'Piratas del Caribe: El Cofre del Hombre Muerto', falta de pasión, chistes por doquier y algún homenaje

Que conste. 'Piratas del Caribe. La Maldición de la Perla Negra' es una película entretenida que bebe de un montón de películas más pero lo hace con dignidad, y además tiene a un Johnny Depp absolutamente magnífico que fue obsequiado con una más que merecida nominación al Oscar al mejor actor. Muchos fuímos lo que deseábamos en el fondo de nuestro corazón que su nombre fuera pronunciado a la hora de abrir el sobre, pero un inspiradísimo Sean Penn le ganó la batalla. Mucho me temo que Depp no volverá a repetir fortuna por su exagerada repetición del personaje en esta lógica continuación que yo he ido a ver con cierto interés, ya que si la primera parte me sorprendió en la medida de lo posible (no llega a entusiasmarme), me esperaba más o menos lo mismo de la segunda entrega, o quizá más ya que su trailer prometía algo grande. Y grande es como están tratando a esta película en algunos medios, incluído éste. Me parece bien, pero no lo comparto ni lo más mínimo. Bueno, depende del concepto de grande que tengamos, si juzgamos grande como película de efectos visuales larga hasta la eternidad, llena de tonterías y con un guión enormemente simple, pues entonces sí, el film es el más grande que se haya hecho jamás dentro del género de aventuras. Pero vayamos por partes, que tampoco voy a destrozar el film, aunque sí es cierto que tiene más defectos que aciertos. 'Piratas del Caribe: el Cofre del Hombre Muerto' continúa las aventuras de Jack Sparrow en compañía de sus amigos y antagonistas al mismo tiempo William Turner y Elizabeth Swann. Esta vez, cual Indiana Jones, van en busca de un cofre que guarda en su interior algo realmente valioso para todo aquél que lo posea. Sin embargo, un nuevo personaje, el carismáticamente malvado Davy Jones intentará que no se salgan con la suya mientras sigue recopilando almas para su barco fantasma, El Holandés Errante.

El nexo de unión con la anterior película está perfectamente explicado, es más, no hacía falta comerse demasiado el coco, ni que se tratara de continuar un film que queda perfectamente cerrado. Sin embargo, eso no quiere decir que esté bien realizado, de hecho coincido con mi compañero Chico Viejo en que la primera secuencia del film es horrorosa. Ese ralenti con la lluvia cayendo sobre los platos, los pozillos, la mesa, el suelo y el rostro de una Keira Knightley que parece drogada invitan seriamente a escaparse de la sala del cine y no volver nunca más. Además la escena en sí es incongruente. ¿Qué hace allí sentada? Porque si ya sabe que han interrumpido su boda, es tonta al sorprenderse de que se llevan a su mozo preso, y si no lo sabe, pues también, por estar allí sentada con cara de lela.

A partir de esa pésima escena el film levanta un poco el vuelo, y cuando digo poco es que es poco, ya que estamos ante una película que acentúa en demasía los evidentes fallos de su predecesora, algo realmente curioso y que demuestra que no han aprendido la lección. Si la anterior entrega adolecía de ser excesivamente larga, aquí ya se pasan en la duración, y es que un blockbuster veraniego (no nos olvidemos de que es únicamente eso) no debe nunca sobrepasar las dos horas de duración, y si lo hace, no distraer al personal con secuencias alargadas innecesariamente. Ojo, no estoy diciendo que el film sea aburrido, eso es imposible, pero tampoco es ese gran entretenimiento que muchos dicen que es. Y es que no todo el mundo es Spielberg, Singer o Jackson, por citar tres ejemplos de directores que han hecho algún film largo y nada aburrido. Dicho de otro modo, Gore Verbinski no tiene la suficiente garra narrativa para llevar a buen puerto una película que se pierde en su propio argumento (que ya es el colmo, debido a la simpleza del mismo), en una apabullante erupción de efectos visuales que se lo tragan todo (eso sí, extraordinarios) y en la supuesta interpretación de unos actores que hoy día son de los que más favor gozan entre el público, el infantil claro, no, el juvenil, no, el adolescente. Bueno, el adulto desde luego no.

Y en la cuestión actoral hay que hacer una más que evidente división. Johnny Depp es un gran actor, de eso no cabe la más mínima duda. Sin embargo, lo he encontrado bastante menos inspirado que en la anterior película donde nos sorprendió a todos (y nos encantó) con su espléndida composición de Jack Sparrow. Aquí ha acentuado su amaneramiento hasta el límite, y si no, atención a su forma de correr, que sí, es divertida, pero tal vez un poco exagerada, al igual que el resto de sus tics. Con esto no quiero dar a entender que el actor lo esté haciendo mal, al contrario, considero que hace una buena interpretación, pero que no alcanza los niveles de genialidad que en el anterior título, e incluso me ha dado la sensación de ver a un Depp un poco desganado, y cómo queriéndose reir de todo.

A Keira Knightley si no fuera porque ha hecho 'Orgullo y Prejuicio' le pondría el título de "la peor actriz de la Historia" porque lo suyo en esta película es de Juzgado de Guardia. Su entrada en escena, antes comentada, indica por dónde van a ir los tiros con esta tía. No es capaz de poner ni la más mínima expresión,ya sea de asombro, o de pena, o de rabia o de lo que sea, y además es el personaje que probablemente protagoniza los momentos más ridículos de la cinta, entre los que se encuentra una estúpida pelea de tres personajes en una playa mientras ella trata de llamar la atención. Verdaderamente lamentable e irrisorio.

