En Netflix tienen bastante claro que hay una serie de títulos que son los grandes emblema de la plataforma. 'Stranger Things' lleva años siéndolo y 'Miércoles' irrumpió con fuerza el año pasado, pero quizá la serie con más posibilidades de seguir siéndolo a largo plazo es 'Los Bridgerton'. A fin de cuentas, hay ocho novelas para adaptar y por ahora solo se han abordado dos de ellas.
No obstante, eso no parece ser suficiente para Shonda Rhimes, quien no dudó en crear personalmente una precuela finalmente titulada 'La reina Carlota: Una historia de los Bridgerton'. Y digo personalmente porque el personaje protagonista no aparecía en los libros de Julia Quinn, lo cual seguro que le ha dado más libertad a la hora de dar forma a su gusto a una miniserie que explora en los años mozos de la reina.
Imprescindible si te gustó 'Los Bridgerton'
Todavía habrá que esperar hasta el próximo 4 de mayo para poder ver los seis episodios que dan forma a 'La reina Carlota: Una historia de los Bridgerton', pero yo ya he podido ver los dos primeros y tengo claro que se trata de un aperitivo perfecto para hacer más llevadera la espera hasta el estreno de la tercera temporada. Es verdad que existen ciertas limitaciones -sabemos qué personajes están condenados a acabar desapareciendo en algún momento o a pasarles algo muy concreto y cuáles son prácticamente intocables-, pero todas las fortalezas que convirtieron en un enorme éxito a 'Los Bridgerton' siguen ahí.
Obviamente, los amoríos de los personajes tienen un peso fundamental en la historia, volviéndose a ellos con la excusa de una pequeña crisis por la que está pasando la reina en la actualidad. Y es que, tal y como se había anunciado, hay un puñado de actores vistos en 'Los Bridgerton' que repiten presencia aquí, pero incluso Golda Rosheuvel tiene una aparición secundaria, ya que lo que realmente interesa aquí a Rhimes, que firma los guiones de todos los episodios, es echar la vista al pasado.
Como era de esperar, Carlota es la gran protagonista de la función, prestándose una atención especial al conflictivo inicio de su relación con el rey Jorge, pero también a la singularidad que representa dentro de la corte. Eso ayuda a dotar a la serie de una energía particular, que encaja muy bien como precursora de lo que vimos que sucede varias décadas después en 'Los Bridgerton', siendo también un gran acierto de casting el fichaje de India Amarteifio para dar vida a una versión joven del personaje.
No obstante, he de confesar que me estimularon más las apariciones de Arsema Thomas como una Lady Danbury todavía adolescente, ya que transmite una frescura envidiable, tanto por su evidente falta de interés en su marido como en sus reacciones posteriores. Ahí la serie consigue una dosis extra de agilidad que permite que todo fluya y que la cosa no es estanque en lo referente a los problemas de Carlota con su recién conocido esposo.
Por ahí, Rhimes también se muestra bastante inspirada al vincular ese romance a otra subtrama romántica en la que vuelve a quedar claro que aquí lo que interesa no es nada parecido a cualquier tipo de rigurosidad histórica, sino potenciar ese toque oyoyoy que a su manera viene a ser el equivalente a un gran relato palomitero para aquellos espectadores más interesados en ver hasta dónde se puede jugar con las relaciones amorosas entre los personajes.
Eso también supone un despliegue técnico equiparable al de 'Los Bridgerton', pues el lujo y la ostentación también resultan un elemento clave en este universo. Habrá quien siga prefiriendo centrarse únicamente en los anacronismos históricos, pero es que eso supone partir de una idea de partida que para estas series no tiene especial relevancia. Si quieres cargártela por eso perfecto, como quien diga que todas las películas de Spider-Man son una basura porque es imposible creerte que una picadura de araña te haga desarrollar superpoderes.
No obstante, Rhimes sí se permite pequeños jugueteos con el tema de las tradiciones de la época, destacando un diálogo del personaje de Michelle Fairley, la inolvidable Catelyn Stark de 'Juego de Tronos', sobre cómo había evolucionado cierta tradición propia de las noches de bodas. Y es que la diversión también tiene un peso importante aquí, aunque eso muchas veces no suponga apostar abiertamente por el humor, sino integrarlo de diferentes formas en el relato. Un buen ejemplo lo tenemos con todo lo relacionado con el perro de la protagonista.
Otro detalle llamativo es que Rhimes escribe los guiones de todos los episodios y Tom Verica, que ya firmó dos episodios de la primera temporada de 'Los Bridgerton' y otro par de la segunda, se encarga de la puesta en escena de todos ellos. Obviamente, eso se notará más con la serie completa, pero esto ayuda a que haya una continuidad más marcada en todos los elementos y que no haya ningún tipo de bache de interés. A fin de cuentas, ambos saben qué significa da momento para el futuro y son ellos mismos los que van a tener que recoger lo que han ido sembrando.
¿Entonces merece la pena o no?
Salvo que haya un inesperado bajón en los episodios restantes, 'La reina Carlota: Una historia de los Bridgerton' se va directa que va a mi lista de las mejores series de Netflix de lo que llevamos de 2023, pues recupera todo lo bueno que funcionaba en la serie madre pero logra brillar por sí misma. Eso sí, donde no creo que entre es en la de las mejores miniseries de Netflix. Ahí el nivel es demasiado alto, y la obra que nos ocupa es muy disfrutable, pero tampoco es realmente excepcional en nada.
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