Jacques Tati se ha reído siempre de los elementos modernos del urbanismo y la arquitectura. Lo hacía ya en ‘Mi tío’ (‘Mon Oncle’, 1958), film que recomiendo para empezar, si aún no se conoce la filmografía de este ácido observador de la sociedad, pues es más entretenido y abiertamente humorístico. En ‘Play Time’ (1967), de la que ha aparecido una edición restaurada recientemente en Blu-ray en The Criterion Collection, Tati lleva esta crítica mucho más allá para convertirla en el centro del film, por encima de argumento o personajes, creando una obra casi experimental.
Con cada elemento —la puerta de cristal, las sillas con respaldo en forma de corona, las ventanas por las que se ve un apartamento entero, los sillones que se aplastan y hacen ruidos confusos, la rotonda que se convierte en los caballitos, los porteadores de una luna que parecen bailarines… — obtiene largas escenas de las que saca el máximo partido y un humor sutil, en ocasiones, y otras veces, más cercano a la pantomima. ‘Playtime’ derrocha ideas: no hay objeto al que no se le extraiga la comicidad.
La mejor demostración de lo que opina el autor sobre estos espacios diáfanos y esta decoración minimalista se aprecia cuando se rompen los paneles que cubren las paredes de ladrillo y en la parte más destruida por fin comienza una diversión que, hasta entonces, parecía imposible en un ambiente tan estirado y artificial. Las situaciones que arrancan con cierto comedimiento, se desmadran hasta convertirse en auténticas locuras y la cena amenizada por los músicos es posible que sirviese de inspiración a Blake Edwards, el director que mejor ha representado las fiestas en cine y que justo un año después estrenó ‘El guateque’ (‘The Party’, 1968).
Muchas de las observaciones de Tati en esta película, de hace cuarenta y tres años, todavía son aplicables a la clase acomodada. Se ríe no sólo de los aparatos y muebles últimos, sino también del comportamiento de las personas, tan dadas a rendirse a esa modernidad, entre cuyas actitudes absurdas incluye el constante uso de neologismos en inglés y la imitación de lo norteamericano.

La fotografía es una maravilla, especialmente viéndola en esta versión renovada y en un formato de buena calidad. Cada uno de los encuadres parece una pintura y el juego geométrico que dan los edificios de la época es sublime. Tati es más dado a los planos generales que a la cercanía con el ser humano y más en esta cinta, donde apenas existen los personajes. La utilización de la profundidad de campo —es decir, del foco en todos los términos— es primordial en un film donde lo importante puede estar ocurriendo en cualquier rincón del encuadre, rodeado de una enorme cantidad de elementos. Los auténticos monumentos de París sólo se perciben en tres ocasiones, reflejados en las puertas de cristal, lo cual es también un hallazgo elocuente y genial.
El tratamiento del sonido es igualmente superlativo. Los diálogos no tienen importancia en ninguna de las secuencias y están para ambientar, como cualquier otro ruido de fondo. La banda sonora se compone, por lo tanto, de los zumbidos de los neones, los crujidos de los sillones, los rechinados del calzado, los golpes de las puertas, platos y cubiertos, el murmullo del tráfico, los pitidos de los automóviles… y de la música o voz diegética que proviene de las orquestas y de los televisores.
De alguna forma, puede recordar a ‘Berlín: sinfonía de una gran ciudad’, de la que hablé en otra ocasión, ya que ambas reflejan, con cuarenta años de distancia, los distintos momentos del día de la gran urbe y el comportamiento de sus ciudadanos, así como el efecto que tienen los progresos tecnológicos e industriales en ellos. La de Walther Ruttman era, por supuesto, más documental y objetiva, y no se prestaba al humor, como ésta, pero ambas significan un gran retrato de la sociedad de su momento y juegan con el sonido —el imaginado en el caso de la alemana— de manera similar.

Tati repite con su personaje de Monsieur Hulot y vuelve a cometer alguna torpeza y metedura de pata, aunque está más tranquilo que en otros de sus films, ya que aquí los edificios cobran todo el protagonismo.
Es muy curioso, igualmente, observar la moda de entonces. Se capta a personas que representan lo más moderno de la sociedad. Los hombres siempre trajeados de punta en blanco y las señoras con moños que requerirán horas de peluquería y modelitos monísimos impecables. Muy de vez en cuando aparecen otras personas que portan atuendos más mundanos y el contraste con éstos es tal que produce impresión, pues parece que hubiesen salido de otro tiempo: obreros, turistas, jóvenes con vaqueros y beisboleras, mujeres con pelo suelto y pantalones…
No es de extrañar que la producción llevase casi tres años y que el proyecto dejase en la ruina a Tati, quien perdió su empresa y tuvo que ceder los derechos de sus obras anteriores. Construyó en decorados una ciudad entera, con calles y edificios de acero y cristal, además de coreografiar a numerosos actores y figurantes. Todo ello se perciben casi como un imposible.
