Meryl Streep se ha ganado a pulso ser una de las pocas actrices vivas a las que parece imposible poder criticar en cualquiera de sus nuevos trabajos, por mucho que estos puedan ser bastante flojos en algunas ocasiones. De hecho, hasta ha conseguido alguna nominación al Oscar por personajes que interpretados por cualquier otra actriz jamás hubieran sido tenidos en cuenta por los premios de la Academia.
En el caso de ‘Ricki’ (Ricki and the Flash) tenía miedo de que, pese a contar con la presencia tras las cámaras de Jonathan Demme y con un guión de Diablo Cody, acabase convirtiéndose en otra de esas cintas anodinas en las que únicamente destaca el trabajo de Streep y, por desgracia, eso es algo que ha acabado confirmándose hasta tal punto que incluso el trabajo de la protagonista de ‘Los puentes de Madison’ (The Bridges of Madison County) me dejó bastante indiferente.
’Ricki’, al servicio de Meryl Streep
Nunca me gusta que una película me transmita la sensación de que todo está pensado para el lucimiento de su protagonista, ya que eso tiende a equivaler a que el resto de personajes quedan un tanto desatendidos y también que haya muchos cabos sueltos o que estos sean cerrados de una forma un tanto apresurada y poco creíble. Eso es lo que sucede en el caso de ‘Ricki’, algo lógico si tenemos en cuenta que así se llama el personaje interpretado por Streep, pero ahí tenemos origen de que todo acabe dándonos igual.
Siendo justos, el trabajo de Diablo Cody para presentar a Ricki es correcto, pues nos queda claro el motivo por el que se alejó de su familia, pero también que no deja de ser una madre preocupada. Nada extraordinario, pero es que eso tenía que llegar con el reencuentro y con todo lo que va sucediendo como consecuencia de ello, pero es ahí donde ‘Ricki’ apuesta por una superficialidad disimulada centrándose en dar más matices con los que trabajar su personaje a Ricki y convirtiendo al resto en meros complementos.
Por mi parte, esperaba mucho más del hecho de que la hija en la vida real de Streep asumiera ese papel en ‘Ricki’, pues disfruté mucho con las apariciones episódicas de Mamie Gummer en ‘The Good Wife’, una de las mejores series de nuestro tiempo, y esperaba que aquí pudiera exhibir su talento. Sin embargo, su interés queda limitado a un par de réplicas más o menos ingeniosas a la protagonista y a que la forma de sobrellevar sus problemas quede reducida a poco más que una excusa para que Ricki siga por allí –mejor no entrar a valorar la escena del reencuentro con su ex.
Esto es algo que también se aplica al resto de personajes, desde el estirado ex al que da vida Kevin Kline hasta su nueva pareja, que tiene el rostro del músico Rick Springfield, pero resulta especialmente sangrante lo referente a la relación con su hijo homosexual, una forma cutre de crear un conflicto que luego es resuelto de mala manera en un tramo final carente de toda agudeza. Ahora que lo pienso, poco o nada hay en ‘Ricki’ del afilado talento desplegado por Cody en otras cintas…
Sin chispa
Suele usarse demasiado el concepto de obra maestra para valorar una película, pero creo firmemente que ‘El silencio de los corderos’ (The Silence of the Lambs) es uno de esos títulos que sí merecen tal calificación. Lamentablemente, ninguna película más de Jonathan Demme ha conseguido tan siquiera acercarse lejanamente a ese nivel, pero es que en ‘Ricki’ me transmitió una alarmante falta de garra y energía para aprovechar los pocos detalles realmente interesantes del guión –lo dicho, superficialidad camuflada para intentar aparentar ser algo medianamente trascendental y algún curioso momento musical- y también falla a la hora de elevar un poco más el trabajo de los actores a través de su puesta en escena.
Este punto es algo que ‘Ricki’ transmite en todo momento, ya que parece que existe una necesidad de permitir que Streep destaque, algo que ella aprovecha –puede parecer que sea principalmente a través de su actitud desenfadada y ciertas líneas de diálogo, pero sus miradas también juegan un papel esencial-, pero no lo suficiente para ocupar un puesto destacable cuando se hable de sus mejores actuaciones. De hecho, también su personaje acaba dándonos igual, probablemente por un efecto contagio, ya que si todo lo que sucede a su alrededor nos resulta indiferente, es prácticamente imposible evitar que suceda lo mismo con el personaje principal.
En definitiva, ‘Ricki’ es una película que me transmitió tan poco que acabé dejándome llevar por una indiferencia absoluta hacia lo que sucedía en pantalla, incluida una Meryl Streep que soy consciente que es lo mejor de la función, pero está todo tan diseñado para que así sea que hasta su actuación acabó dándome igual. Con todo, le da de sobra para ser mejor que el otro gran estreno de esta semana del que ya compartí mi opinión y que coquetea peligrosamente con ser un desastre.
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