Hay películas que de lo malas que son terminan resultando simpáticas porque todo en ellas provoca risa. Al respecto siempre me acordaré de un subproducto titulado 'Dead Heat' protagonizado por Kiefer Sutherland y que debería entrar en los anales de la Historia por ser el bodrio más divertido que uno pueda ver. Su guión es tan malo y está lleno de tantas incongruencias y con unos diálogos tan absolutamente delirantes que uno no para de reirse en toda la película. Y no, no es una comedia. 'Skizo' podría entrar de lleno en este grupo de films ya que su visionado es una experiencia realmente gratificante, pero no porque la película sea buena, sino por todo lo contrario. La película es tan rematadamente mala que uno termina tomándosela a coña, logrando pasar un buen rato a costa de una mala película. ¿Es esto malo? Hombre, la risa nunca es mala.
El film cuenta como Gorka, un joven camarero del bar del instituto, quiere impresionar a la chica que le gusta, una hija de papá rico que en principio no se fijaría en un camarero (cuando los de esta profesión son los que más ligan en este mundo). Para ello se le ocurre la brillantísima idea de contratar a un tipo para que la asuste un poco, y nuestro protagonista aparezca en el momento oportuno para defenderla, y así ella se quede prendada de su héroe. Pero la cosa se tuerce y el asunto termina convirtiéndose en un secuestro con petición de rescate incluída y estancia en una vieja casa en medio del bosque y en la que habita un curioso personaje.
El film pretende ser un film de terror con la figura del típico psychokiller. O por lo menos lo pretende en su parte final, ya que hasta ese momento la película no es absolutamente nada. El punto de partida es totalmente increíble y ridículo, por no hablar de cómo llevan a cabo un plan que es todavía más ridículo. Los personajes apenas existen, ya que no están ni dibujados. Tenemos a un camarero con cara de lelo al que no le hace falta organizar todo lo que organiza para impresionar a una chica que ya desde el principio queda claro que está interesada en él. Vale, el guión pretende demostrar que él no se da cuenta de ese detalle fundamental, pero es que no resulta creíble en ningún momento. Luego tenemos a un niña pija y estúpida que quiere tenerlo todo. Un macarra que no sabe hablar. Y por último un enfermo de esquizofrenia muy particular, y de ahí viene el minitítulo de la película, que hasta en eso han ahorrado ya que hay una escasez de medios alarmante, aunque esto úlimo no debería ser impedimento para hacer una buena película. Lamentablemente no es así.
Uno de los mayores poblemas del film es el ridículo personaje que interpreta Óscar Jaenada, un macarra chulo que se las da de listo. Yo no sé si la intención del director era resultar gracioso en determinados momentos. Me gustaría pensar que sí, pero es que prácticamente todas las frases de este personaje están fuera de lugar y termina desconcertando. Y si había una intención de hacer comedia con respecto a este personaje, pues no hay ni un sólo gag que funcione. Todo en él es ridículo y de la risa se pasa a la vergüenza ajena. Además Jaenada está totalmente exagerado en su interpretación, y aunque los macarras hablen de la forma en la que él habla, no resulta creíble y es como un pegote que no casa con el resto del film pero que nos acompaña durante un buen rato. Y una película de estas carcterísticas debe tener ante todo credibilidad.
Respecto a Eloy Azorín decir que es un soso de mucho cuidado, y Bea Segura es muy mona pero nada más. Además ambos protagonizan unos momentos oníricos, que son de lejos lo peor de una película ya de por sí horrible. La labor de Jesús Ponce se limita a filmar a cuatro personajes, y alguno más que sale por ahí, y a intentar crear un clima de terror o de angustia que no existe. El personaje de esquizofrénico es simplemente un figurante que no da miedo ni da nada, y sobre el que el film no pofundiza ni lo más mínimo, y ahí podrían haber desarrollado una buena trama, cosa que no ocurre porque el film no sabe dónde centrarse.
Un bodrio en toda regla, y que haciendo caso de lo que decía al principio, puede hacerte pasar un buena rato si te lo tomas a coña. Si no, será un verdadero suplicio. En cualquiera de los dos casos, la oportunidad de un segundo visionado es algo que a nadie se le pasará por la cabeza.
En Blogdecine | Crítica de 'Skizo' por Beatriz