No hay prácticamente nadie dispuesto a invertir importantes cantidades de cine para producir una película española, pero sí hay muchas mentes creativas que están dispuestas a hacer casi lo que sea por hacer realidad un proyecto muy querido, un sueño incluso en algunos casos. Eso ha traído como resultado que últimamente no sea inusual que se rueden cintas con presupuestos insignificantes que obligan a que prácticamente todos sus implicados hagan sacrificios.
El año pasado se habló mucho del caso de la interesante 'Stockholm' (Rodrigo Sorogoyen, 2013) y hace unas semanas llegó a los cines españoles '10.000 km.' (Carlos Marqués-Marcet, 2014), la gran triunfadora del último Festival de Málaga. En dicho certamen también pudo verse 'Purgatorio' (Pau Teixidor, 2014), peculiar apuesta por parte de Atresmedia Cine por una obra transmedia de bajo presupuesto. Una gran idea sobre el papel, pero el resultado sólo puede calificarse de cortometraje alargado de forma poco inspirada.
'Purgatorio', una película especial
'Purgatorio' es el primer largometraje de Pau Teixidor, quien consiguió la oportunidad de rodarlo tras ganar un concurso en el que el premio era poder rodar una película. Para ello ha contado con 200.000 euros y un plan de rodaje muy apretado para dar forma a un proyecto muy particular, ya que Atresmedia quiso que se grabase una pequeña precuela que se emitió en laSexta 3 y también un remontaje especial para el consumo vía online en el que se comprime 'Purgatorio' en cuatro episodios de apenas cinco minutos.
Una gran idea sobre el papel para llamar la atención de la mayor parte posible del público, algo que ganó aún más puntos cuando se anunció que iban a regalar con el número de mayo de la revista Fotogramas un código para poder verla online a través de Nubeox o WuakiTV. El problema es que no parece que se hayan hecho los mismos esfuerzos en la creación de la película, la cual está constantemente dándonos la sensación de alargar escenas y secuencias todo lo posible para alcanzar una duración aceptable.
Esto es algo que ya queda claro en su arranque, pues que casi 10 minutos de los 75 de metraje real -la cosa se amplia si contamos los créditos finales- se dediquen a ver a la protagonista yendo a su casa es una decisión un poco desafortunada. Cierto que sirve para resaltar su delicado estado emocional, uno de los grandes motores narrativos de 'Purgatorio', pero eso no sirve de mucho si a cambio sacrificas el interés de un espectador que jamás debería estar ya aburrido cuando se supone que deberían haberte enganchado hacia lo que sucede en pantalla.
Algunos recordaréis a Oona Chaplin por su participación en la televisiva 'Juego de Tronos' y seguramente os sorprenda que aparezca en un título de estas características, pero la cuestión es que nació en Madrid y ya había trabajado en varias ocasiones en nuestro país. Una vez sabido esto, sí que llama la atención que su pronunciación del español sea tan deficiente durante los diálogos iniciales con un correcto pero anecdótico Andrés Gertrúdix, su marido en la ficción. Por suerte, eso se arregla poco después.
Suspense a medio gas
Ambientar la acción en Seseña es uno de los grandes aciertos de 'Purgatorio', ya que nadie que conozca la realidad española osará discutir que el edificio en el que viven los protagonistas no tenga apenas vecinos, un elemento que aviva la sensación de incertidumbre en el espectador en cuanto llega el momento de jugar la carta de que allí están sucediendo cosas raras. Además, se contiene el presupuesto de un título en el que resulta imposible no tener en cuenta sus limitaciones ya de partida.
Se notan también los esfuerzos de Teixidor para exprimir al máximo los limitados escenarios a su disposición tomando como referente títulos como la notable 'El habitante incierto' (Guillem Morales, 2005), pero no consigue evitar la sensación de repetición en lo que debería ser un crescendo dramático a partir del momento en el que el niño al que ha de cuidar la protagonista revela que hay otro niño allí. Tampoco ayuda mucho que se tarde más de media película en llegar hasta ese punto.
No obstante, está claro que el punto álgido es la revelación que se hace justo después de zanjar esa trama, ya que así se aumenta con acierto la fuerza emocional desplegada con eficacia por Chaplin y se utilizan todos los elementos a su disposición para que se contagie al espectador. Es una apuesta dramática discutible desde el punto de vista meramente argumental y requiere un importante salto de fe por parte del público, algo que, por desgracia, no fui capaz de hacer.
En definitiva, 'Purgatorio' seguramente sería mejor si no hubiese sido un largometraje, ya que así se hubiese podido quitar mucho del relleno o material redundante en exceso que lastra lo que podría haber sido una estimable película de suspense. Lo que hay nos permite disfrutar a ráfagas con el solvente trabajo de puesta en escena de Teixidor o la efectividad de momentos puntuales, pero son detalles que no consiguen dar forma a un conjunto que merezca la pena ser recomendado.
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