Ruby está en su coche, después de dejar el teléfono recibe un mensaje. El agobio, la tensión es real. Tres letras: “RUN” (corre). Tras un momento de reflexión decide responder con lo mismo. Va al aeropuerto con lo puesto tirando de camino la esterilla de yoga, coge el primer vuelo a Nueva York, va a la Grand Central Station y coge un tren. Allí se encuentra con Billy e inician un viaje a lo largo del país.
Ese es el comienzo de 'Run', la nueva comedia de HBO (de estreno esta noche en Estados Unidos, mañana en España) que viene con el aval así en grande de tener en la producción ejecutiva a Phoebe Waller-Bridge pero a quien debemos la serie es a Vicky Jones, amiga de la guionista británica a la que, precisamente, dirigió en 'Fleabag' (la obra de teatro) y ha colaborado con ella desde entonces.
En esta ocasión nos encontramos con una comedia romántica con ligeros toques de thriller en el que nuestros protagonistas deberán explorar y descubrir junto con los espectadores, de qué están huyendo exactamente para decidir fugarse con un amor de juventud.
Esta pareja está interpretada por Merritt Wever como Ruby, una arquitecta casada y con hijos y Domhnall Gleeson como Billy, un exitoso gurú en problemas. En el reparto también nos encontramos con Archie Panjabi como Fiona y Rich Sommer como Laurence... y también estará Phoebe Waller-Bridge pululando por ahí.
Un comienzo entre raíles descontextualizado
Si no conocéis la premisa de 'Run', el inicio no os lo va a descubrir. La serie va directa en su primer episodio a ese viaje en tren, a ese extraño reencuentro de gente extrañada. Es más, incluso juegan un poco con ese momento plantándonos dudas sobre esta pareja.
De hecho, no es hasta mitad de temporada (he podido ver cinco episodios) cuando se nos explica los puntos clave del pacto que Ruby y Billy hicieron hace casi dos décadas. La serie prefiere centrarse más en lo que no se cuentan el uno al otro y que les ha llevado a coger, tras tanto tiempo, ese tren continental cuando apenas han mantenido el contacto durante 17 años.
Gran parte de estos primeros cinco episodios de 'Run' transcurren en el tren. Podríamos incluso hablar de que la serie, de por sí, es bastante "embotellada" con continuos paseos, tensión sexual, discusiones, búsquedas del uno y por el otro recorriendo los vagones y butacas.
Como guionista, Vicky Jones tiene ante sí el gran reto para que no se desgaste enseguida el electrizante comienzo de la serie y no logra resolverlo demasiado bien. Al limitar el contexto y centrarse mucho en esta pareja y en esos "sí pero no", tras el eléctrico y vibrante comienzo, el engranaje empieza pronto a chirriar.
Afortunadamente la aparición de Fiona (Archie Panjabi), asistente de producción de Billy, pone las cosas patas arriba y le da el toque de thriller que nos han venido prometiendo desde que se anunció la serie. Logrando, a partir del tercer episodio, volver a engrasar la propuesta de 'Run' y darnos una mezcla que funciona.
Una notable alumna de la escuela de Phoebe
Vicky Jones se nota discípula de Phoebe Waller-Bridge y en 'Run' reconoceremos ese sentido algo oscuro del humor, ideas retorcidas sobre la vida y sobre el amor y ese diseño de personajes que nos han enamorado tanto en 'Fleabag' como en 'Killing Eve'. Y, si sois fans de estas, 'Run' os conquistará.
Y, sobre todo, por Merritt Wever, que está espléndida. Tampoco es que esto sea algo inusual, pero se come cada escena de la serie. No es que su contrapartida Gleeson esté mal, pero a mí en particular no me termina de enamorar tanto. Mención aparte tiene Archie Panjabi, que es siempre un gustazo ver.
En tiempos de confinamiento, 'Run' nos propone una notable comedia romántica escapista. En líneas generales, si bien tiene sus altibajos en interés, el guion logra atinar poniendo los giros en los momentos precisos para volvernos a meter en los raíles (y ciudades por las que pasa) gracias a un excelente reparto.
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