'Cuando Harry encontró a Sally' (When Harry Met Sally), pero optando por un camino distinto, siendo ahí donde más se nota que estamos ante una producción indie y no otro giro de tuerca de Hollywood a una idea de éxito. Transmiten cercanía, son entrañables sin caer en lo empalagoso y uno realmente los ve como pareja y desean que acaben juntos. No se me ocurre mejor piropo en una cinta de estas características.
En definitiva, 'Nunca entre amigos' es una muy comedia romántica sencilla y fluida cuyo mayor logro es conseguir imprimir al relato una sorprendente normalidad que hace que te conquiste por lo inhabitual que es últimamente esto en historias de este tipo. Su mayor atractivo reside en un guión sólido realzado por una puesta en escena que sabe lo que hay que hacer para explorar a fondo sus virtudes y por un dúo protagonista encantador y entregado a sus personajes. No la dejéis de lado.
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