El enorme éxito comercial de 'Psicosis' -de lejos la cinta que más beneficios dio de toda la carrera de Alfred Hitchcock- aumentó el interés de los productores por rodar thrillers con asesinatos de por medio, siendo decisivo para que en Italia surgiera el giallo, pero en Reino Unido también se mostró un gran interés por este tipo de relatos, siendo la Hammer la que más se aprovechó de ello con títulos como 'El sabor del miedo', 'El alucinante mundo de los Ashby', 'El abismo del miedo' o 'Hysteria'.
Sin embargo, esas obras de la Hammer tendían a utilizar los crímenes como excusa para que sus guiones, normalmente escritos por Jimmy Sangster, contaran historias con una tendencia natural a explicarlo todo mediante complots con motivaciones económicas o románticas. Por ello, hay que irse a la Amicus, una de las principales rivales de la Hammer, para encontrar 'El psicópata', la película inglesa de los años 60 que mejor asimiló lo propuesto por Hitchcock en 'Psicosis' que hoy recuperamos por la cercanía de Halloween.
'El psicópata', 'Psicosis' y el giallo
Fundada a principios de los 60, Amicus no tardó en hacerse un hueco con sus thrillers y películas de terror, confundidas a menudo con producciones de la Hammer por utilizar a los mismos actores y realizadores, lo cual fomentaba aún más el error al dotar a las cintas de la Amicus de cierto parentesco visual con los títulos que realmente pertenecen a la Hammer. Una confusión comprensible por parte del espectador primerizo, pero más difícil de entender a poco que uno haya visto varias obras de ambas compañías.
Además, eso no sucede en el caso de 'El psicópata', ya que es cierto que se nota la presencia de Freddie Francis tras las cámaras, pero estamos ante un relato más urbano que resalta la ambientación actual -no podía ser de otra manera teniendo en cuenta la motivación que hay detrás de los asesinatos- en el que además se optó por el color para resaltar aún más que era algo diferente, lo cual le valió para ser especialmente popular en Italia, algo comprensible dado que tiene varios detalles -el asesino enguantado, la ocasional utilización de planos subjetivos desde el punto de vista del asesino, la mayor brutalidad de los crímenes, etc.- que la emparentan directamente con el giallo.
Eso sí, es cuando menos dudoso que 'El psicópata' se inspirase de una forma u otra en lo que había creado Mario Bava poco antes con 'La muchacha que sabía demasiado' y consolidado después con 'Seis mujeres para el asesino', pero más clara es la presencia de 'Psicosis' -algo que potenciaron ya desde el propio título, pues incluso se detectan en 'Schizo', el título previsto inicialmente-, ya que Amicus aprovechó que ya tenía en nómina a Robert Bloch, autor del libro en el que se basó la obra maestra de Hitchcock, para que fuera él quien escribiera el libreto de 'El psicópata'.
El resultado de ello es que uno de los principales sospechosos es un muchacho castrado emocionalmente por una madre dominante con claros trastornos mentales -llega a hablar con las numerosas muñecas que tiene en su casa como si estuvieran vivas- desde el suicidio de su esposo. Es ahí donde más se nota la mano de Bloch, pero aquí se intenta crear la duda con una trama más intrincada que aleja a 'El psicópata' del cine de terror hasta sus minutos finales, donde adquiere un tono próximo al de pesadilla que le viene de fábula para que la sensación de amenaza crezca de forma exponencial, dejando así un recuerdo imborrable en la mente del espectador, sobre todo con esa agonía mostrada en su plano final.
Virtudes y defectos
Cualquiera que conozca la obra de Freddie Francis sabrá que siempre prestó especial atención al aspecto visual de sus películas, algo lógico dado que además de realizador también es conocido por su trabajo como director de fotografía, no ya tanto para que sea llamativo a la vista como para dotar de una innegable elegancia a títulos que en condiciones normales darían poca importancia a este apartado. Eso es algo que llega a percibirse, aunque a un nivel inferior al logrado en sus trabajos con la Hammer, en 'El psicópata'.
Lo que sí se percibe es que el trabajo de montaje es mejorable, ya que se alternan escenas ejecutadas de forma excelente -el primer asesinato, todo un ejemplo de cómo crear tensión pasando de lo general a lo concreto e incidiendo en la brutalidad del propio crimen de forma sutil pero inconfundible- como algunos transiciones entre planos que llaman la atención negativamente. Eso quizá se deba a que haya sufrido algunos cortes o al efecto pernicioso del remontaje, reconocido en su momento por Milton Subotsky -uno de los fundadores de Amicus-, aunque únicamente durante sus últimos minutos para intentar sorprender al espectador en lo referente a la identidad del asesino.
Por lo demás, conviene añadir un elemento más al cóctel realizado en 'El psicópata', ya que además de rastros de 'Psicosis' y el giallo también se perciben rastros del krimi alemán, un subgénero de cine en el que se cometían una serie de crímenes, aparentemente de la mano de un psicópata -luego casi siempre había motivaciones económicas detrás-, y que tomaban como base las novelas de Edgar Wallace. Aquí hay detalles que lo traen a la mente durante la investigación liderada por un efectivo Patrick Wymark en un personaje que sería retomado años después por Amicus en 'La mansión de los crímenes', aunque allí con el rostro de John Bennet.
Por mi parte, no quiero quitar méritos a una investigación que es al mismo tiempo ambiciosa -se plantean varios frentes y todos tienen el suficiente interés por sí mismos, incluso la trama romántica que podría desequilibrarlo todo- y sencilla de seguir, pero también es innegable que es en las escenas de los asesinatos donde 'El psicópata' nos ofrece sus mejores momentos, ya que Francis consigue con suma facilidad que las muñecas -al lado de cada cadáver aparece una simulando ser la víctima- transmitan mal rollo, y tampoco me quiero olvidar del acertado leitmotiv musical empleado para remarcar la existencia de un peligro inminente.
En definitiva, 'El psicópata' es la película inglesa que, pese a sus fallos, mejor supo asimilar todas las tendencias que surgieron tras el éxito de 'Psicosis' -o al menos lo fue hasta la llegada de 'Frenesí'- y aparte supuso una apuesta valiente e interesante por parte de Amicus. Por desgracia, la productora no volvió a interesarse por este tipo de relatos y estos tampoco encontraron continuidad más allá del peso que quedamos darle en el por aquel entonces aún incipiente giallo italiano. Merece la pena rescatarla del olvido en el que ha caído.
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