Han pasado ya más de 22 años del estreno de ‘El día de la bestia’, la mítica película que lanzó la carrera de Álex de la Iglesia. No era su primer largometraje -ese honor pertenece a ‘Acción mutante’-, pero sí el que consiguió tal éxito que desde entonces como mucho han pasado dos años entre cada uno de sus trabajos. En mi opinión tocó techo con la en su momento incomprendida ‘Muertos de risa’, pero luego no hay ninguna obra suya que me haya llegado a disgustar con la excepción de la mediocre ‘Los crímenes de Oxford’.
Últimamente está especialmente activo, pues durante lo que llevamos de década ya había estrenado cinco películas de ficción, un documental y uno de los segmentos de ‘Words With Gods’. Eso sí, ninguna de ellas llegaba al nivel de sus mejores trabajos, pero seguían siento títulos interesantes a su manera. Ahora nos llega su ‘Perfectos desconocidos’, la adaptación de una popular comedia italiana de 2016. ¿El resultado? Una comedia negra que acaba yendo de más a menos.
Un juego condenado a salir mal

Hay un momento durante el primer acto que el personaje interpretado por Belén Rueda comenta que espera que durante la cena pase algo, ya que cualquier cosa, incluso algo malo, es mejor que el aburrimiento. El propio contrato invisible de un director con el espectador lleva implícito que eso es lo primero que debe evitar, por lo que todos sabemos que el juego que se propone va a derivar en un muestrario de las diferentes miserias de los protagonistas para deleite del público.
Tras el esperado tanteo inicial, el clima no tarda en enrarecerse a medida que van llegando nuevos mensajes o llamadas para demostrar que en realidad ninguno de ellos conoce tan bien al resto como pensaba. La primera consecuencia de esto es que casi todos los personajes acaban resultando desagradables por un motivo u otro y eso es algo que va acrecentándose hasta tal punto que el factor acumulación, muy positivo en primera instancia, acaba volviéndose en su contra.
Al principio resulta divertido ver cómo eso va afectando a la dinámica entre ellos, sobre todo cuando dos de ellos se ven “forzados” a aceptar como suyos los errores del otro. No es nada revolucionario, pero ese constante ir a más va implicando al público mientras lo cómico tiene una presencia dominante incluso cuando la situación en sí misma sea de lo más dramático. El toque juguetón que logra mantener De la Iglesia ayuda a ello, pero llega un punto en el que simplemente es demasiado.
‘Perfecto desconocidos’ pierde bastante interés en su tramo final

¿Qué sucede exactamente? Lo primero es que haya tal sucesión de casualidades que te hace dudar de que la mayor parte de ellos esté dispuesto a exponerse a algo así. Vale que al principio es más fácil reírse por verlos como malas personas, pero hay que saber dar con el punto de equilibrio adecuado y el libreto no está a la altura. Desconozco hasta qué punto es algo heredado del original italiano, pero llega un punto en el que lo cómico queda de lado y es imprescindible sentir algún tipo de empatía con ellos para que su dolor sea satisfactorio.
Es verdad que varios de ellos cuentan con más rasgos positivos que negativos, pero la película no había trabajado ese punto, jugando incluso al despiste con la posibilidad de que fueran igual de censurables que el resto. Al final uno llega agotado de tanto hijoputismo -cuesta creer que fueran realmente amigos-, provocando que las risas vayan desapareciendo sin que surja algo a cambio que realmente merezca la pena pese a la innegable implicación de su reparto y los esfuerzos de De la Iglesia para exprimir su talento.

No obstante, ninguno de ellos llega a dar lo mejor de sí mismos, quizá porque la propia naturaleza de los personajes limitaba sus posibilidades de hacerlo. El que mejor parado sale es Ernesto Alterio -quizá porque es el que puede jugar más con la comedia de enredo-, mientras que la pareja en la ficción formada por Eduard Fernández y Belén Rueda funcionaba mejor en la reivindicable ‘La noche que mi madre mató a mi padre’ y el resto cumplen sin llegar a brillar.
Además, llama la atención ver bastante poco de la personalidad de Álex de la Iglesia en la puesta en escena. Sí, se preocupa mucho en que el uso de la cámara sea dinámico para evitar la sensación de teatro filmado en la medida de lo posible, pero eso es algo que haría cualquier realizador que se preocupase un poco por el resultado final. Y mejor no entremos a hablar de un final ridículo que prácticamente se carga todo lo visto antes.
En definitiva, ‘Perfectos desconocidos’ tiene grandes momentos que invitaban a tener esperanzas en que acabase siendo una gran comedia, pero va desgastándose y al final uno simplemente acaba agotado por la concatenación de casualidades necesarias para que todo eso suceda y que nos creamos que todos fueran a exponerse tan alegremente a una situación así cuando tienen cosas que preferirían ocultar. Con todo, el bagaje general acaba siendo positivo, pero no por mucho.
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7 comentarios
fid_78
Y yo que creo que quien ha escrito la crítica no se ha enterado bien de la película o no pilló su tono. He leído buenas críticas de ella, así que la veré, ya que De La Iglesia siempre me ha parecido bueno, aunque siga teniendo ese lastre de los "finales".
Un saludo.
mangafan001
Es que como ya digo, Alex de la Iglesia pasó de ser mi director español favorito a darme total indiferencia en cada una de sus películas, tanto que no ni casi ninguna de las últimas, creo que la última fue Los Crimenes de Oxford. Y si, seguro que me estoy perdiendo películas buenisimas de él, pero a mi me gusta mucho en El Día de la Bestia y La Comunidad, pero nada de nada en Muertos de Risa (que sólo me hizo gracia el final) o Perdita Durango (que empieza con un personaje interesante pero la va "buenizando" y perdiendo interés) y me muestra total indiferencia en la mencionada Crimenes de Oxford, 800 Balas o Crimen Ferpecto que no pasan de ser entretenidas.
Es un señor que es MUY irregular en la dirección y que no siempre escoge buenos guiones, siendo este último punto quizás su punto negro, pero a veces es que falla completamente en el primer punto también. Por ejemplo, Muertos de Risa con otra dirección, otros casting y demás, pudiese ser que funcionase, aunque no termino de verlo. Y yo soy de los fans del Gran Wayoming que se divierte con El Informal, pero en esta es que hace más el ridiculo que otra cosa.
doomer
Quitando La Comunidad, todas me han decepcionado. El día de la bestia, las Brujas... o incluso El Bar, empiezan con una premisa muy potente para acabar con un gran Plufff. Que le pasa a este tío con los finales? Por que alarga las películas hasta diluir esos potentes comienzos? Luego está ese humor que a veces da la sensación de que solo le hace gracia a él.
Respecto a esta, su última película. Con ver el tráiler tengo bastante.
forrestgump
Fui a verla el viernes y me gustó mucho, De la Iglesia sigue sin saber acabar las películas, eso es un hecho, esta tampoco, pero al menos aquí no acaban todos los personajes convertidos en zombies con las tripas fuera y a cuchilladas como en todas sus películas. En definitiva, pasé un rato estupendo, su mejor película desde El día de la Bestia.
rafaeldelamatasanchez
Mediocre y burlesca versión, falta de ritmo y con una actuación más que dudosa de gran parte del reparto. Muy decepcionante en todos los sentidos, pero ante todo, la dirección de Alex de la Iglesia y la interpretación de la obra. Acudí a ella tras ver El juego, su homónima italiana, que sin ser una obra de arte ni tener un elenco de actores conocidos en España, brilla en todo lo que carece la anterior.