Ante todo manifestar mi postura ante lo comentado por mi compañero Chico Viejo en su crítica de 'Promesas del Este' y con lo que estoy completamente de acuerdo: damas y caballeros, que Cronenberg no hace dos años que está haciendo cine, que ya lleva más de treinta, durante los cuales ha demostrado con creces su talento, aunque por supuesto también ha metido la pata hasta el fondo. El cambio de género evidentemente le ha llevado a realizar una serie de cambios temáticos que tal vez se alejen un poco, sólo un poco, de las constantes de su peculiar forma de hacer y entender el cine.
Por supuesto que habrá muchos, como un servidor, que prefiera films como la estupenda 'Una Historia de Violencia' a bodrios infumables como 'El Almuerzo Desnudo', films como el presente a excesos como 'Scanners'. Pero también me quedo con películas como 'Cromosoma 3' o 'Inseparables', por poner algunos ejemplos, films donde la fuerza visual del director quedaba bien patente, y en algunos casos, menos de lo que algunos se creen, llegaba a perturbarnos como pocas veces se ha hecho. A pesar de moverse en un contexto más convencional, si queréis llamarlo así, ese tipo de cosas siguen formando parte del buen hacer de Cronenberg.
La película en su sencillez, quizá demasiada, va fluyendo con total facilidad haciéndonos partícipes de su historia en la que entramos con total convicción, gracias al tempo utilizado por Cronenberg, con ese ritmo pausado pero seguro en el que poco a poco vamos conociendo a unos personajes, todos realmente interesantes aunque algunos rayen el tópico más que otros. Al mismo tiempo adereza la historia con alguna que otra imagen truculenta, que nos devuelve a los tiempos más bestias de su director, pero que no tienen nada de gratuito. Hablamos de escenas extremadamente violentas, que en algún caso pueden incluso lograr que el espectador aparte la mirada de la pantalla. Una violencia única, directa, concisa y sin ningún tipo de efectismo. Al respecto cabe citar la ya más que comentada por todos, escena en una sauna, y que muy probablemente pase por derecho propio a los anales de la historia del cine por su viveza, crudeza e impacto. Por cierto, apuntar que actualmente hay pocos actores que se atreverían a rodar dicha secuencia tal y como lo hace Viggo Mortensen aquí, demostrando una vez más que puede hacer lo que le echen. Nominación para este actor pero ya. Está increíble, llegando a levantar la película más de lo que se merece, es más, es probable que sin él en el papel principal, el film hubiera sido otra cosa bien distinta.
Para un servidor la película tiene un enorme problema en sus diez o quince minutos finales, salvando por supuesto el extraordinario plano que cierra la película. De repente a todo se le da el carpetazo, el ritmo pausado que había hasta ese momento se acelera bastante, las coincidencias hacen acto de presencia y todas resultan forzadas. Así pues, el relato no me parece tan perfectamente cerrado como pretende exponerse por ahí.
Evidentemente esto no impide que nos encontremos ante una buena película, que junto con algunas otras maravillas que se han estrenado muy recientemente, forma parte de lo mejor que en estos momentos puede ir a verse a una pantalla grande. Ya era hora.
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