Soy plenamente consciente de que empezar con una afirmación tan obvia es algo que podría haber evitado de habérmelo propuesto, pero allá va: en una década en la que el "clonado" de éxitos de taquilla estuvo al orden del día, no fue de extrañar que aquella idea que se les había ocurrido a Steven Spielberg y George Lucas a finales de los setenta mientras hacían castillos en la arena de las playas de Hawai, y que se había terminado materializando en la magistral 'En busca del arca perdida' ('Raiders of the Lost Ark', 1981) —para el que esto suscribe, la mejor cinta de la trilogía; sí, de la trilogía, no hace falta decir más—, fuera copiada hasta la saciedad en los años inmediatamente posteriores a su estreno por títulos todos que no han perdurado más allá de su mero carácter de descarada copia.
Es por este motivo que hay que valorar en su justa medida el tercer largometraje que se ponía en manos de Robert Zemeckis como uno de los pocos "clones de combate" de Indiana Jones que supo hacer algo diferente, adhiriéndose al género de aventuras y acción que de forma tan excelsa había resucitado Spielberg pero sin que pareciera, al menos no de forma descarada, que habían cambiado al héroe del látigo y el Fedora por uno de otro nombre pretendiendo hacer creer al público que estaban viendo una película diferente. 'Tras el corazón verde' ('Romancing the Stone', 1984) lo es —diferente, quiero decir— aunque ello no implique que todo en esta alocada y aventurera comedia sea digno de elogio.
A la finalización del rodaje de 'Frenos rotos, coches locos' ('Used Cars', 1980), el primer movimiento de Zemeckis y Bob Gale fue la escritura y búsqueda de financiación para 'Regreso al futuro' ('Back to the Future', 1985), una historia que ambos artistas pretendían vender a la Universal pero que no lograron colocarle a la major por meras cuestiones de experiencia: los ejecutivos de la productora consideraban que un filme de la entidad del que terminarían llevando a cabo cinco años más tarde todavía estaba fuera del alcance del norteamericano y este se vió de repente sin ningún proyecto entre manos que poder firmar.
Y así pasarían tres años en blanco hasta que en 1983 Fox confiara inicialmente en el para poner en pie 'Cocoon' (id, Ron Howard, 1985) un filme de entidad que podría haber supuesto el salto definitivo en la trayectoria del realizador de no haber sido porque un tal Michael Douglas se empeñó en que fuera él quien se colocara al frente de una producción de acción y aventuras de ritmo frenético que estaba tratando de levantar como productor y protagonista. Alguien en Hollywood le había hablado de Zemeckis, de sus dos filmes anteriores y del hecho de que habían sido respaldados por Spielberg, motivo éste último más que suficiente para que Douglas se pusiera en contacto con el realizador y lo convenciera para dirigir una cinta en la que la 20th Century Fox invertiría unos 10 millones de dólares y para la que el "hijo de Espartaco" se empeñaría en contar con Kathleen Turner como co-protagonista.
Ambos intérpretes, junto a Danny DeVito, le deben muchísimo a 'Tras el corazón verde', ya que fue la cinta la que encarriló unas carreras que casi acababan de comenzar. Douglas no había tenido la oportunidad de demostrar que podía salir de la alargada sombra de su progenitor más que en algún momento puntual de 'El síndrome de China' ('The China Syndrome', James Bridges, 1978), donde quedaba relegado a un segundo plano cada vez que aparecía junto a Jack Lemmon o Jane Fonda. Con su explosivo papel en 'Fuego en el cuerpo' ('Body Heat', Lawrence Kasdan, 1981), Turner conseguía el reconocimiento de los BAFTA y el Globo de Oro, pero estaba a la espera de un filme que le permitiera interpretar más allá de las esbelteces de su anatomía. En lo que a De Vito respecta, este iba a ser su primer rol de relevancia tras muchos papeles secundarios y el responsable de cimentar todo lo que haría después.
Y ya que estamos con primeras oportunidades, 'Tras el corazón verde' será el punto de partida de una relación que se ha perpetuado hasta nuestros días y que nos ha dejado a los amantes de la música de cina inolvidables momentos. Hablo, cómo no, de la que Robert Zemeckis ha mantenido desde el filme con el compositor Alan Silvestri, único músico que ha puesto sonoridades a la trayectoria cinematográfica del realizador desde 1984 y que aquí, aún bastante bisoño, escribe un score animado y con orquestaciones muy exóticas que, no obstante, carece de la relevancia temática que sí tendrán posteriores trabajos junto al cineasta.
Cine de aventuras sin mayor pretensión que la de divertir, entretener y hacer reír —sin caer casi nunca en el tipo de comedia facilona que eran sus dos filmes anteriores— 'Tras el corazón verde' permite a Zemeckis volver a dar una lección de temprana autoridad en lo que a sus modos narrativos se refiere, jugando el director de forma brillante con el ritmo, el montaje y la claridad a la hora de exponer las persecuciones que animan una historia que sigue a una timorata escritora de noveluchas de amor y aventuras que, incapaz siquiera de "subir las escaleras mecánicas de Bloomingdale's", tendrá que atender a las suplicas de su hermana, envuelta en un turbio asunto en Colombia, y viajar al país sudamericano portando un misterioso mapa para, entregándolo a sus captores, evitar que la maten.
Con este arranque de mediana originalidad, el guión de Diane Thomas nos presenta, una vez Joanie está en Colombia, al héroe de la función, un Michael Douglas sarcástico y derrochador de chulería al que, no obstante le falta algo de carisma para poder ganarse al público como lo hacía aquél al que sin duda pretende emular. Toda vez ambos personajes están juntos, la trama comienza a aquejar una falta cada vez más acuciante de garra que ni los actores, ni lo forzado del humor —atención a la aparición de Alfonso Arau— ni ese villano tan acartonado que encarna Manuel Ojedo son capaces de arreglar, y al final el filme se queda en un correcto intento de hacerse eco de las aventuras de Henry Jones Jr. sin llegar, no cabe duda, a la altura de lo logrado por Spielberg.
Respaldado por sus 76 millones de recaudación y por una nominación al Oscar al Mejor Montaje, Zemeckis encontraba con 'Tras el corazón verde' el impulso que le faltaba para convencer a la Universal de que esa historia de coches que viajan en el tiempo, hijos que conocen a sus padres cuando eran jóvenes y paradojas capaces de destruir el universo era algo más que un sueño fuera de su alcance...
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