Las comedias románticas no suelen salir tan mal paradas como otro tipo de películas cuando se habla de agotamiento y repetición de las mismas ideas para quejarse de ellas cuando se también se puede aplicar perfectamente. La cuestión es que siguen teniendo su público y por eso siguen llegando con cierta regularidad a nuestros cines, aunque luego suerte tendremos si una de cada diez se desvía lo suficiente de la fórmula como para ofrecernos una experiencia diferente.
El caso de 'Requisitos para ser una persona normal', la primera película como directora y guionista de la actriz Leticia Dolera, parecía que podía convertirse en una de esas comedias románticas singulares, pero una cosa es querer ser especial y otra muy distinta es llegar a conseguirlo, por lo que según avanza el metraje va apostando más por rutas conocidas. Esto no es necesariamente malo, ya que sigue siendo una cinta agradable, pero sí que deja cierto sabor agridulce.
El optimismo de 'Requisitos para ser una persona normal'
A lo largo de 'Requisitos para ser una persona normal' hay una serie de elementos que se prestaban a hacer especial hincapié en sus posibilidades dramáticas -pienso sobre todo en todo lo relacionado con la madre de la protagonista interpretada con soltura por Silvia Munt-, pero Dolera no quiere que en ningún momento eso se apodere de su ópera prima. Ya en el tratamiento de su hermano en la ficción se nota que lo que busca es un canto al optimismo y las ganas de ser feliz, siendo ese el eje básico de la película.
Para ello, Dolera apuesta por un trabajo de puesta en escena funcional en el que lo realmente importante es el trabajo de edición para potenciar la naturaleza colorista de la película -aquí tiene también mucho peso el trabajo en la fotografía de Marc Gómez del Moral-, los añadidos de post-producción y el trabajo de montaje para destacar las reflexiones en voz alta de la protagonista interpretada por ella misma o la utilización de temas musicales que refuerzan su alejamiento de la comedia más pura para adentrarse de lleno en un territorio más dado a la abundancia de sonrisas cómplices que tan bien han perfilado algunas producciones independientes americanas.
Todo eso suena más o menos bien sobre el papel según las debilidades personales de cada uno, pero el problema es que lo que al principio incluso llega a resultar refrescante, sobre todo por tratarse de una producción española, y con un puntito entrañable luego va normalizándose e incluso algunos de sus rasgos llegan a restar un poco de interés a un guión meramente correcto que requería de una dosis extra de valentía para evitar que lo que quería ser una película especial no acabe dando la sensación de ser un poco más de lo mismo con un envoltorio un poco más cuidado.
Un reparto entregado a la causa
Esos defectos que van apareciendo quedan en parte compensados por el buen trabajo del dúo protagonista, algo que ya esperaba de Leticia Dolera, por lo que la auténtica sorpresa es el poco conocido Manuel Burque. Sí que he de confesar que ayudan esos kilos de más que cogió para interpretar a alguien tan peculiar como el personaje de Dolera sin caer en excesos ni convirtiéndose en un clon masculino de María de las Montañas, pero sí conservando ese toque entrañable de ella. Además, la química entre ambos es innegable, hasta el punto de que uno realmente desea que acaben juntos por mucho que llegue un punto en el que el guión recurra a alguno de los trucos más cansinos de las comedias románticas.
El resto del reparto también aporta su granito de arena, estableciendo además una buena diferenciación entre la personalidad de todos ellos sin la necesidad de profundizar demasiado en sus personajes. La cuestión es que la historia tampoco lo requería, pero eso no resta un ápice a la entrega de todos ellos a una película que, por desgracia, suena mejor de lo que acaba siendo.
En definitiva, 'Requisitos para ser una persona normal' es una comedia romántica que quiere ser diferente sin terminar de conseguirlo, pero al menos es entretenida -aquí también ayuda bastante su reducido metraje- y tiene un dúo protagonista con suficiente atractivo como para que uno pueda pasar un buen rato. Personalmente, la pongo por encima del otro estreno de la semana que os comenté este pasado miércoles, pero no tengo claro que sea una buena opción para los haters de este tipo de cine.
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