'Perdone Señorita', extraordinaria traducción del original, 'Fast Workers', ha sido emitida un montón de veces por TCM, uno de los mejores canales de televisión que tenemos en nuestro país, evidentemente es de pago. Por cierto, que el canal ya tiene su página web con blog y todo. Bueno, pues en ese maravilloso canal con una no menos maravillosa programación cinematográfica, es donde yo logré ver una de las últimas películas dirigida por Tod Browning, sin duda uno de los grandes del cine mudo y parte del sonoro. Lo curioso de esta película es que Browning no aparece acreditado en la misma. De hecho, en sus títulos de crédito nadie aparece como director del film. Es cuanto menos llamativo, ya que Brownnig fue el productor de la cinta, la cual se filmó a todo meter aprovechando la finalización de contrato que el actor John Gilbert tenía con la Metro.
El argumento del film nos lleva a la curiosa relación de amistad y rivalidad que tiene dos trabajadores de una empresa de construcción. Siempre de broma el uno con el otro y metiéndose en líos de faldas, las cosas se tornarán un poco más serias cuando una mujer se entrometa entre los dos y haga flaquear una auténtica amistad. Nos encontramos pues ante una comedia romántica con elementos de drama, los cuales hacen acto de presencia hacia el final de la película, cuando ésta tira hacia el melodrama, aunque con la curiosidad de no abandonar el tono de comedia a pesar de lo dramática que es cierta situación.
Realmente es extraño ver a Browning dirigiendo una de estas películas, muy alejado de sus temas, aunque es precisamente él quien salva la película gracias a su puesta en escena, quizá un poco más "normalita" que de costumbre y al excelente ritmo con el que dota una historia que, en ciertos momentos, se presenta un poco absurda, por cómo se desenvuelven algunas de sus situaciones y las reacciones de algunos de los personajes, sobre todo finales. No obstante en el medio hay cosas bastante aprovechadas que merecen mención, como el juego de bromas al que se someten ambos protagonistas, el cual nos sirve para entender el grado de comprensión, amistad y buen rollo que exite entre los dos personajes.
John Gilbert y Robert Armstrong se compenetran a la perfección dando vida a ambos personajes. A pesar de que la película es un vehículo para el lucimiento de Gilbert, lo cierto es que Armstrong le gana la partida considerablemente. Mucho más fresco, irónico, divertido e ingenuo y con unas gotas de maldad. También es cierto que tiene en su haber el mejor papel, el más ambigüo, y por lo tanto el que más juego da. El de Gilbert es más plano y unidimensional. Les acompaña Mae Clarke, que unos años antes había triunfado en medio mundo con cierta obra maestra de género fantástico, y dirigida por otro grande, James Whale. La actriz da perfectamente la réplica a los dos actores, aunque su personaje está menos trabajado que los dos protagonistas.
Una película pasable, amena, con la que uno se pasa un rato entretenido, sin más. Luego incluso puede olvidarse, ya que además nada se ve en ella que tenga el sello característico de Tod Browning, un director al que desde luego sí que no se le olvida, y es que tenemos buenas razones para ello.