Tras su emisión en Estados Unidos y en España en TNT, HBO estrena de golpe en su plataforma la primera temporada completa de 'Prodigal Son', un drama criminal (procedimental para más señas) que parte de una premisa de lo más prometedora: la de un hijo asesor de la policía que se ve obligado a pedir consejo a su padre, un convicto psicópata conocido como "El cirujano".
Chris Fedak y Sam Sklaver, quienes ya habían trabajado juntos en 'El ilusionista (Deception)' crean y capitanean el guion contando la historia de Malcolm (Tom Payne, 'The Walking Dead'), un psicólogo forense que es despedido del FBI pero a quien el teniente de la policía de Nueva York Gil Arroyo (Lou Diamond Phillips) le pide ayuda para un caso.
Ese caso lleva por todos los lados la firma de identidad de Martin Whitly, alias El Cirujano (Michael Sheen, 'Good Omens') pero no puede ser él por motivos evidentes. Sin embargo, esto hace que Malcolm vuelva a encontrarse con su padre después de diez años sin verse.
El hijo pródigo
Buena parte del piloto se preocupa en construir la relación padre e hijo y cómo el primero transmitió durante años gran parte de su conocimiento a su adolescente retoño. Martin está orgulloso de su obra, le divierte y fascina lo truculento y pocos actores más apropiados que Sheen para hacerlo. Es más, a su lado, la actuación de Payne es histriónica.
La serie, por otro lado, asume desde su inicio uno de los tropos más comunes del procedimental policial: el del asesor externo. Y le pone a este asesor otra característica bastante habitual: no es que sea un experto, sino más bien un genio en su materia de los que nada más ver una escena del crimen te hace el perfil del asesino y la reconstrucción de los hechos... y tiene un pasado siniestro.
No por compartir estos rasgos, 'Prodigal Son' es menos interesante. Los guionistas se interesan por lo sibilino del personaje y en la relación paternofilial. Una de las primeras frases que oímos en la serie es del padre diciéndole a su hijo que le quería porque "eran lo mismo". De esa base se construye no tanto la relación paternofilial sino la personalidad de Malcolm.
Cuando el protagonista es el verdadero puzle
Más que el verdadero psicópata o los macabros asesinos a los que se enfrentan los protagonistas, Malcolm es, en realidad, el puzle a resolver en 'Prodigal Son'. Los casos pueden ser mejores o peores, más interesantes, impactantes o lo que sea, pero este brillante psicólogo forense y por qué es como es. La profundidad real de las cicatrices producidas en su infancia, con el trauma de la detención de su padre, es el verdadero misterio.
Quizás por este peso que se le da a explorar a Malcolm, y los secretos y mentiras de su infancia, es por lo que la serie huye conscientemente de otros lugares comunes del género (o de directamente, las series) como la tensión sexual no resuelta con otro personaje. Por lo menos no está planteado evidentemente desde el principio.
Con lo que sí que juegan es con las expectativas. El piloto es soberbio, bastante sólido y trabaja muy bien los personajes y el caso. Pero el resto de la serie no llega al listón propuesto y tarda en encarrilar un poco la historia general, sobre todo en esos episodios intermedios del comienzo en los que la serie intenta infructuosamente encontrar el tono preciso.
En líneas generales, 'Prodigal Son' es notable. Sus mayores defectos vienen de la naturaleza de ficción de cadena generalista que tiene. Y aún así la ficción original de FOX se nota ambiciosa, con un aspecto muy cuidado, un gusto por lo grotesco (todo lo que puede ser con una calificación de 13 años), por cierto humor macabro y unas ganas de convertir a Martin en el próximo Hannibal (es menos elegante que el drama de NBC, eso sí). Otra cosa es que lo consiga.
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