'El señor de los anillos: Los anillos de poder' (1x03): Galadriel continúa postulándose como una heroína fascinante en una serie que sigue deslumbrando

Seré claro cristalino: hace poco más de una semana, antes de dar al botón de play e iniciar el primer episodio de 'El señor de los anillos: Los anillos de poder' no daba un duro por la serie de Amazon Prime Video; pero la toma de contacto basada —con mayor o menor libertad, no tengo problemas con ello—en la obra de J.R.R. Tolkien ha terminado cautivándome gracias a su deslumbrante factura técnica, a un diseño de producción descomunal y a unos personajes que, poco a poco, se las están apañando para cautivarme.

No obstante, pese a mi entusiasmo inicial —no exento de peros, principalmente centrados en lo descompensado de sus tramas en intensidad y peso—, una gran duda circulaba en mi cabeza: ¿Sería capaz de aguantar el tipo 'Los anillos de poder' tras la el reemplazo como director de un J.A. Bayona que ha hecho un trabajo realmente espectacular?

Tras ver el tercer capítulo, titulado 'Adar', he podido respirar tranquilo, porque el realizador Wayne Che Yip ha mantenido intacta la esencia de lo presentado hasta el momento; brindándonos otra hora de televisión de primera calidad que vuelve a hacer gala de su abultadísimo presupuesto para seguir perfilando la pugna por el dominio de la Tierra Media.

  • A partir de este momento arranca el recap, así que habrá spoilers del tercer episodio de 'El señor de los anillos: Los anillos de poder'. Avisados estáis.

Bienvenidos a Númenor

La primera escena de 'Adar' nos sitúa junto a Arondir, quien ha sido capturado por las huestes de Orcos que continúan arrasando las Tierras del Sur, y obligado a excavar en una suerte de campo de trabajos forzados que las criaturas emplean para abrirse paso por el terreno mientras se protegen del sol. Mal asunto.

No tardamos demasiado en desplazarnos a miles de kilómetros de distancia; concretamente a bordo del barco que salvó a Galadriel y Halbrand de una muerte segura la semana pasada. El encuentro con su capitán, Elendil, padre de Isildur —sí, ESE Isildur— no parece ser hostil del todo y tras unos momentos de tensión se revela el destino de la nave: nada más y nada menos que la isla de Númenor.

Tras una presentación deslumbrante del territorio insular que vuelve a recordarnos la millonada que ha costado cada capítulo, se ponen las cartas sobre la mesa. Concretamente las que explican la enemistad entre elfos y humanos provocadas por el dominio de Númenor; diferencias que parecen irreconciliables tal y como sugiere el peliagudo encuentro entre Galadriel y una reina Tar-miriel que parece tener bastante que ocultar.

Tras acceder a tomar en consideración la petición de Galadriel, que exige una embarcación que la lleve a la Tierra Media para continuar con su misión, la reina deja marcar a sus ahora "invitados"; no sin antes encargar a Elendil —cuyo nombre puede traducirse como "amigo de los elfos" vigilarlos de cerca después de echarle en cara haber llevado a un elfo a su territorio, rompiendo la tradición de su trastatarabuelo.

Mientras Halbrand, que parece desesperado por empezar de cero y echar raíces en la isla, acaba en una celda por pasarse de listo y meterse en una pelea después de intentar robar un emblema de forjador para poder trabajar, Galadriel encuentra en Elendil un aliado inesperado. El soldado conduce a nuestra heroína a la Casa del Legado; única edificación élfica que permanece en pie en Númenor y que está cargada de documentos y sabiduría.

Allí, la elfa descubre que el símbolo que ha ido apareciendo en la serie y que creíamos que era un sello es, en realidad, un mapa de las Tierras del Sur; hogar de un Halbrad que, según descubrimos más adelante, es el heredero del trono y ha huído para expiar sus pecados después de que su familia luchase junto a Morgoth. Pero esto parece estar a punto de cambiar después de que Galadriel le proponga una alianza para limpiar el nombre de sus linajes y acabar con la amenaza oscura.

La migración pelosa

En paralelo, los entrañables pelosos continúan preparándose para comenzar con su migración, marcada por la aparición del forastero —o el hombre del meteoro, o como prefiráis llamarle— en la vida de Nori Brandipié, que continúa empeñada en ayudar a su nuevo amigo por muchos problemas que pueda causarle con su comunidad.

Con la lesión del padre de Nori poniendo en peligro su supervivencia durante el éxodo, y después de una emotiva ceremonia en la que se recuerda a los caídos en anteriores migraciones, todo se va al traste después de que el forastero, en un alarde de patanería —acorde al tono mucho más amable y familiar de esta trama—, queda al descubierto; poniendo a los Brandipié entre la espada y la pared después de que se les condene a salir los últimos en la caravana.

Aunque, por supuesto, todo termina saliendo a pedir de boca después de que el forastero, agradecido a Nori por su ayuda y defensa —a quien llama "amiga" sin dudarlo en un instante muy emotivo potenciado por la descomunal banda sonora de Bear McCreary, que sigue siendo de lo mejor de la serie—, carga con el carro de los Brandipié asegurando, salvo sorpresas de última hora, la llegada a su destino.

Problemas en las Tierras del Sur

Para ir terminando, volvemos donde empezamos: al campo de trabajo de las Tierras del Sur en el que Arondir y otros prisioneros las pasan canutas para sobrevivir. Después de un enfrentamiento con los orcos que se cobra la vida de uno de sus compañeros, los supervivientes confabulan e intentan trazar un plan para escapar que abre paso a la escena de acción de rigor que no podía faltar en el metraje del episodio.

Tras ver mermadas sus fuerzas por el ataque repentino, los orcos deciden liberar a un huargo que comienza a merendar presos sin piedad. El escape parece imposible y, cuando sólo Arondir queda con vida tras demostrar su pericia en combate, los villanos le perdonan la vida para presentarle a su líder, el misterioso Adar, a quien conoceremos, como mínimo, la próxima semana, porque su plano desenfocado es el último plano que actúa como cliffhanger.

Sin haber retomado las tramas de Elrond, los enanos, Bronwyn y compañía, este capítulo ha hecho evolucionar lo suficiente las reglas del juego y ha sido lo suficientemente potente como para hacerme contar las horas hasta el próximo viernes, cuando se emitirá el próximo capítulo de esta grata sorpresa titulada 'Los anillos de poder'.

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