'Sin Destino' es otra de esas películas que nos han llegado con bastante retraso. Yo ya me había hecho con el cd de la banda sonora, obra de Ennio Morricone, con el cual colabora Lisa Gerrard, hace año y medio aproximadamente, y creía que la película nunca vería la luz en nuestras pantallas, si acaso en dvd, como ocurre muchas veces con películas que por una u otra razón no llegan a estrenarse en nuestros cines.
Basada en la obra del Nobel de Literatura del 2002 Imre Kertész, y con guión de él mismo, el film tiene bastantes toques autobiográficos del propio escritor, de cuando pasó parte de su infancia en un campo de concentración alemán en plena Segunda Guerra Mundial. De cómo dentro de dicho campo tuvo que arreglárselas para sobrevivir, teniendo para ello la ayuda de algún que otro compañero. Un paso de la niñez a la madurez totalmente obligado y en unas condiciones poco propicias.
'Sin Destino' es la ópera prima de Lajos Koltai (de quien el mes que viene veremos su segunda película como director), hasta ahora director de fotografía de un sinfín de films, como por ejemplo 'Malena' o 'La Leyenda del Pianista en el Océano', por citar sólo dos de su extensa filmografía como fotógrafo. Es por ello, que a pesar de que Koltai no se encarga del trabajo de fotografía en la presenta película, es éste un aspecto muy cuidado de la misma. Obra de Gyula Pados, nos encontramos ante una película con un trabajo de fotografía simple y llanamente impresionante, no sólo de lo mejor realizado en los últimos años, sino en décadas. La película es un continuo deleite visual, en el que cada plano parece un cuadro de una perfección absoluta, una completa maravilla.
Lamentablemente la cosa se queda ahí, Koltai se preocupa demasiado por lo visual, y se estrella prácticamente en todas las demás facetas como realizador, ofreciéndonos un producto la mar de soso y lleno de torpezas. Para empezar la absoluta falta de pasión y fuerza que desprende el film, rehuyendo quizá los momentos lacrimógenos típicos de este tipo de films que hablan sobre el Holocausto judío, quedándose bastante corto. Porque a pesar de que el director hace bien rehuyendo esos momentos, hay ciertos instantes en los que una mayor emoción no le hubiera venido mal a la película. Y cito únicamente el instante en el que uno de los presos encuentra un trozo de carne en su caldo y se lo ofrece a uno de los niños hambrientos. Un momento emotivo, pero en el que Koltai se pasa de plano. Como ése hay varios instantes en la película, y prácticamente todos están desaprovechados.
Como desaprovechado está el aspectos más interesante para mí de la película, argumentalmente hablando. Ése en el que se sugiere que una parte de la población judía no quiso creer que existieran duchas de gas y crematorios en los campos de concentración, cerrando así los ojos antes una realidad terrible. Por una vez en una película de estas características, los "malos" no son los nazis, sino la ignorancia y el miedo de los propios judíos. Un apunte realmente interesante, pero que en el film está simplemente tocado de refilón, sin cargar demasiado las tintas en ello, como teniendo miedo de levantar ampollas.
Interpretativamente hablando la película se sostiene casi todo el rato en su actor principal, el joven Marcell Nagy, que un poco inexpresivamente aguanta todo el peso de un film largo en exceso, 140 minutos, ayudándole sorpresivamente el paso de la pubertad que el propio actor tuvo durante el rodaje. Un rodaje lleno de tropiezos y dificultades, en el que incluso se acabó el dinero antes de finalizar la película. Esperando nueva financiación, el actor creció 10 centímetros y su cambio físico benefició en cierto modo a la credibilidad del personaje, sobre todo al finalizar su estancia en el campo de concentración, en el que el actor tenía ese aspecto casi mayor que requería el rol. En un breve papel secundario, como soldado norteamericano, tenemos a Daniel Craig, cuya aparición es prácticamente anecdótica.
También tenemos la banda sonora del gran Ennio Morricone, no demasiado inspirado para la ocasión, aunque por supuesto totalmente reconocible en cada una de sus notas. Y es una pena que la música haya sido otro elemento desaprovechado más, ya que ésta hubiera hecho mucho por la película, en caso de que el maestro Morricone hubiera estado más entregado.
'Sin Destino' es un flojo film, cuya asombrosa belleza visual queda apagada por una total falta de garra y entrega al tema en cuestión, y con una realización un tanto cansina, en la que para colmo abusa extremadamente de fundidos en negro, hay uno cada pocos minutos, dando la sensación de que la película está compuesta de pequeños bloques sin un sentido de la continuidad, algo que por supuesto termina cansando. Su paso por nuestras carteleras está siendo de lo más discreto, cosa que no me extraña.