La cinta de Neil Burger ‘Sin límites (Limitless)’ (2011), basada en la novela ‘The Dark Fields’, de Alan Glynn, y protagonizada por Bradley Cooper, Robert De Niro, Abbie Cornish y Anna Friel, se estrena esta tarde.
Se podría definir el subgénero de ‘Sin límites (Limitless)’ como ciencia ficción yuppie. El protagonista, un escritor bloqueado, comienza a tomar una droga de diseño que le recomienda su ex-cuñado, un camello, y todas las posibilidades se abren ante él. Está basada en esa creencia errónea, pero bastante extendida, de que no utilizamos el potencial de nuestro cerebro al completo.
Este punto de partida, tirando a ridículo, puede hacer sentir un previo rechazo hacia el film. Será necesario dejar a un lado esa prevenciones para disfrutar de la película que no trata de ser más que una cinta entretenida. Afortunadamente, en este caso, a diferencia de en ‘Phenomenon’, la patraña «new age» solo se emplea como desencadenante de la acción y no como base teórica para lanzar mensajes o como proclama de una realidad. Otras cuestiones que se verán en la cinta y que escapan igualmente la credibilidad habrá que tomárselas con idéntica ligereza para garantizar el disfrute. Es decir, no se puede ir a ver ‘Sin límites (Limitless)’ con idea de encontrar eso que suele denominarse «gran cine», pero sí con mucho sentido del humor y con ánimo de disfrutar de un buen rato.
Sin límites (Limitless)’ es una celebración del triunfo, es una oda a la superación y la superioridad personal. No sé si se podría considerar individualista o si la cosa es más simple y buscarle un fondo ideológico a la historia sería presuponer demasiado de los autores. El caso es que a algunos logra tocarnos el ego y así nos proyectamos inmediatamente en el triunfador y nos contagiamos de la euforia de su ascenso como si estuviésemos en una atracción de parque. La opción gozosa de la película se deriva de aquí, de esta espiral de adrenalina, ese chute o «subidón».
De ahí y no de la inclusión escenas de acción o trepidantes, que escasean, porque no se trata de una cinta de peleas o persecuciones. Su ritmo frenético, acelerado por la banda sonora, no es físico —como lo era en ‘Crank’—, sino mental. Una cuidada fotografía con interesantes juegos, completa la total eficacia de esta droga en forma de largometraje.
Spoiler: Aprecio el desenfado de hacer que acabe triunfando, que lo logre. No solo porque va en contra de todas las consignas sobre cine aleccionador de Hollywood —el crimen siempre se paga—, sino porque se aleja de lo más previsible. Ves decaer de tal forma al protagonista, que parece que el «bajón» del efecto químico va a llegar y con él un bajón en el ritmo o interés de la película. Pero nunca ocurre. Fin del spoiler.
Los intérpretes
No es de extrañar que Bradley Cooper sea el productor ejecutivo de ‘Sin límites (Limitless)’, pues su protagonismo es apabullante, su presencia constante. Ello deriva en un producto que parece diseñado para su lanzamiento como actor, para permitirle dar un paso hacia los papeles protagonistas; lo que los anglosajones llaman un “vehículo” para el intérprete. La idea podría ser una excusa para componer un catálogo de sus registros interpretativos y una plasmación de que puede hacer un buen trabajo, debido a que la historia exige numerosas transformaciones al protagonista. Cooper no se queda corto en los cambios de aspecto y su paso por los distintos estados de la adicción siempre me resultan creíbles.
De Niro, en un papel similar a los que suele encarnar, no encontrará aquí el reflote de su carrera, pero sí una vuelta a, si bien no la sobriedad —pues eso no va con él—, a un comedimiento suficiente como para no parecer, como parece ya en muchas películas, una parodia de sí mismo. El resto de los actores están convincentes.
En conclusión, reitero que ‘Sin límites (Limitless)’ se puede considerar un film divertido, que arrastra a lomos de una montaña rusa. No es un cine que vaya a cambiar la historia, y supongo que ni siquiera uno vaya a quedar marcado en las memoria unas semanas después de su visionado. Pero, si no se analizan las cuestiones de fondo, ya sean científicas o ideológicas, se puede pasar un rato entretenido.
En Blogdecine | ‘Sin límites (Limitless)’, tráiler y cartel.
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