Prácticamente cada Guerra tuvo su película con el soldado que vuelve a casa y ya no es el mismo, o bien sus recuerdos le matan o bien es rechazado por media sociedad, y no, no voy a citar a ese soldadito cuya cuarta película está en pleno rodaje. La Primera Guerra Mundial tuvo films como 'Remordimiento', del gran Lubitsch, donde un soldado contactaba con los padres de un enemigo al que mató en el campo de batalla. La Segunda Guerra Mundial tuvo el gran clásico 'Los Mejores Años de Nuestra Vida', del genial William Wyler, probablemente la mejor película de todo el grupo. Vietnam fue tratado en films como la sobrevalorada 'El Regreso', o la obra maestra 'El Cazador'. Ahora, y gracias al productor metido a director desde hace tiempo, Irwin Winkler, la Guerra de Irak tiene su película con el grupo de combatientes que regresan al hogar después de pasarlo mal en el frente. Y qué película, ahora con ella quien lo pasa mal es el espectador.
El argumento de 'Regreso al Infierno' gira en torno a un grupo de soldados destinados en Irak que justo antes de volver a sus hogares son elegidos para una última misión. Se tratará de una misión humanitaria, la de dejar víveres y medicamentos en un pueblo. Una vez allí, el convoy sufre una emboscada, y los americanos son atacados ferozmente por el enemigo, habiendo algunas bajas. Este dramático hecho marcará para siempre las vidas de los que regresan a casa.
La sombra de las antes mencionadas 'Los Mejores Años de Nuestra Vida' y 'El Cazador', navega poderosamente sobre esta película, y es difícil quitarse el recuerdo de ambas películas mientras se visiona 'Regreso al Infierno'. De hecho, con el film de Michael Cimino guarda algo más que un parecido argumental, y es por ejemplo, el uso de la banda sonora, una melancólica melodía, compuesta por Stephen Endelman, baña toda la película, de la misma manera que la inolvidable música de Stanley Myers bañaba algunos de los mejores momentos de aquel monumental film, pero claro, 'El Cazador' estaba excepionalmente dirigida e interpretada, y de 'Regreso al Infierno' no se puede decir lo mismo.
Irwin Winkler, que produjo un buen puñado de películas, como la saga de Rocky, o 'Uno de los Nuestros', siempre ha sido un director correcto, con un mínimo de calidad en sus films, si dejamos de lado 'La Red', por supuesto ('A Primera Vista' no la he visto), y prácticamente todos, desde su ópera prima, 'Caza de brujas', hasta la última, 'De-Lovely', gozaban de cierta sobriedad narrativa, un guión sólido, y unas más que convincentes interpretaciones. Quizá la cota más alta de su carrera como director haya sido 'La Casa de mi Vida', con un inmenso Kevin Kline. Lamentablemente, en el presente film, cualquier parecido con su pasado es pura coincidencia, ni siquiera con las más flojas, como la cinta con Sandra Bullock. Winkler no convence en ningún momento, y se queda corto en todo, y ya no hablemos del intento de crítica a la Guerra de Irak, porque es de lo más flojo de una película, a la que ya se le está atacando desde antes de su estreno. Baste decir que en los USA no se distribuirá masivamente hasta el póximo 11 de mayo, y no en todas las salas. Está claro que hay alguien por allí al que no le gusta lo que esta película cuenta.
Y al fin y al cabo no es para tanto, ya que muchos telefilms ha contado el mismo tipo de historia, y hasta si me apuras, mejor que esta cinta. Su comienzo no es del todo desdeñable, donde se produce la única escena bélica de toda la película, una escena que recuerda en cierto modo a la perfecta 'Black Hawk Derribado' (otra referencia más), pero sin el pulso narrativo de aquélla. En un simple cambio de plano, vemos a todos los personajes con cara de agobiados de vuelta en sus casas, donde no son capaces de recomponerse, y ni siquiera el estar cerca de sus familias les ayuda. Toda esta parte de la película no funciona, porque no es creíble, no logra transmitir ni la más mínima emoción. Tal vez es por la inmensa cantidad de tópicos predecibles que nos encontramos en el film, o porque algunas de las interpretaciones no ayudan ni lo más mínimo.
Del lado masculino nos encontramos con la peor parte, salvándose únicamente Samuel L. Jackson, que logra salvarse de la quema, porque este actor suele caer bien al público, y no porque se luzca en la película, que no lo hace, además, no sé porqué, pero este actor siempre ha de tener su discursito en una peli, si no, no está contento. Brian Presley es uno de los que más peso tienen en la función, pero el actor no está nada bien, como tampoco lo está 50 Cent, el rapero metido a actor, cuyo personaje es demasiado forzado y sus intervenciones sobran. Del lado femenino las cosas afortundamente cambian un poco. Christina Ricci sale muy poco, pero la actriz logra estar convincente, aunque su personaje podría haber dado muchísimo más juego. Y la reina de la función, para sopresa de muchos, es Jessica Biel, quien logra quitarse de encima su imagen de mujer terriblemente sexy, y ofrecer una interpretación de verdad. Ella proporciona los pocos y mejores momentos del film, como la delicada y simpática escena en la que se tiene que quitar un jersey antes de acostarse con un hombre. Una escena muy bien resuelta y filmada, algo de lo que carece casi todo el resto.
Un resto que se mueve, o intenta moverse, entre el drama personal, nada bien mostrado, y la crítica, muy cogida por los pelos. Además de tremendamente aburrida, y un mensaje final, que es hasta incongruente por contradictorio. Esperemos que Winkler se ponga las pilas en su próxima película, y que no sea tan mala como ésta.