El ejército de Adar está ya preparado para el asedio, Elendil es sometido a juicio y más en '¿Dónde está él?'
Se oyen ya los tambores de guerra en 'El señor de los anillos: Los anillos de poder'. La temporada 2 de la serie de Prime Video llega a su sexto episodio y parece que ya el asedio de Eregion es inminente. Pero esto no es lo único que hemos visto en esta hora de un capítulo bastante gustoso y resolutivo: vayamos a ello.
A partir de aquí, spoilers de '¿Dónde está él?', el episodio 2x06 de 'Los anillos de poder'.
Tras una breve secuencia con Arondir (Ismael Cruz Cordova) descubriendo que los orcos tienen un mapa que los lleva, aparentemente a Eregion, donde realmente arranca el episodio es en la ciudad de los herreros elfos. Ahí, en la forja, tenemos a un Celebrimbor (Charles Edwards) desquiciado e ido al ver que se le están resistiendo los anillos para los hombres.
Inquietos por ello, Mirdania (Amelia Kenworthy) y el resto de herreros intentan calmar al elfo en vano. Será entonces cuando llegue Annatar (Charlie Vickers) quien pedirá que el maestro se quede solo. Sin embargo, será desde fuera cuando lleguen las malas noticias. Algo está bloqueando el tránsito de mercaderes y otros elfos a la ciudad. Será entonces cuando traigan un cadáver con algo escrito: "¿Dónde está él?". Annatar entiende pronto qué pasa: Adar (Sam Hazeldine) y los orcos están a punto de llegar.
De hecho, lo siguiente que veamos será a Adar, con quien intentará negociar una alianza, al menos momentánea, con su rehén más insigne: Galadriel (Morfyd Clark) usando la baza no solo de que ambos persiguen lo mismo, acabar con Sauron sino que también ha transportado el arma perfecta para ello. Un artilugio que la elfa reconoce de inmediato: la corona de Morgoth.
Mientras, a este y oeste
Por otro lado, este episodio nos vuelve a llevar al este para una actualización realizada casi más para que no nos olvidemos de ellos (pasa casi igual con la aparición de Arondir al comienzo del episodio) que porque pase algo relevante ya que la situación de la amenaza del Mago oscuro y sus hordas en el pueblo de los Fuertes no ha variado ni un ápice. Quién avanza un pelín es el Extraño (Daniel Weyman), quien se ve ante la disyuntiva de ir al auxilio de Nori y Poppy o de encontrar el bastón que ha de blandir para poder enfrentarse a su destino, a la razón por la que está en la Tierra Media.
En la otra punta del mundo, en la isleña Númenor, nos encontramos con el juicio a Elendil (Lloyd Owen) tras los altercados en el santuario que vimos en el anterior episodio. Juzgado por el propio Pharazôn (Trystan Gravelle), se verá ante un veredicto clemente: será absuelto si se retracta y, de paso, jura lealtad al recién nombrado rey. El capitán no pasa por ahí, ante la decepción de su hija (Ema Horvath).
Entonces se decide que, ya que los Fieles buscan seguir las tradiciones antiguas, que sea sometido al Juicio del abismo: ser lanzado al mar (bueno, una piscinita con conexión al mar) y que ahí sean los valar (y la bestia marina que vive por ahí) los responsables de la sentencia. La misma reina (Cynthia Addai-Robinson) depuesta intenta que Elendil entre en razón y que evite su muerte jurando lealtad al usurpador. Míriel irá más allá: será ella la que se enfrente al juicio, algo que permite la ley. Ante los ojos atónitos de todos, la bestia la devuelve a la costa: es indudablemente inocente. Algo que pondrá en cuestión incluso la legitimidad del nuevo regimen numenoreano.
Por otro lado, hay una crisis de mithril y será Annatar en persona quien decida ir a Khazad-Dûm para intentar conseguirlo, advirtiendo que se acerca la guerra. Un Durin III (Peter Mullan) en una sala del trono convertido en sala del tesoro niega la petición. Si bien en ese gesto su hijo (Owain Arthur) ve aquella sensatez perdida, pronto le dirá la razón de la negativa: si los elfos lo necesitan volverán y el precio será mayor. Asustado por la codicia desmedida, el enano y Disa (Sophia Nomvete) intentarán que los mineros no puedan acceder a las minas.
Los tambores de guerra se acercan a Eregion y Annatar tendrá que apagar un fuego con un Celebrimbor en plena senda de la locura y que busca salir de su inadvertido cautiverio, preocupado por lo que pueda pasar fuera. Es entonces cuando el villano lance una ilusión para que vea la ciudad idílica que todos desean... convencido de que vuelva al taller, los espectadores descubriremos la verdad: el caos domina en la ciudad mientras el ejército de Adar catapulta rocas ígneas sobre la joya élfica.
Termina así un episodio que, sin ser espectacular se ha dedicado a seguir avanzando las tramas más importantes. Sabe mal, por otra parte, que todo lo de Rhûn con El extraño y el Mago oscuro quede algo estancado. Habrá que ver si con el asedio por venir, tendrán tiempo para avanzar esta trama.
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