Han pasado más de dos milenios desde que las historias sobre Zeus, Hera, Ares o Deméter se contaran de boca en boca en Grecia y su popularidad no ha desaparecido. El panteón de dioses griegos del Olimpo han fascinado a diferentes artistas, escritores, músicos y filósofos a lo largo de los siglos, y, obviamente, la cultura moderna tenía que abrazarlos no ya como una cosmogonía real, sino como una historia que pervertir y disociar del mito original.
Desde el Hércules de Marvel, que llegó a ser miembro de los Vengadores, hasta el más dulcificado y marchoso de Disney, pasando por los dioses asesinados por Kratos en 'God of war' o la batería de incongruencias de 'Immortals', a Hollywood le interesa contar historias basadas en los dioses griegos que no tengan ni su personalidad ni sus relaciones interpersonales. Es probable, de hecho, que las canciones de 'Destripando la historia' sean lo más cercano que hayamos tenido últimamente a una adaptación fiel de estos mitos.
Esto era, al menos, hasta que 'Sangre de Zeus' llegó a Netflix, una serie animada que cuenta una nueva aventura en el Olimpo tratándola desde el principio como una "historia perdida". Y, de hecho, la fidelidad a las personalidades y los leitmotivs de los dioses es irreprochable: el tumultuoso matrimonio de Zeus y Hera, los hijos bastardos, las alianzas entre dioses...
Acción potente, guion endeble
En todo momento, los hermanos Parlapanides parecen haber encontrado una página extraviada de la historia griega sin escatimar en traiciones, sangre, giros argumentales, luchas épicas y personajes buscando el favor del Olimpo.
Es cierto que lo anterior de los Parlapanides (que pese a su nombre griego nacieron en Nueva Jersey) no daba muchas esperanzas: tanto 'Immortals' como 'Death note' dejaron mucho que desear. Por suerte, ambos se resarcen en 'Sangre de Zeus', aunque no del todo.
La planificación de la historia es prácticamente intachable, con aventuras de todo pelaje, sorpresas en cada episodio y personajes complejos, pero falla en dos cosas básicas. La primera, dar por hecho que todos conocemos quiénes son esos personajes de la mitología y, por tanto, no merecen una presentación. La segunda, unos diálogos repetitivos y poco emocionantes que no distan mucho de los de cualquier partida de rol con tus amigos.
Estos diálogos blandos muchas veces pasan desapercibidos gracias a una animación que es absolutamente espectacular durante las épicas luchas entre dioses, gigantes, demonios y humanos en las que vuelan los rayos, la sangre y los poderes. Sin duda, estos momentos están al nivel de lo mejor de Powerhouse Animation, por delante de las escenas más espectaculares de 'Castlevania'.
Sin embargo, cuando la serie se toma su tiempo para respirar, también lo hace la animación, recordando por momentos a los primeros episodios de 'She-ra' (que, para ser justos, en las siguientes temporadas mejoraba una barbaridad). Movimientos torpes, casi abocetados y en los que no se enmascara una casi nula química entre los personajes secundarios.
'Sangre de Zeus' acierta en las distancias cortas: cuando la historia trata sobre Heron, Electra, Zeus y un gran mal que les acecha es muchísimo más interesante que cuando, solo ocho episodios después, los protagonistas son todo el Olimpo, varios amigos de armas de Heron y un ejército de villanos. Sí, las peleas son absolutamente épicas y brutales, las escenas de acción rebosan espectacularidad y contienen momentos dignos de levantarse y aplaudir, pero llegados a un punto hay una sobredosis de personajes que impide disfrutar a gusto de todo lo que está pasando.
La serie sabe dar en el clavo cuando enfrenta a dos personajes con vínculos fuertes entre sí, pero cuando no lo hace se trata de una sucesión de golpes y patadas que puede parecerse a los momentos más de relleno en animes de lucha como 'Dragon Ball'.
'Sangre de Zeus', una serie adulta diferente en el catálogo de Netflix
No quiero que nadie se lleve una impresión equivocada: 'Sangre de Zeus' es una estupenda serie con una animación y una música sobresalientes de obligado visionado para todos los fanáticos de la mitología griega.
Sus personajes, desde Zeus hasta Serafín, se sitúan en una escala de grises que les separan del blanco y el negro, y la historia te lleva por caminos a los que nunca creías que llegaría (al menos, en su primera temporada) y culmina con un episodio final que bien podría haber sido el final definitivo. La serie lo da todo en esta tanda de ocho episodios que podría haber durado perfectamente treinta o cuarenta. Quizá de esta manera se podrían haber desarrollado de manera correcta los personajes secundarios que aquí quedan tan desdibujados.
Es innegable que las series de animación para adultos viven un momento muy dulce, y quizá hace años una serie como esta se hubiera limitado a mostrar cuerpos mutilados, acción, sangre y superpoderes, pero ahora hace reflexionar (a quien quiera hacerlo) sobre la corrupción del poder, la corta distancia entre el amor y el odio o la necesidad de intervenir ante las injusticias incluso cuando sabes que eso solo traerá perjuicio a largo plazo. No os preocupéis, también tiene desmembramientos, hemoglobina y planos épicos: hay algo para todo el mundo.
'Sangre de Zeus', que acaba su primera temporada con un cliffhanger algo esperable pero que plantea una continuación que sube las expectativas, es una de las mejores opciones en el vasto catálogo de animación adulta de Netflix, perfecta para un fin de semana en el que no querréis dejar de ver otro episodio más.
Aunque pierda el rumbo respecto a los secundarios a partir de la mitad del camino, sus aciertos (ojo al diseño de Caronte, el barquero ciego) ganan con mucho a sus problemas. Dista de la perfección, pero no has visto nunca una serie como esta. Y eso, a día de hoy, merece una distinción digna del Olimpo.
Ver 12 comentarios