Como ya sabréis, gracias a los carteles que empapelan las ciudades, el 20 de agosto se estrena ‘Salt’, un film de acción, dirigido por Phillip Noyce, en el que Angelina Jolie interpreta a la agente de la CIA Evelyn Salt, que regresa de un largo y doloroso secuestro. Nada más reincorporarse, recibe la petición de interrogar a un ex-agente ruso, quien hace una declaración bastante peculiar, que pone en peligro la vida de Salt.
En las críticas sobre películas de acción es tan habitual comentar que la premisa de la que parten es débil y el desarrollo argumental limitado, que estas afirmaciones llegan a perder el sentido o la efectividad porque ya parece que eso es lo que hay que argüir siempre ante este género. Por ello, cuando llegan casos como el de ‘Salt’, es difícil transmitir esa idea con el énfasis suficiente o con la capacidad para convencer intacta. Pero es que el grado de nimiedad de la historia narrada en ‘Salt’ hace que, a su lado, todas las anteriores parezcan sesudos e intrincadísimos juegos de ingenio.
A grandes rasgos, el film se resume en dos secuencias, la primera de una hora de duración, aproximadamente, y la segunda que se extiende a lo largo de la media hora restante. Dos secuencias que se detonan a partir de dos revelaciones carentes de la facultad de sorprender, no tanto por previsibles, como por la cantidad de veces que han sido ya empleadas y por lo poco impactantes que resultan.
Por lo tanto, el único disfrute posible de la película —aparte del obvio, que mencionaré en el siguiente apartado— es el de la contemplación de las escenas de acción, de las que, como máximo, se puede decir que están resueltas con corrección, sin acercarse al realismo de un Greengrass ni a la espectacularidad irreal de, digamos, un Bay.
Angelina Jolie en el lugar de Tom Cruise
Como ya he comentado otras veces, es muy frecuente que los actores asignados y contratados para una película cambien durante la preproducción, como también lo es que los proyectos pasen de manos de un director a las de otro. Por lo tanto, el que Tom Cruise se bajase del carro para dejar lugar a otro intérprete no sería llamativo, salvo por el hecho de que un papel ideado para un hombre haya pasado a pertenecer a una mujer.
Observar la adecuación a ella de los rasgos diseñados para él era una de las cosas que más curiosidad me despertaban de ‘Salt’, incluso porque llegué a plantear que quizá sería mejor personaje femenino aquel que se hubiese concebido como un hombre y luego transformado en mujer que muchos de los que se escriben directamente con féminas en mente. No obstante, mi examen no dio fruto, ya que el personaje carece de una definición concreta o profunda y las decisiones que toma para actuar o las transformaciones que sufre a lo largo de la película están escasamente justificadas o soportadas. Por lo que no se podría decir que se trate claramente de un personaje masculino o femenino, ya que casi ni se podría decir que se trate de un personaje en absoluto.
Dejando eso a un lado, lo que queda claro es que optar por Angelina Jolie fue una decisión acertada, ya que ahora mismo, su presencia es la mejor baza con la que cuenta ‘Salt’ para empujar al público hacia las salas, ya sea por el atractivo físico de la actriz, como por la relativa peculiaridad de ver a una mujer en un papel de acción.
En el reparto encontramos nombres importantes que denominan a buenos intérpretes: Liev Schreiber y Chiwetel Ejiofor (ambos en la fotografía previa), pero ninguno de ellos tiene oportunidad de salvar el film porque sus papeles van de lo inexistente a lo absurdo. El personaje del marido, August Diehl, es un absoluto cero a la izquierda, además de formar con Jolie una pareja nada creíble, lo cual mina la única posibilidad de la protagonista de que sus evolución como personaje se comprenda.
El australiano Phillip Noyce difícilmente serviría de garantía para crear un film entretenido por sus escenas trepidantes o dotado de un entramado de thriller, género en el que más se ha movido, interesante; mucho menos una cinta que conjugue ambas cosas. Sin embargo, dentro incluso de una filmografía no demasiado brillante, salvo excepciones, el film ‘Salt’ podría considerarse un descenso en calidad.
Mi puntuación: