"En el año 2017 la economía mundial se ha colapsado. Escasean la comida, los recursos naturales y el petróleo. Un estado policial dividido en zonas paramilitares impone su ley con mano de hierro. La televisión es controlada por el estado y un sádico concurso llamado ‘Perseguido’ se ha convertido en el programa más popular de la historia. Las artes y los medios de comunicación están censurados. Aunque no se permiten disensiones, un pequeño movimiento de resistencia ha conseguido sobrevivir en la clandestinidad. Cuando los gladiadores de alta tecnología no bastan para sofocar las ansias de libertad del pueblo, se imponen métodos más directos".
Así, sin tonterías ni medias tintas. Al igual que John Carpenter hiciera con la extraordinaria '2013: Rescate en L.A.', el loco de Steven E. de Souza recortó unos años la novela 'El Fugitivo', publicada en 1982 bajo la firma del alter ego de Stephen King, Richard Bachman, y se sacó de la manga 'Perseguido' ('The Running Man'), una de las películas más salerosas y feas de la filmografía de Arnold Schwarzenegger, y un premonitorio retrato del mundo actual.
Stephen King's Mama Chicho
Supongo que era cuestión generacional. Supongo que, por entonces, lo habitual era esperar a que las cadenas de televisión se llenaran de vedettes envueltas en brillantina y firmasen cheques en blanco a Raúl Sénder, Cruz y Raya o Jordi LP. España tenía Tutti Frutti cuando Estados Unidos ya había pasado por el programa de televisión que hoy domina nuestras pantallas: el clásico programa chungo de prime time.
Mientras nosotros seguimos buscando al mejor cocinero, al mejor bailarín famoso retirado o a un superviviente de tomo y lomo, América tenía 'The Running Man'. No deja de resultar curioso que el único programa que hoy comienza con un baile hortera sea 'El Hormiguero'.
No es que la historia acertase de pleno con la tele realidad de tres al cuarto que ocupa las noches, es que se adelantó treinta años a la programación completa del TDT. Así, shows como "Trepando en busca de dólares", donde peña en malla subía por una cuerda intentando coger billetes y esquivar algún que otro dóberman iban antes del programa rey para abrir boca.
Resulta fascinante cuando comprobamos que películas de género como 'Perseguido' se vuelven increíblemente proféticas a medida que pasa el tiempo. Lo que parece un poco tonto o gratuito en el momento ya no se siente así años (o décadas) más tarde, cuando miramos la mierda que nos rodea. Por desgracia, el mundo real se va pareciendo cada vez más a esos por entonces lejanos malos augurios de futuro.
A ver, aún no hemos visto a morir a nadie en prime time, pero alguna apnea de más o un quítame allá ese abuso sexual bochornoso sí que hemos vivido en los últimos meses. Eso sí, ninguno de esos programas tiene el lujo de contar con la mismísima Paula Abdul para hacer las coreografías o con Harold Faltermeyer dándole al sintetizador.
Lo mejor de todo es que con esos ingredientes, en lugar de crear telebasura se sacaron de la manga un clásico del cine de acción y ciencia ficción más desvergonzado de su época. 'Perseguido' es un bicho raro. Lo fue hace treinta años y todavía hoy sigue luciendo como una de las películas más marcianas de la etapa de oro de Schwarzenegger.
Humor amarilloanaranjadocasirojo
Antes hablábamos del Rescate en Los Angeles de Carpenter. A pesar de su espíritu, que a ratos puede parecer tonto, la película también se ha mostrado dolorosamente profética, incluyendo el control de la televisión por parte de un gobierno dictatorial. ¿Alguien ha dicho TV3?
Dentro de la Nueva América Moral que presentaba la peli de Carpenter, los ciudadanos indeseables que no obedecen las leyes, o sea, no fumar, no comer carne roja o no ser musulmán, eran deportados a Los Angeles: el paraíso era ahora la prisión de los adictos al botox y de todos los colegas que están saliendo del armario equivocado actualmente.
Es una lástima que el proyecto que terminó en las manos de Paul Michael Glaser no hubiera recaído en el director de 'Están Vivos' ('They Live'), porque aquí todo huele al maestro, desde el sintetizador pegadizo hasta el diseño de producción y el comentario sociopolítico tan habitual en su cine. En sus peores momentos (nunca aburridos, ojo al dato), 'Perseguido' parece una copia de 'Desafío Total' ('Total Recall') producida por The Asylum.
Eso sí: Arnold es Arnold. Ben Richards es un piloto de helicóptero militar (con los que aún soñamos) que decide no masacrar a civiles desobedeciendo órdenes directas, lo que dará con sus huesos en una cárcel de esas de 2017, de las que tenían collares explosivos en el cuello.
Aún así, logrará escapar del campo de prisioneros con la ayuda de miembros de una resistencia que tiene como objetivo "despertar" a la población y exponer al gobierno ante sus mentiras. Al igual que Snake Plissken, Richards no quiere participar en su cruzada por la justicia, solo quiere estar a su puta bola. Al final, tendrá que competir.
'Perseguido': ¡más madera, es el share!
"Esto es televisión. No tiene nada que ver con la gente, solo con los ratings", espeta el villano de la función, esa suerte de Jorge Javier Vázquez retrofuturista a nuestro héroe cabreado.
Nuestras cadenas de televisión, sus programas, son capaces de cualquier cosa con tal de ser lo más visto y comentado en las redes sociales, y Perseguido ya lo dejó hace treinta años. Entre 'Humor Amarillo' y 'Ninja Warrior', solo que letal y sin Manolo Lama, el show que batía récords aprovechaba el sistema para hacer limpia y borrar del mapa a ciudadanos problemáticos. Y te apuesto lo que quieras a que es el sueño húmedo de más de un gobernante tirano de la actualidad.
Los concursantes son llamados "perseguidos" y son presentados a los espectadores del plató, que tienen una media de edad muy parecida a la del Sálvame Deluxe, a base de mentiras y manipulaciones.
Estos pobres diablos serán cazados por los "perseguidores", atletas profesionales e iconos amados por el público por matar a personas que han sido etiquetadas como criminales por un gobierno tiránico. Como cualquier buen cliché de ciencia ficción, cada perseguidor tiene una identidad y unas características personales, aumentando así las posibilidades del juego y haciéndolo ilimitado.
Siempre pendientes de su público durante las tres horas de programa, colman de regalos a los que eligen qué cazador debe ir tras la presa, y sí, nunca falla: hay una versión doméstica de 'Perseguido' para jugar en el salón de casa en familia. Y sí, tres horas: esa salvaje cacería humana televisada dura una hora menos que 'Sálvame Deluxe'.
Aunque parezca una cosa irónica y cínica, lo más posible es que tras ese mecanismo de defensa estemos ante una declaración de intenciones de una película donde la era Reagan daba sus últimos coletazos a la espera de algo mejor, quizás un nuevo régimen de policía militar en las calles y gente perseguida por hacer chistes en las redes sociales del presente futuro. Entonces no habría ni rastro de ironía, casi casi como ahora cuando pongas las noticias.
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