A Orlando Bloom curiosamente se le aguanta mejor que en la primera parte, bueno, y que en otras películas. No sé la razón, pero lo cierto es que el muchacho no me ha molestado tanto como pensaba que me iba a molestar. Lo mismo este tío cuando tenga 70 años hace una buena interpretación. Aquí está igual de inexpresivo que otras veces y a diferencia de la Knightley se esfuerza un poco por intentar hacerlo bien, cosa que no consigue.

Pero para mí la verdadera sorpresa del film es Bill Nighy, quién enfundado en un montón de maquillaje digital consigue hacer una extraordinaria interpretación llena de matices, y es que esos ojos son increíblemente expresivos y comunicativos. Si hubiera justicia en este mundo nominarían a Nighy por su interpretación. Él es el verdadero protagonista de la función. El único que logra que los efectos visuales no lo engullan a pesar de estar engullido por ellos. Increíble. Decir que el resto de secundarios están totalmente correctos, lo cual quiere decir que están mucho mejor que la parejita de turno. Y es que muchas veces, una película de estas características no se hunde gracias a sus secundarios.

Verbisnki hace lo que puede, o mejor dicho lo que sabe, con el material que tiene entre manos. Un director como él que nunca se arrriesga, hace un film distraído, pero nunca un entretenimiento de primer orden. A pesar de que dura tanto es incapaz de enlazar algunas escenas con la suficiente coherencia. Por ejemplo, Turner tarda sólo 5 minutos de metraje en encontrar a Sparrow. En ese aspecto, algunas partes de la película avanzan a trompicones, y luego en otras se alargan las situaciones inútilmente. Al respecto citar todo lo que courre en la isla de los que tratan a Sparrow como un dios, por muy divertido que sea. O secuencias de acción como la de la playa, que terminan cansando. Por otro lado Verbinski se olvida de algo fundamental en el cine: la pasión. Hay momento en el film que son, o pretenden ser, emotivos. Sin embargo, esos momentos carecen de fuerza. Podría citar, sin desvelar nada, cierta despedida de dos personajes o cierto enfrentamiento final entre un personaje y una criatura. Momentos que en manos de otro director hubieran sido impresionantes, y hasta nos hubieran hecho llorar.

La historia, dicen por ahí que es confusa. No me lo ha parecido, lo que sí creo es que es demasiado liosa para lo simple que es, y sus posible sorpresas argumentales no lo son tanto, como ese final que a casi todos dejó con la boca abierta, y no me refiero a la gracia de después de los títulos de crédito. Por encima de su guión sobresale, eso sí, la dirección artística, sobre todo con ese fenomenal barco llamado El Holandés Errante, que es una delicia de diseño, tanto el barco en sí mismo como sus tripulantes.

Como dije al principio, la primera película de la saga bebe de numerosos films, algo que le vuelve a ocurrir a esta continuación. Para empezar, y no voy a citar los ejemplos delfilm para no desvelar nada, hay alguna referencia a grandes clásicos como 'La Isla del Tesoro' de Victor Flemig, film absolutamente magistral que define a la perfección el significado de la palabra "aventura". También hay alguna a películas más modernas, como la saga de Indiana Jones, de la que no se le ocurre tomar ejemplo de lo que es ritmo. O icluso, la saga de 'Star Wars', y concretamente 'El Imperio Contraataca', aunque en este caso, y me refiero sólo a uno de sus dos clarísimos homenajes, mete la pata hasta el fondo. Hay tantas referencias que parece que la película no tenga entidad propia, lo cual ya es preocupante. Si a esto le sumamos la continua sucesión de chistes fáciles terminamos de redondear el desastre en ese aspecto. Y es que así es imposible tomarse en serio una película que podría haber sido mucho mejor. El problema de tanta broma es que se termina saturando al público y la mayoría son chistes sin gracia y demasiado evidentes.

Y cómo no, todo ello machacado continuamente por la música de Hans Zimmer, que no compuso la de la primera entrega porque tal vez pensaba que no tendría tanto éxito, y ahora le ha visto las posibilidades económicas al negocio. Un tío con vista, pero por lo menos que no nos haga lo de siempre, que esto ya lo he oído en 'La Roca' o en 'Marea Roja', grandes trabajos de Zimmer (aunque el primero es compartido).

En definitiva, un film flojo, que desde luego no ofrece lo que promete, ya que se repite en sus fórmulas y no lo hace bien, pero que sin lugar a dudas será la película más vista este año en todas partes del mundo por gente que pensará que esto es la quintaesencia del cine de aventuras. Me temo que no es así, ahí están títulos eternos sin los cuales el film de Verbinski no sería una realidad: éste, o éste, o éste o éste. Eso sí es gozoso cine de aventuras. Y las mencionadas un poco más arriba, por supuesto. Lamentablemente, el señor Bruckheimer está empeñado en que olvidemos esas películas ya que el año que viene tendremos más piratas del caribe, esta vez perdidos por Asia, para poner su granito de arena en la actual moda de cine asiático que corre por nuestras venas.

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