‘Playtime’ es un film ambicioso, burlón y magistral, la culminación de la obra de Jacques Tati. Más de dos horas de puro éxtasis visual que mantienen la atención de un hipnotizado espectador que pasará de la carcajada a la sorpresa una y otra vez.
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10 comentarios
Atticus
Maravillosa película, igual que el resto dirigidas por Tati que he podido ver.
Por cierto no sé si alguien tiene el pack en dvd de Tati, que incluía Play time, Día de fiesta, Las vacaciones de M. Hulot y Mi tio. Si alguien lo tiene o ha podido verlo, me gustaría saber que tal son las ediciones en dvd de las películas xq es un pack al que le he echado el ojo hace tiempo, pero con el que tengo alguna dudilla sobre su calidad.
Por cierto si alguien no ha visto una película de Tatí y puede hacerlo, que no lo dude, es una maravilla, como la lluvia en Sevilla.
Agur!.
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Atticus: no sé cómo será esa caja. Yo lo que tengo es una que salío de latón de 'Mi tío', que venía con un reloj y tal, pero eso es de hace muchos años, la caja que tú dices es más reciente. La edición de The Criterion Collection la puedes comprar por Amazon, supongo.
Sioner: ciertas ambas cosas que dices. El momento de los posters de todas las ciudades en las que todas sale el mismo edificio es una de las miles de genialidades, porque tiene un montón y se pueden estar recordando constantemente sin parar.
Es verdad que puede poner de los nervios, pero creo que en otras películas más que en ésta, cuando tropieza, lo rompe todo...
Usuario desactivado
Exacto. La fotografía es actualísima. De hecho, la gente más moderna que está haciendo hoy en día publicidad y videoclips y las cosas más innovadoras utiliza este tipo de tonos grises, este look poco saturado y también los planos generales y las composiciones arquitectónicas. Es una peli muy de ahora.
sioner
Hay que reconocer el enorme talento de Tatí en esta película, especialmente en lo ingenioso que resulta en algunos momentos (me viene a la mente la turista que sueña con ir a Londres con un panfleto de un edificio idéntico al que está mirando en ese instante en una calle de Paris o el apoteósico final en la que la ciudad en si es una coreografía, realmente sorprendente). En cualquier caso, esta película consigue ponerme de los nervios inconscientemente, a pesar de su maestría tiene algo que hace que te den ganas de tirar una lámpara al televisor (o el proyector, dependiendo de donde se vea).
ÁlexDarko
Desde que vi 'Mi tío' no he vuelto a ver una película del señor Tati, y no le echo de menos. Ni una risotada con la película, y ni siquiera recuerdo haber sonreído, solo me acuerdo de lo interminable que se me hizo. Él se podrá reír de lo que quiera, pero yo con él desde luego no.
453178
A pesar de que es una película de 1967, su look es de una película de ahora, es decir, no se ve como una película de esos años o muy avejentada.
¡SALUDOS!
mrlombreeze
Me encanta esta película. La considero de imprescindible visionado. No sé qué narices se enseña en una escuela de cine, pero espero que Playtime forme parte el temario.
gordons
Jacques Tati un auténtico genio. Toda su obra es una maravilla y esta en concreto no tiene desperdicio, como muy bien dices, una joya.
ricar2
Fíjate que a mí me pasa una cosa con Tati. Me gustan mucho más sus primeras películas (Jour de fête, Monsieur Hulot, y Mon oncle) que esta y Traffic, la siguiente, donde me parece ya cansino, abrumador, y bastante obvio. Me cansa tanto mensaje anti-modernismo, que ya había quedado patente y acabado con Mí tío, y en estas dos últimas películas no hace sino repetir machaconamente el tema. Su inteligencia visual y su habilidad con los sonidos ya había quedado ampliamente demostradas con sus 3 anteriores trabajos y, en definitiva, ya no aporta nada nuevo aquí y en la siguiente.
coltrane
Sin duda una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Y curiosamente tambien la he repasado hace poco. No tiene nada que ver con ninguna otra película, no hay gags para desternillarse, es todo más sutil, para ir con una sonrisa durante todo el metraje. Maravillosa.