Independientemente de lo acertado o erróneo de los resultados individuales de cada proyecto, es inevitable con la consolidación de las plataformas de streaming la sensación de que, con tiempo, podrían convertirse en fuentes de información y documentación alternativas a los grandes dinosaurios de la prensa. Me ha asaltado esa impresión viendo el primer capítulo de 'El pionero', la serie que a partir del 7 de julio inaugura las producciones documentales de HBO en España.
Entre grandes medios que funcionan como voceros de los grandes poderes y las grandes fortunas que nos rodean desde la Transición o incluso desde antes, comienzan a surgir visiones distintas de nuestra historia reciente, una que rebosa miserias pero en la que hasta ahora apenas han escarbado los colosos del entretenimiento y la información que copan radios, prensa y televisión. Con eso no quiero decir que HBO o Netflix, grandes corporaciones del entretenimiento con tantos o más intereses que cualquier otro gran grupo mediático al uso, estén aquí para quemar nuestras estructuras de la información hasta los cimientos.
Pero el caso es que 'El pionero' dialoga de forma inconsciente pero muy reveladora con el documental 'El caso Alcàsser', recién estrenado por Netflix. Ambos arrojan luz sobre los tenebrosos años noventa en España, época que orbita en torno al infausto 92, la caída del reinado del PSOE, las puertas de la burbuja inmobiliaria. En el caso del documental criminal de Netflix, se habla del crimen de Alcàsser como un reflejo de la época, y como un referente insoslayable en la visión que tendríamos de la violencia contra la mujer en España.
En el caso de 'El pionero', el propio título deja clara la vinculación histórica de los desmanes políticos, deportivos e inmobiliarios de Jesús Gil con la forma de hacer política de hoy. Es al final de este primer episodio cuando se apunta por dónde pueden ir los tiros de ese adjetivo: Jesús Gil fue pionero a la hora de convertir el populismo en una herramienta política de primer orden, adelantándose (no se les menciona, pero no hace falta) a figuras como Trump o Berlusconi. Aún de forma tosca y primitiva, pero funcionó, a base de fútbol anestésico y de adoptar ropajes de poco menos que un Robin Hood antisistema.
'El pionero': Jesús Gil, el antisistema
Esta primera pieza de las cuatro que compondrán el documental habla de los primeros pasos de Gil amasando esa fortuna de la que siempre presumió. Desde sus primeros pasos en el taller de su tío, ya efectuando estafas a pequeñísima escala, tal y como cuenta su hermano. De ahí pasa a los primeros negocios inmobiliarios, que culminan con la construcción de Los Ángeles de San Rafael y el famoso accidente que provocó la muerte de sesenta personas, tras lo que ingresó en prisión. La segunda mitad del episodio se dedica a la presidencia del Atlético de Madrid y el inicio de su alcaldía en Marbella.
Es un tramo bastante amplio de la vida de Gil, y está por ver si los otros tres capítulos podrán mantener el ritmo de éste en lo que respecta a cómo va desmenuzando su biografía, o si se guarda sorpresas. De momento, cómo mínimo aún le queda tratar su apabullante, desnortadísima presencia mediática en programas como 'Las noches de Tal y Tal' y su decadencia como alcalde marbellí, enfrentado a toda la clase política y procesado por numerosos cargos.
A falta de comprobar si es igual de prolijo en información y opiniones en el resto de los episodios, lo cierto es que este arranque cumple de sobra con su carácter introductorio. Bien documentado (aunque no de forma tan exhaustiva y creativa como 'Alcàsser'), quizás en lo formal peca de cierta falta de riesgo -con abundancia de declaraciones e imágenes de archivo a pelo-, pero con todo, los personajes que hablan a cámara son interesantes y, sobre todo, cercanos a Gil (hermanos e hijos, rivales políticos, socios, amigos de la familia y periodistas políticos y deportivos). Entre todos conforman un retrato complejo y lleno de aristas.
De hecho, lo más interesante de 'El pionero' es que deja al espectador que coloque las piezas del puzle sin teledirigirle demasiado. Las declaraciones de hermanos e hijos son obviamente elogiosas, pero entre líneas se detecta rencor, envidias, problemas no resueltos y huidas hacia adelante. Sin duda, son esas contradicciones, si el equipo dirigido por Enric Bach abunda en ellas, las que darán profundidad a un documental que, de momento, arranca estupendamente.
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