A inicios de los 2000, Peter Jackson consiguió algo que se creía imposible: una adaptación épica, fidedigna y exitosa de 'El señor de los anillos'. Fueron casi doce horas de delirio tolkieniano, imágenes icónicas e inolvidables, personajes emblemáticos y diseños mezclados con efectos prácticos que veinte años después siguen sorprendiendo.
Tristemente, el tiempo pasa, y si 'El Hobbit' ya era la muestra de que no todo puede alargarse de manera artificial manteniendo la magia, 'El señor de los anillos: los anillos de poder' es, directamente, un fanfic que adapta las migajas del autor y que no sabe crear el ambiente adecuado en torno a ellas. No es solo que lo que vemos no tenga el tono de la literatura de JRR Tolkien ni de la Tierra Media ideada por Peter Jackson, es que se queda como un trasunto entre ambas, una serie hecha por fans a la que el dinero invertido no le salva de ser mucho más genérica de lo esperado.
Forjando otra vez la espada rota
Poco hay que rechistar al prólogo de 'Los anillos de poder': es exactamente lo que cualquiera podría soñar del regreso a la Tierra Media, incluso copiando algunos modismos de 'La comunidad del anillo'. La presentación de la historia es una pequeña maravilla que pone en contexto el resto de la serie y que deslumbra con imágenes fabulosas, luchas sin cuartel y unos personajes imperfectos, sacados directamente de uno de los libros del escritor inglés. Se te quitan todas las dudas de un plumazo. Y, sin embargo...
Nada hace presagiar que tras estos minutos de reentrada sin ambages con una apuesta absoluta por la espectacularidad, 'Los anillos de poder' caería en un agujero de tramas inconexas repletas de decenas de personajes que carecen del encanto y el carisma de cualquier momento de la trilogía de Peter Jackson. Queriendo contentar a todos los nichos posibles de audiencia, la serie de Amazon apuesta a todo. Y cuando apuestas a todo, ganas, sí, pero eliminando cualquier riesgo que te haga diferente.
Lo que hacía especial a 'El señor de los anillos' era que, en el fondo, se trataba de un proyecto suicida de Peter Jackson, que se la jugó al todo o nada ante una industria que consideraba que lo que quería lograr era una quimera. Y lo consiguió: creó algo único, original, titánico y diferente que se enfrenta frontalmente con la propuesta del streaming, que simplemente se aprovecha de una franquicia potente para tratar de salir adelante. Pero es difícil hacerlo cuando tras ella no está ni el talento de Jackson ni el diálogo de Tolkien, convirtiendo los dos episodios que hemos podido ver en una notable intentona de recrear la Tierra Media que se cae en cuanto salimos de sus espectaculares paisajes y sus escenas de acción.
No conozco a la mitad de ustedes
No niego que detrás de 'Los anillos de poder' haya habido muchísima gente poniéndole amor a cada plano, cada trama, cada personaje y cada escena de acción. Se nota, pero también que ha habido demasiada gente opinando que quizá no debería haberlo hecho, y que la mezcolanza al tratar de agradar a todos (productores, equipo artístico, futuros espectadores de cualquier target posible) no funciona como es debido. Hay una falta de rumbo fijo muy detectable que ni siquiera un director curtido como J.A. Bayona puede encauzar.
Hay una trama con y para niños, otra para que los fans de la historia enciclopédica de las novelas se queden a gusto reconociendo momentos y personajes, no falta la historia romántica, la comedia y la pequeña escena de acción cada quince minutos (para que nadie se aburra). Es un batiburrillo que no termina de centrarse en ningún momento y que, al final del episodio 2, aún no se ha encauzado, dilatando aún más el arranque real de la historia (de haberlo). Este no es un regreso a la Tierra Media por todo lo alto, como anunciaron algunas primeras impresiones: es la conversión de una saga en franquicia que ya sabe que tendrá más temporadas y no necesita más que cumplir con lo básico y mostrar cuatro o cinco planos icónicos por episodio.
Sí, hay detalles que solo los fans más acérrimos de Tolkien entenderán (en parte porque no les han dejado basarse en nada que sea mínimamente conocido o accesible), pero 'Los anillos de poder' también quiere asegurarse de que nadie se pierde en ninguna de las tramas. Para ello, las transiciones entre escenas muestran un mapa que indica hacia dónde nos vamos. Como guiño a esas noches leyendo 'El señor de los anillos' y volviendo al mapa de la primera página cada vez que iban a un lugar nuevo funciona, pero pasado el episodio piloto es una molestia. Pero el mayor problema de la serie no radica en su intento de llegar a todo el mundo a la desesperada (al fin y al cabo, con el dinero que se han gastado en hacerla, era lo que tocaba hacer), sino en los diálogos.
¿Las aventuras no terminan nunca? Supongo que no
Si en 'El señor de los anillos' no temían que cada frase sonara grandilocuente y épica, porque la historia que se estaba contando pedía esta gravedad, aquí parece que tienen miedo de asustar al público o sufrir el ridículo de redes sociales si no se le explica cada paso de la trama tres veces de la manera más coloquial posible (dentro de los estándares de la Tierra Media, claro). Esto conlleva no solo que el diálogo sea poco interesante, sino que haya demasiado, poco natural y que haga avanzar la trama muy lentamente perdiéndose en espirales sobre sí mismos y alargando el chicle. Las situaciones y los dilemas se repiten una y otra vez, más que marcando la personalidad de los personajes, machacándola.
No todo es negativo en 'Los anillos de poder': visualmente es espectacular, sin pegas. La presentación de los diferentes lugares, casi siempre con un plano general para mostrar hasta el último detalle del diseño de producción, es impresionante (aunque el recurso se desgasta rápidamente). Además, el CGI es uno de los más elaborados que jamás hemos visto en televisión, y los diseños de las diferentes razas y personajes funcionan perfectamente. Visualmente, más allá de pequeños detalles (personalmente noto cambios de tono difíciles de argumentar), es difícil ponerle un pero.
No me cabe ninguna duda de que 'Los anillos de poder', por mucho que a mí no me haya convencido, va a arrasar. Lo tiene todo para conseguirlo: una franquicia querida por todo el mundo, un apartado visual espectacular que desde el prólogo entra por los ojos, un enorme reparto con personajes nuevos y ya conocidos que dan una sensación de familiaridad y al mismo tiempo de sorpresa, la banda sonora de Howard Shore acompañando los pasos de las decenas de personajes...
La pregunta es, ¿convencerá lo suficiente como para compensar los 715 millones de dólares que se han gastado en llevarla a cabo (contando la compra de los derechos)? Amazon Prime Video sabe que se la juega con esta serie y que no puede caer en la indiferencia. La pregunta no es si va a batir récords de visionados, sino si el récord que bata será suficiente para mantener a flote el proyecto y si catapultará al servicio o, por el contrario, le hará perder millones y millones.
'El señor de los anillos: los anillos de poder' es uno de los proyectos más esperados del año, una serie a la que no le faltan momentos épicos que meter en un tráiler pero que, más allá (y juzgando por los primeros dos episodios), es una pieza de un engranaje muy bonita y desesperada por encajar pero falta de alma, magia e inocencia. Veremos hasta dónde nos lleva este regreso, algo decepcionante, a la Tierra Media. Ojalá tras el episodio ocho lea esto y después de los espectaculares paseos por Gondor y Khazad Dum no reconozca ni una sola palabra y me arrepienta, porque nada me gustaría más que volver a disfrutar con esta saga. Bienvenidos al fanfic más caro de la historia.
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