Martin Scorsese estuvo filmando a los Rolling Stones a lo largo de dos días en el Beacon Theater de Nueva York, en otoño de 2006, durante su gira ‘A Bigger Bang’. Estas dos actuaciones, salpicadas con brevísimas entrevistas tomadas durante los inicios del grupo británico, constituyen 'Shine a Light', que se estrena el 4 de abril. La mano de Scorsese se ve sobre todo en el principio y, a partir de ahí, nos quedamos con el disfrute de la música. Para mí es suficiente. Será sólo Rock and Roll, pero a mí me gusta. Sin embargo, quienes no sean muy aficionados a las canciones de sus Satánicas Majestades, quizá no encuentren ningún aliciente en este film.
El cine y Scorsese están presentes en 'Shine a Light': en la realización maravillosa de un inmenso espectáculo en el que se conjuga un gran número de músicos e intérpretes. La cámara nos ofrece enormes planos muy bien repartidos y montados, que nos permiten ver la actuación como si tuviésemos una butaca preferente. El sonido está impresionantemente reproducido e incluso parece que estuviese mezclado de forma que se escuchase más al músico que está en imagen en cada momento. Por esta espectacularidad sería recomendable acudir a las salas a ver 'Shine a Light' y no simplemente alquilarla en DVD.
Es un tópico acuñado señalar la energía que desprenden grupos de sesentones, pero es inevitable repetirlo, ya que sorprende sobremanera. Resulta increíble observar cómo Mick Jagger puede moverse sobre las tablas y cómo puede sonar tan bien una banda que lleva desde los años sesenta subiéndose a los escenarios. Que han sido y siguen siendo uno de los grupos más grandes que han existido sobre la faz de la Tierra me parece indiscutible, pues incluso quienes no disfruten de su música o quienes les hayan tomado antipatía por sus últimos percances –como la caída del cocotero, el anular conciertos y giras—, no pueden negar la influencia y repercusión que han tenido.
La estructura del film es tan similar a la de un concierto, que parece que estás allí. Tal es la sensación de "meterse" dentro, que dan ganas de cantar las canciones, de aplaudir o de pedir bises. A lo largo de la cinta hacen repaso de sus canciones más conocidas, algunas con versiones que las transforman casi del todo, como 'Tumbling Dice', y también tocan temas nuevos o ajenos. Pero se guardan la artillería pesada para el final, igual que en los conciertos lo más solicitado se deja para la parte de bises. Esto llega tras un pequeño descanso para Mick Jagger en el que canta Keith Richards, que parece que aún no se hubiese quitado el disfraz de 'Piratas del Caribe III'. 'Start Me Up', canción con la que habría que comenzar y así han hecho durante una larga temporada; 'Brown Sugar', '(I Can't Get No) Satisfaction' y mi preferida: 'Paint It Black', son interpretadas, entre muchas otras.
'Shine a Light' está repleto de espontáneos estelares. Tocan junto con Jack White (del grupo The White Stripes) la canción 'Loving Cup'. Christina Aguilera canta junto a Jagger una versión irreconocible de 'In between the sheets'. Pero la intervención más interesante es la de Buddy Guy, que se marca un duelo de solos contra Keith Richards en la canción 'Champagne and Reefer'.
Otra razón para decir que la película es sólo para fans de los Rolling es que los títulos de las canciones no aparecen escritos, quizá porque Scorsese tenía la intención de distanciarse de otros conciertos grabados. Creo que sería mejor que lo hubiesen indicado y también considero que la totalidad del film se debería haber subtitulado, pues hay varias ocasiones en las que el significado de la letra hace referencia a lo que ocurre en ese momento y es necesario entenderlo. Por ejemplo, en el caso de 'Champagne and Reefer' en la que el duelo también es dialéctico a través de lo que se cantan unos a otros, o de 'Faraway Eyes', un tema country en el que Ron Wood toca una guitarra de pedales de acero. No sólo perdemos los contenidos de las canciones: hay incluso cosas que Mick Jagger dice entre tema y tema o letras improvisadas, que no forman parte de los versos habituales, que no están traducidas.
Casi todas las entrevistas que incluye Scorsese pertenecen a una época en la que los miembros de los Rolling eran muy jóvenes. En una de las entrevistas, realizada durante su segunda gira por EE. UU., parecen niños que no saben ni responder a lo que se les pregunta. Más adelante, se va insertando material de muchos otros países, de televisiones alemanas, francesas, etc… Con él, más que hablar sobre los Rolling, parece que el autor quiere demostrar lo estúpidas que son las entrevistas y cómo siempre se les pregunta lo mismo. Estos momentos hablados son tan escasos que apenas se puede construir con ellos ningún personaje o ningún discurso. Así, da la sensación de que Scorsese prefiere dejar que sea el grupo con sus actuaciones quien diga lo que tiene que decir, que se muestre a través de su música y no a través de interrogantes vacíos o que cuestionan su estilo de vida. A alguna de esas preguntas, "¿Te ves haciendo lo mismo a los 60 años?", es el propio film quien da respuesta.
'Shine a Light' es una película muy bien realizada y de enorme espectacularidad, pero que no creo que se pueda disfrutar si no se tiene afición por los Rolling Stones, incluso aunque te arrastre la admiración hacia Martin Scorsese.
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En Blogdecine | Tráiler e imágenes de 'Shine a light'.