Es normal que en la carrera de todo actor haya épocas de mayor y menor esplendor, pero hay casos en los que simplemente llega una etapa de decadencia de la que dichos intérpretes parece que jamás lograrán escapar. Un caso actual muy ilustrativo es el de Nicolas Cage, quien es cierto que aún hace alguna buena película de vez en cuando, pero lleva ya muchos años atrapado en una peligrosa espiral en la que parece que acepta casi cualquier cosa que le ofrecen.
Otro buen ejemplo sería el de Bruce Willis, ya que el protagonista de ‘Jungla de cristal’ (‘Die Hard’) fue durante muchos años una de las mayores estrellas de Hollywood, pero lleva ya varios años en los que parece que solamente participa en títulos condenados al mercado doméstico. Eso no quiere decir que esos títulos sean necesariamente malos, pero la cosa cambia si hablamos de 'Mercancía peligrosa' (‘Precious Cargo’), una de las cintas más lamentables que he visto últimamente.
Sin pies ni cabeza
Es obvio que la presencia de Willis era el gran gancho de una producción de escaso presupuesto en la que el verdadero protagonista es Mark-Paul Gosselaar, quien en su momento dio vida al mítico Zack Morris en la televisiva ‘Salvados por la campana’. No voy a negar que entonces demostró tener buenas dosis de carisma, pero aquí brillan por su ausencia en un personaje que solamente por esa vía podría tener algún tipo de interés.
Ahí es justo reconocer que el paupérrimo nivel del guion escrito por Max Adams, también director de este esperpento, y Paul V. Setachitt no ayuda demasiado, ya que sus motivaciones nunca están bien explicadas, el desarrollo del personaje -y de todos los demás- está repleto de momentos que te hacen llevarte las manos a la cabeza ante el sinsentido que estás presentando y la guinda del pastel revenido son unos diálogos que pretenden mezclar frescura e ingenio y simplemente dan bastante pena.
Una buena muestra de ello lo tenemos en la complicada relación que une al protagonista con el personaje de Claire Forlani. Es evidente que es ahí donde ‘Mercancía peligrosa’ pretende ser, a falta de una palabra que lo defina mejor, molona. Eso da pie a situaciones esperpénticas que mezclan inverosimilitud y ridiculez para intentar que entendamos los motivos por los que él sigue enganchado a ella después de todo lo que le ha hecho pasar.
Lo peor de todo es que sus dos deficientes protagonistas son al menos mejores que los personajes secundarios, ya que el caos interno de la película alcanza su mayor esplendor con Lydia Hull, el segundo interés romántico del protagonista, mientras que Jenna B. Kelly, que ya había trabajado con Willis en ‘Extraction’, demuestra ser poco más que una cara bonita que no tiene la más mínima idea de cómo actuar. Poco futuro le veo más allá de papeles para hacer bulto y seguramente acabar haciendo desnudos si quiere seguir trabajando.
Qué bajo has caído, Bruce Willis
Mi única esperanza estaba en saber si Willis era capaz de animar un poco el cotarro, ya que es un actor que siempre me ha caído muy bien y que sabe manejar su carisma como pocos. Por desgracia, parece que ha entrado en una fase de su carrera en la que se ha vuelto perezoso y en la que se fija más en el cheque que va a cobrar que en cualquier otra cosa. Aquí seguro que se ha llevado al menos 2 o 3 de los 10,5 millones que ha costado hacerla por un papel que dudo que le haya llevado más de un par de días de rodaje.
Justo es reconocer que él protagoniza la mejor escena de la función -aunque igual sería más adecuado decir la menos mala-, una en la que tortura a uno de sus secuaces, ya que solamente ahí se vislumbra algo de cierto interés. Por lo demás, se limita a poner cara de intenso, recitar los horribles diálogos escritos por Adams y Setachitt y a dejarse ver por ahí de vez en cuando -como mucho aparecerá durante 10 minutos- para recordarnos el motivo de haber elegido ver ‘Mercancía peligrosa’.
Lo cierto es que no llega a ser tan paupérrimo como otros aspectos de la función, pero sí que resulta descorazonador ver lo bajo que ha caído al aparecer en un subproducto de este calibre, llegando incluso a dar la sensación de estar bastante perdido durante el tramo final. Es cierto que no ayuda todo lo que hay a su alrededor -no me olvido de la factura visual que queda en ridículo en comparación con casi cualquier producción televisiva actual o de la incapacidad de Adams para dar la menor intensidad a cualquiera de las escenas de acción-, pero eso tampoco debería servirle como excusa.
En definitiva, ‘Mercancía peligrosa’ es un cero a la izquierda, una absoluta pérdida de tiempo y un insulto al cine de acción que en varios momentos te hará sentir incredulidad ante lo que estás viendo. Un guion horrible, una puesta en escena lamentable y un reparto que oscila entre lo malo y lo pésimo dan forma a un entretenimiento que ni siquiera sirve para que un largo vuelo se te haga más distraído, pues casi hubiera preferido estar en mi asiento sin hacer nada.
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