Ramy es un joven musulman que vive en Nueva Jersey. Hijo de inmigrantes egipcios, el joven se ve continuamente navegando entre sus anhelos y estilo de vida y las exigencias de la tradición y la religión que practica y quiere vivir. Esa es la premisa de 'Ramy', la dramedia creada y protagonizada por Ramy Youssef que se puede ver en España vía Starzplay.
Con diez episodios en su haber y una segunda temporada en camino, tenía bastantes ganas de ver esta serie original de Hulu debido a las buenas críticas que recibió tras su estreno en EEUU el pasado abril. Y, la verdad, es que la propuesta es bastante interesante y refrescante.
En la forma, 'Ramy' recuerda mucho a otras series del mismo palo que hemos visto en los últimos años. Sobre todo me vienen a la cabeza tanto el 'Master of None' de Aziz Ansari como el 'Atlanta' de Donald Glover. A la primera, por su interés en describir las vicisitudes propias del inmigrante en USA; a la segunda más por su sobriedad y su tono a la hora de exponer esto así como el modo de construir las tramas.
Incorporándose a la buena tradición de series semiautobiográficas
Sí que es verdad que, si estáis curtidos en semiautobiografías de este estilo, quizá 'Ramy' no os aporte mucha cosa nueva. Lo más interesante que tiene, por lo menos para mí, es su sincera mirada al islam ya no por estar en un país en el que esta religión es una minoría sino porque es un acertado retrato de la relación que una persona joven tiene con la religión que profesa y las contradicciones en las que caemos.
Y podríamos estar hablando de islam, pero lo podemos extrapolar, dentro de su universalidad, perfectamente al catolicismo y yo, desde luego, me he sentido bastante identificado en algunos puntos. Claro, evidentemente con las diferencias claras entre sendos credos y su contexto sociocultural.
En este sentido, 'Ramy' no desaprovecha el poder explorar los tropos de este tipo de ficciones a la hora de crear el universo de la serie: esos padres "pesados" y algo metomentodos (Hiam Abbass y Amr Waked), el tío (Laith Nakli) que es un "cuñao" de cuidado, esa diferencia entre el trato que recibe el hijo y la hija (Mai Camalawy), etc.
Una serie asediada por sus propias dudas
Los primeros episodios son más dubitativos y, como suele pasar en este tipo de series de autor, se está buscando a sí misma mientras que el espectador, a su vez, está intentando discernir qué está viendo exactamente. Esos comienzos suelen ser siempre de tomarlo o dejarlo... pero si nos quedamos nos veremos recompensados.
Ramy Youssef inunda la serie de su propia experiencia como joven musulmán que se siente forastero en su propio país por ser de la religión de los que tiraron las Torres Gemelas. De hecho, el cuarto y magnífico episodio ('Strawberries') nos lleva al Ramy de doce años y cómo vivió el 11S. Es el primer episodio en el que la serie nos muestra claramente lo que quiere contar.
Sin embargo, la serie no siempre acierta a la hora de ampliar el foco y contarnos historias de la familia y amigos del protagonista. El resultado es desigual y podemos poner como ejemplo sendos episodios dedicados a la hermana y a su madre. Mientras que ambos capítulos hablan en cierta manera de frustración y encontarse a gusto en su vida, el dedicado a Dena se siente desdibujado y sin sentido real, al contrario que el de Maysa.
En líneas generales, 'Ramy' es una dramedia altamente interesante temáticamente pero a su vez es bastante insegura e irregular en su ejecución. El guion oscila episodio a episodio y siempre te deja con la sensación que podría haber sido bastante mejor. La serie está renovada por una temporada 2, por lo que veremos si mejora en ese sentido.
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