Allá por mediados de mayo, ya nos llegaban desde la Sección Oficial del Festival de Cine de Cannes los rumores de que 'Relatos Salvajes', del argentino Damián Szifrón era —y permítanme la redundancia—, una salvajada. Se quedó fuera del Palmarés y empezamos a pensar que exageraban, que las películas de episodios nunca son para tanto y que su buena prensa venía gracias al peso pesado de su productora, El Deseo, la compañía de Pedro Almodóvar.
El tiempo, las críticas que nos llegaban de los medios internacionales y el taquillazo que ha supuesto tras su estreno en Argentina y que ya está funcionando muy bien en nuestro país, nos hacían ver que lo más probable era que nos equivocásemos y su paso por el Festival de Cine de San Sebastián nos terminó de convencer: 'Relatos Salvajes' es —vuelvan a permitirme la redundancia— una salvajada, una crítica voraz sobre el mundo el que vivimos llena de situaciones llevadas al límite.
La cómica violencia de la realidad
¿Quién no ha querido, alguna vez, pegarle un puñetazo a alguien que se está pasando de listo? Eso es lo que nos propone Damián Szifrón en su tercer largometraje, dividido en 6 historias muy diferentes pero con un punto en común: la pérdida de paciencia de ciudadanos normales en situaciones tan comunes como un viaje en avión, ir a recoger el coche que se ha llevado la grúa o una boda. Situaciones, en apariencia normales, y que en más de una ocasión, el espectador no podrá evitar sentirse identificado, y que Szifrón lleva al límite.
Cargada de humor negro y cada uno de sus fragmentos con su propio estilo narrativo, aunque sin perder en ningún momento la coherencia narrativa y visual, 'Relatos Salvajes' utiliza la violencia como el elemento catártico de los personajes en su último intento de, o bien hacer justicia, o bien venganza o bien satisfacer su orgullo más hinchado. Una violencia que Szifrón nos presenta cómica y a la vez de forma tan veraz que asusta el nivel al que el espectador puede llegar a entender las acciones de los personajes.
La catarsis de los personajes
Mucho se ha hablado del efecto catártico de 'Relatos Salvajes', y no nos extraña. El espectador llega a comprender tanto a los personajes, que vive su explosión, su pérdida de control, su salvaje búsqueda de justicia y en definitiva, su catarsis, como algo liberador. Un sentimiento que viene reforzado por el brillante abanico de actores. Un reparto coral del que nos quedamos con Ricardo Darín y la progresión de su bombita o la extravagante Érica Rivas y su novia despechada —¿por qué no la conocíamos en España?—.
Es cierto que es muy díficil que todas películas compuestas por episodios independientes sean uniformes, regulares y mantengan la coherencia en cada uno de sus fragmentos, pero lo cierto es que 'Relatos Salvajes', lo es. Y cada uno a su manera. El resultado es el de 6 cortometrajes que ahondan en el instinto más profundo del ser humano y que lucha por la injusticia, la estúpida burocracia gubernamental, la impunidad y corrupción de los ricos. Parece cosa seria, pero hacía tiempo que no escuchaba a una sala entera reírse de forma tan sincera.
Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com
VER 24 Comentarios