Rematamos la faena de Sitges 2018 con tres películas muy distintas entre sí, bien representantes de tres cinematografías distintas del mundo, y todas con una visión del horror autoral y diversa. Se trata de la francesa y extrema 'Tous le dieux du ciel', el pulcro y puntilloso homenaje argentino al giallo 'Abrakadabra' y la película de episodios 'Nightmare Cinema', rubricada por algunos de los grandes creadores de terror de todo el mundo.
Tous le dieux du ciel
Una pesadilla asfixiante y tortuosa que bebe sobre todo del Nuevo Extremismo Francés, de sus traumas familiares, su violencia en ebullición y sus psiques deformes, como la carne quemada y elástica de muchos de sus personajes. Quizás en una clave más intimista que otras muestras recientes del género, y buscando distanciarse del género puro, cuenta cómo un hombre asocial y desequilibrado, Simon (Jean-Luc Couchard) cuida de su hermana Estelle (Melanie Gaydos), deforme y traumatizada tras recibir un disparo en la cara por accidente. Una brutal relación de dependencia les une, al menos hasta que los extraterrestres vengan a liberarles, una utopía personal en la que él cree firmemente.
Sin un ápice de piedad, el realizador debutante Quarxx retrata una relación obsesiva y enfermiza sustentada sobre todo en la impresionante presencia física de Gaydos, que nació con una extraña mutación genética. Ella es la clave de una historia que en ocasiones discurre por el tópico de las historias de este tipo, pero que en ocasiones encuentra cierto lirismo extravagante que eleva a la película por encima de la media. En sus peores momentos, y pese a sus instantes más atrevidos, no ofrece nada que no hayamos visto antes, pero la sencillez con la que Quarxx observa una relación enferma convierte a 'Tous le dieux du ciel' en una peculiar pieza de horror de baja gradación.
Abrakadabra
Un peculiarísimo ejercicio de estilo que cierra la trilogía de clones del giallo de los hermanos Onetti después de 'Sonno Profondo' en 2013 y 'Francesca' en 2015. Se trata de una imitación rigurosa de los tics clásicos del género antes de la explosión sobrenatural comandada por Argento en los ochenta, y que llega al punto de estar doblada al italiano, con créditos en ese idioma, y con una fotografía y montaje que imita incluso los pequeños errores de raccord o fallos de sonido propios del cine de la época.
'Abrakadabra' cuenta, en uno de esos juegos de espejos entre arte y crimen tan propios del género, cómo el hijo de un mago que murió sobre el escenario comienza a verse incriminado en una serie de asesinatos que parecen usar artilugios de ilusionismo como armas. Pese a la arrebatadora simpatía de su concepto e imágenes, 'Abrakadabra' no es tan sofisticada como, por ejemplo, 'Un coteau dans le coeur', y se queda en mera réplica para iniciados. Eso sí, como juego cariñoso y homenaje a tiempos más locos para el policiaco, no tiene precio.
Nightmare Cinema
Gozosamente demodé, muy orgullosa de sus propias limitaciones y de sus innegables virtudes, 'Nightmare Cinema' llega desde otra época con un largometraje conformado por cinco historias breves y una levísima línea argumental en la que el misterioso proyeccionista Mickey Rourke regenta un viejo cine donde se proyectan historias macabras y aterradoras, especiales para cada uno de los espectadores del cine.
La suya es la historia más descuidada del conjunto y es una pena (dados precedentes como 'Historias de la Cripta' o 'Bolsa de cadáveres', donde los fragmentos del host son tan memorables como las propias historias), porque el resto de la antología brilla muy alto, recordando más a esos momentos del cine de episodios de finales de los ochenta o principios de los noventa que a los más asépticos tiempos de 'Masters of Horror'. Aquí, las historias rebosan humor, violencia y espíritu de antología clásica, y salvo algún bache, 'Nightmare Cinema' proporciona dos horas de terror de toda la vida y emociones conocidas pero disfrutonas.
Los fragmentos más notables son los más conscientes de su naturaleza: 'Mirari', una grotesca mirada a la cultura de la cirugía estética desnortada, comandada por Joe Dante; y el primero de la función, una parodia del cine slasher que arranca precisamente con el final de una película de género, y que dirige con convicción Alejandro Brugues ('Juan of the Dead'). También muy destacable es 'This Way to Egress' de David Slade ('Hard Candy'), rodado en elegante blanco y negro, muy morboso y onírico. El conjunto se completa con aportaciones algo inferiores, pero también estimables, de Ryuhei Kitamura y Mick Garris, que produce el proyecto. El resultado, sin ser absolutamente redondo, es nostálgico, tiene mala baba y deja con ganas de más estrenos con esta estructura tan resultona.
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