Que Netflix estrena muchas películas que parecen pensadas para rellenar su catálogo más que para cualquier otra cosa creo que muy pocos lo dudan a estas alturas. Eso no quita que la plataforma también siga lanzando obras muy estimulantes, aunque luego algunas de ellas acaban pasando tan desapercibidas que muchos ni se enteran de su estreno. Me temo que justo eso es lo que está pasando en el caso de 'Ruido'.
Vista por primera vez en el pasado Festival de San Sebastián, donde recibió el Premio Cooperación Española, 'Ruido' es el tercer largometraje dirigido en solitario por la mexicana Natalia Beristáin, quien llevaba unos años centrada en su carrera televisiva -ha dirigido episodios para series como 'El Presidente' o 'La costa de los mosquitos'-. Para su regreso a la gran pantalla ha apostado por abordar un tema tan espinoso en México como el de las personas desaparecidas para contar la historia de una madre que no se rinde para intentar localizar a su hija.
Una horrible realidad
'Ruido' es una película dura por pura necesidad, pero lo es sin caer en el dramatismo fácil o en la tentación de regodearse en el dolor ajeno. En lugar de eso, Beristáin apuesta por un enfoque sobrio que por momentos parece más propio de un documental que de cualquier otra cosa. Eso sí, lo hace rehuyendo también la sutileza -lo más parecido a ello está en sentida secuencia final- para meterse de lleno en lo que arranca siendo desgarrador y acaba resultando más terrorífico que la mayoría de películas de miedo.
La principal aliada de Beristáin en 'Ruido' es Julieta Egurrola, la veterana intérprete que da vida a Julia, una mujer incansable en la búsqueda de su hija, sin importar aquello que vaya cruzándose en su camino. Eso permite a la película retratar la desoladora rutina en la que se ha convertido la vida de aquellos que no se rinden ante lo que no deja de ser una misión condenada el fracaso casi siempre.
Ahí es cierto que quizá la película se excede un poco con la escena que subraya cómo ese dolor de Julia ha hecho que desatienda al resto de sus seres queridos. Es algo que uno ya asume al ver que nadie más de su familia la acompaña, pero también es justo destacar que sirve para hacer hincapié en que esa normalidad que ha asumido la protagonista de 'Ruido' no es algo sano.
Sin embargo, 'Ruido' engancha más en esa búsqueda inacabable y los diferentes horrores que se van cruzando en su camino. Ahí queda la duda de hasta qué punto encontrar el cadáver de su hijo no sería un alivio retorcido e imprescindible para seguir adelante o si simplemente sería la etapa final que rompa por completo a una mujer a la que solamente le queda esa determinación como motivo para seguir viviendo.
La denuncia por encima del resto
En paralelo a eso, Beristáin también presta atención a todo lo que acompaña a esa particular situación que afecta a muchos mexicanos, desde los grupos de apoyo entre aquellos que están pasando por lo mismo hasta ese pequeño grupo de voluntarios que hace todo lo que la justicia le permite para dar respuestas a esas personas.
La cuestión es que a la cineasta no le interesa tanto eso como una pequeña luz de esperanza en un país corrompido hasta la médula, pues acaba siendo otra forma de denunciar una situación terrible. Ahí no se anda con contemplaciones y deja claro lo que puede suceder cuando te vuelves una molestia y también que quizá la respuestas que estás buscando no te sirvan de mucho.
Por ello, 'Ruido' es una película siempre directa que usa los momentos más íntimos, que los hay, como base para mostrar algo más grande. Todo ello sin grandes florituras en lo referente al trabajo de puesta en escena, optando más por una naturalidad a caballo entre lo triste y lo impactante.
El tramo final sí que resulta un poco más efectista, pero no deja de ser la forma de incidir de forma aún más clara tanto en la indignación que suscita esta situación como en la incapacidad para que eso cambie. Esa frustración tenía que estallar de alguna forma más allá de las búsquedas individuales y tampoco se me ocurre otra forma de ilustrarlo en imágenes que exprese mejor el mensaje que Beristáin quiere transmitir al espectador. Porque sí, claro que 'Ruido' se posiciona, tampoco tendría sentido lo contrario.
En resumidas cuentas
'Ruido' es una película estupenda que mete el dedo en la llaga y aborda una realidad incómoda que ha enquistado hasta convertirse en prácticamente una epidemia para la sociedad mexicana. Además, no se conforma con que se le pueda aplicar esa discutible etiqueta de cine necesario y brilla mostrando un drama que se hace escalofriante por momentos y cuenta con un gran trabajo de Egurrola.
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