'Pose' se consolida como una de las grandes series del momento en su brillante temporada 2

Tras una primera temporada en HBO que no hizo mucho ruido y que no tardaría en mudarse a Netflix, una vez finalizada su segunda entrega (de momento, solo en HBO), la sorprendente 'Pose' se ha posicionado como una de las series del año.

Y lo ha hecho en parte gracias a sus creadores, los omnipresentes Brad Falchuk y Ryan Murphy, y en parte gracias a uno de sus protagonistas, Billy Porter, que hace escasas semanas se hizo con el premio Emmy al mejor actor dramático por su papel de Pray Tell en la serie.

Como apunte, es necesario decir que Porter ha sido el primer hombre negro abiertamente gay que ha ganado este galardón, y que, además, es todo un perro viejo de las tablas de Broadway. En sus estanterías ese Emmy ya está felizmente acompañado de un Tony por el musical 'Kinky Boots' (optó al Globo de Oro, también por 'Pose', pero perdió ante Richard Madden).

Con 'Pose', los creadores de 'American Horror Story' se han propuesto introducir al gran público en la cultura ballroom, que tuvo su época dorada cuando el single 'Vogue' de Madonna copó los primeros puestos de las listas de ventas a nivel mundial.

Cuando los dramas del SIDA y la marginación social están envueltos en purpurina

Y es aquí donde arranca la segunda y brillante temporada de la serie, justo cuando 'Vogue' deja de ser una subcultura y parece que nuestros marginales protagonistas van a ver, por fin, la luz al final del túnel, siendo reconocidos como ciudadanos de pleno derecho sin tener en cuenta su raza, su condición sexual o su género.

Pero las cosas no son tan fáciles como parecen: un simple número uno radiofónico no deja de ser un fenómeno que en pocas semanas se desinfla... y con él, las aspiraciones de los personajes de 'Pose'.

Aparte del ostracismo social que sufren Pray Tell, Blanca (MJ Rodriguez), Elektra (Dominique Jackson; el próximo Emmy de la serie para ella, por favor), Damon (Ryan Jamaal Swain), Angel (Indya Moore), Lil Papi (Angel Bismarck) y demás personajes de la serie, esta temporada hace especial hincapié en el drama del SIDA, una epidemia que a finales de los 80 y principios de los 90 aún no contaba con apenas control médico más allá de la prevención y dejaba atrás a un buen número de personas, en su mayoría hombres homosexuales.

Pero lo que Falchuk y Murphy, ya sea por la habitual corrección política norteamericana o por simple amor a esta subcultura, han sido capaces de hacer en esta temporada es que la tragedia pase a un segundo plano y le adelanten por la derecha la comedia, la ternura, la amistad, la sororidad y las espectaculares imágenes de los bailes, los desfiles y la ronca voz de Billy Porter comenzando con un sonoro the category is...

En esta tanda de capítulos las líneas se desdibujan más que nunca: (ojo, pequeño SPOILER) una importante muerte ha marcado a todos los personajes; Elektra ha demostrado que dentro de su mono de látex y de su 1,85 de altura tiene escondido un corazoncito y se desvive por sus hermanas; Angel ha conocido el amor; y Blanca ha tenido que, por una vez, preocuparse por ella misma antes que por nadie.

'Pose' sigue rompiendo moldes en su temporada 2

Moviéndose entre la tragedia más sórdida y la comedia más tierna, esta segunda tanda de 10 capítulos nos ha conseguido sacar más de una sonrisa y hasta alguna carcajada, sobre todo en las escenas de Elektra, que sacó su vis más cómica mientras escondía un cadáver vestida de dominatrix y metiendo en el ajo a una descacharrante peluquera de dudoso origen con pinta de ser la última opción al que una persona cabal pediría ayuda para esta tarea.

Pero con 'Pose' también se nos ha metido algo en el ojo al ver cómo el SIDA va consumiendo y transformando la vida de los protagonistas y al ser testigos de las fatales etapas que esta enfermedad tenía entonces. Sin duda, 'Pose' es una serie que ha roto moldes.

Lo ha hecho tanto de forma, ya que es la primera ficción donde todas las actrices que dan vida a transexuales son realmente mujeres trans, como de fondo, gracias a la plena normalización de temas tabú o de minorías silenciadas. Y todo con un velo de purpurina rosa y una banda sonora a la que es imposible resistirse.

'Pose' es una opción más que interesante para descubrir una época que no nos pilla tan lejos, ni en el tiempo ni en el espacio. Y por cierto, ya se ha confirmado la tercera temporada, que podremos ver el año que viene y que en esta ocasión Billy Porter hace doblete: además del protagonista, será el director.

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