¡Por fin! Por fin podemos ver en las salas de cine españolas 'Colossal', la nueva y esperadísima película de Nacho Vigalondo de la que venimos escuchando todo tipo de alabanzas y piropos desde hace casi más de un año. Unas alabanzas que encumbraban a Vigalondo como esa rara avis del cine español con la capacidad de filmar las historias más imposibles y freaky, sin perder ni un ápice de su carácter autoral, lo que ha provocado que su cine nunca esté entre lo considerado 'convencionalmente' lo mejor del cine patrio cada año.
Poco podíamos sospechar de esas primeras críticas en Toronto, que detrás de ese homenaje al género kaiju eiga -de películas de monstruos de corte tipicamente japonés o coreano-, se escondía todo un alegato contra la violencia machista y la necesidad del empoderamiento femenino, convirtiendo a Anne Hathaway, en toda una heroína universal sobre la fuerza de la mujer.
Con 'Colossal', Nacho Vigalondo ha filmado su cinta más madura, redonda y reivindicativa, porque aunque aquí me vaya a centrar en su lado feminista, el mensaje contra el abuso, las relaciones tóxicas y la necesidad de aprender a salvarse a uno mismo es universal. Y de ahí que venga empaquetado en una maravillosa e inteligente película de monstruos...no tan monstruos y humanos no tan humanos.
El viaje de la heroína
A Gloria (Hathaway) la ha abandonado su novio y ha perdido su trabajo y con razón: tiene predesposición para la fiesta y las noches llenas de alcohol y falta de responsabilidad. Decide alejarse de la gran ciudad y regresa a la ciudad donde pasó su infancia, con un ritmo muy distinto al de Nueva York para recomponerse y tratar de organizar su caótica vida.
Allí se reencuentra con Oscar (Jason Sudeikis), un antiguo amigo de la adolescencia que parece querer ayudarla a recomponer su vida, sin dejar de lado pasar las noches de fiesta con sus nuevos amigos. Mientras, las noticias informan de que un gigantesco monstruo está destruyendo Seúl y causando numerosas muertes. Todo cambiará para Gloria cuando descubra que su mente está conectada de forma sobrenatural con la del monstruo y que tendrá que poner sus ideas en orden si no quiere seguir siendo una amenaza para la humanidad.
Con esta original premisa, Vigalondo asienta las bases de su 'Colossal' y esta especia de viaje del héroe -heroína, en este- 4.0, y nos regala un personaje femenino complejo, contradictorio y tan real que consigue que ese hecho inverosímil de su conexión con el monstruo, sea la metáfora perfecta sobre la -permítanme la redundancia-, la monstruosidad del ser humano y su posible redención, aunque sólo para algunos.
El personaje de Anne Hathaway, al que interpreta de forma estimulante y única, realiza un viaje de empoderamiento universal, movida por la responsabilidad y por reestablecer la justicia en el mundo, luchando contra la opresión y el abuso. Un viaje quizás demasiado evidente, pero necesariamente claro y regular que la transforma de casi despojo humano en toda una heroína.
Rompiendo estereotipos femeninos
Se acabaron las damiselas en apuros. Las mujeres no necesitamos ser salvadas, o más bien, no necesitamos ser salvadas por nadie salvo por nosotras mismas. Y es más: además de salvarnos a nosotras, también podemos salvar a la humanidad. Y este es uno de los poderosísimos mensajes feministas que lanza 'Colossal', ahí es nada.
Y este mensaje habría carecido totalmente de sentido si su protagonista fuera un personaje masculino porque, simplemente, es lo que vemos en el 98% de las películas que llegan a nuestra cartelera. Y por lo tanto, si Gloria hubiera sido, no sé, John, probablemente ninguna superestrella de Hollywood habría entrado a producir y a protagonizarla rebajándose mucho su caché, como fue el caso de Anne Hathaway.
Y es que no siempre se crean personajes femeninos tan atípicamente femeninos, cercanos y reales -entiéndanme, el tema monstruo es una excusa-, llenos de contradicciones, confusos y capaces de renacer de sus cenizas tras una terrible consecuencia ocurrida por la falta de responsabilidad, conciencia del mundo y de uno mismo y de confianza. Y cuando lo hacen no es en películas como esta.
La Gloria de Anne Hathaway tiene un claro problema con el alcohol, pánico al compromiso, no sabe mantener ningún tipo de amistad con nadie ni sabe qué quiere hacer con su vida profesional, y mucho menos es capaz de mantener en orden su casa. Es todo lo contrario a una heroína y aún así, una fuerza interior llena de responsabilidad, poderío y justicia, la convierte en una.
Por suerte, de un tiempo a esta parte el cine más accesible y de carácter más comercial -aunque esta de eso no tiene un pelo, aunque debería- parece estar abriéndose a este tipo de personajes no convencionalmente femeninos -pero ¿qué es la feminidad?, vale, ese es otro tema- y por lo tanto, se están comenzando a crear unos referentes más poderosos, más reales y más necesarios. Y Rey, Wonder Woman, Imperator Furiosa o Vaiana son buena muestra de eso.
Contra el maltrato
Hace unos días, Nacho Vigalondo decía en una entrevista para el diario Público que "a los maltratadores no se les ve de lejos, las mujeres no son tontas", y es que detrás de su última película, se esconde, sobre todo, un claro alegato contra el maltrato, la violencia machista, la opresión y la injusticia. Y sí, todo eso tras un gigantesco monstruo que no es tan monstruoso como parece. Porque las apariencias engañan y los monstruos se esconden bajo pieles más amables.
Sin perder ni un ápice de sentido del humor y el espíritu del género, Vigalondo reflexiona sobre las falsas apariencias, las intenciones ocultas y lo importante de asumir responsabilidades y tomar las riendas de la propia vida, porque será la única forma de salvarse.
Sí, 'Colossal' podría haberla protagonizado un hombre pero, entonces, sólo sería una película de monstruos más. Por suerte, hay mucho más en ella, lo que la convierten en un título necesario en estos tiempos en los que se cuestiona tanto si esa Tercera Ola Feminista tiene fundamentos y por lo tanto, hacen que 'Colossal' sea uno de los grandes estrenos del verano.
¿Estamos ante el gran tema del cine y la TV actual?
No sé si el empoderamiento femenino como tal es el gran tema del cine y la televisión actual, pero sí es más que destacable la gran y necesaria cantidad de películas y series de televisión que ponen de manifiesto la todavía enorme desigualdad de género que vivimos en pleno siglo XXI, o simplemente nos cuentan historias protagonizadas por mujeres.
Puede que los ya nombrados personajes protagonistas del nuevo universo 'Star Wars', la animada 'Vaiana' o la archicomentada 'Wonder Woman', si sean grandes referentes del empoderamiento de la mujer. Pero hay muchas otras historias sobre mujeres que nos han llegado -y nos llegan- estos días a través del cine y la televisión.
La sororidad de 'Big Little Lies', la brutalidad de 'The Handmaid's Tale', la diversidad de 'Orange is the New Black', las luchadoras de 'GLOW' o el poderío de las mujeres de 'Juego de Tronos', son sólo algunos ejemplos de cómo se empieza a desestereotipar a las mujeres en la ficción televisiva. En cine, nos quedamos con las y emocionantes 'Verano 1993' de Carla Simón y 'Júlia ist' de Elena Martín, cine joven, valiente y vital.
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