Hace ya ocho años que se estrenaba 'The Purge: La noche de las bestias', un thriller de terror con una premisa genial pero que a la hora de la verdad dejaba cierto sabor amargo por la forma que tenía de abordarlo. Desde entonces se habían lanzado ya tres películas más y una serie de televisión de dos temporadas, dejando claro que era un universo que seguía interesando al público.
'La purga infinita' estaba llamada a ser la entrega final de la saga. De hecho, así se estaba vendiendo hasta, pero James DeMonaco, creador de la franquicia, ya ha confirmado que tiene en mente al menos una película más que recuperara al personaje de Frank Grillo visto en 'Anarchy: La noche de las bestias' y 'Election: La noche de las bestias'. No tengo muy claro que sea la mejor de las ideas, pues 'La purga infinita' funciona al mismo para dar aires nuevos a este universo y como cierre del mismo.
Ampliando el universo
En su momento os comenté que 'La primera purga: La noche de las bestias' empezaba a dar claros síntomas de agotamiento en la fórmula. Al final, todas las películas giraban sobre las mismas ideas y había llegado un punto en el que tocaba cambiar algo. Parece que el propio DeMonaco era consciente de ello y en 'La purga infinita' opta por explorar el concepto de qué sucedería si la masa sedienta de sangre no estuviera dispuesta a volver a la normalidad tras una noche en la que todo crimen está permitido.
Eso lleva a que 'La purga infinita' tenga un alcance mucho más amplio que evita que esa sensación de repetición respecto a lo visto en anteriores entrega juegue en su contra. Imagino quien habrá que vea eso como una especie de traición, ya que lleva a la película a ser un thriller más al uso en el que la gente se podría haber alzado en armas con motivos racistas sin necesidad de la purga en sí misma.
Y es que 'La purga infinita' mezcla elementos propios de la saga con una suerte de thriller fronterizo en el que todo ha saltado por los aires -en algunos casos de forma literal-. Esto añade mayor dinamismo a un relato en el que, por desgracia, vuelven a aparecer algunos de los problemas habituales de la franquicia.
No niego que la intención crítica de DeMonaco resulta loable, intentando hasta cierto punto abordar ciertos miedos de la sociedad actual para dar más relevancia a lo que podría haberse contentado con ser un sádico pasatiempo, pero los guiones nunca han sido lo mejor de esta franquicia. Siempre hay ideas suculentas, pero nunca dan lo mejor de sí y en ocasiones acaba por volverse en su contra.
Eso es algo especialmente evidente en los diálogos, donde no se trabaja lo más mínimo lo que quiera transmitir al espectador. Es verdad que hay ocasiones en las que se agradece ser lo más directo posible, pero DeMonaco tiende a pasarse de frenada, subrayando todo en exceso, cayendo a menudo en el fallo de restar credibilidad tanto a sus personajes como a las situaciones que plantea.
Las virtudes de 'La purga infinita'
Me temo que aquí vuelve a suceder eso, pero al menos también sabe dar un giro de tuerca a la historia lo suficientemente efectivo como para que esas obviedades en las que cae resten lo menos posible. De hecho, su lectura de la decadencia del sueño americano acaba siendo bastante efectiva, ya que todo tiende tanto al extremo que acaba encontrando acomodo en el estilo de escritura de DeMonaco.
Ya agradecí en en 'La primera purga: La noche de las bestias' que DeMonaco no repitiese tras las cámaras y tengo que volver a hacerlo aquí, siendo todo un acierto la contratación de Everardo Valerio Gout para dotar de una energía diferente a la película. Ya no es solamente por ese toque latino que le aporta ciertos rasgos distintivos, sino porque incluso obtiene un mayor vigor visual, aunque es cierto que ciñéndonos únicamente a la fotografía sí se percibe cierto look televisivo.
En el caso de DeMonaco, se solía tender a instantes con mucha fuerza en forma de planos aislados buscando más el impacto momentáneo que otra cosa, pero aquí realmente se trabaja un in crescendo dramático para que las amenazas a las que han de hacer frente los protagonistas se sientan cada vez más intensas. Eso resulta clave para que uno se meta de lleno en la historia y pase por alto su tendencia a la superficialidad a la hora de retratar a sus personajes.
A ello también ayuda un buen trabajo de su reparto, donde es cierto que nadie llega a brillar realmente, pero todos aportan su granito de arena, sea para mostrar la angustia que padecen o sus habilidades para enfrentarse a situaciones a vida a muerte. Ojalá hubiesen indagado un poco más en ese pasado del personaje interpretado por Ana de la Reguera, pero es que una de las claves de 'La purga infinita' es no dar respiro al espectador, por lo que resultaba muy complicado hacerlo.
Otro punto a su favor es que realmente se siente como una progresión dentro del universo de las películas -reconozco que a la serie me dio pereza acercarme- y podría haber funcionado perfectamente como cierre a la misma. Ya parece claro que no será el caso, pero al menos beneficia a la propia 'La purga infinita' al plantear un escenario en el que volver al más de lo mismo ya va a ser imposible.
En resumidas cuentas
Si 'Election: La noche de las bestias' funcionaba como versión definitiva de un grupo de personajes enfrentándose a 12 horas en los que todo valía, 'La purga infinita' encaja como esa paso adelante necesario para aportar algo diferente. Es verdad que me funcionaría mejor como punto y final, pero sabe muy bien cómo dar lo que promete y llevar este universo a un punto de no retorno.
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