¿Cómo se crean algunos de nuestros personajes favoritos? ¿Cómo les ven sus autores, sus "padres"? ¿Y cómo se les ocurren todas las aventuras que luego vemos plasmadas en las páginas?
Pues un poco por aquí arranca 'El pequeño Nicolás' ('Le petit Nicolas: Qu'est-ce qu'on attend pour être heureux?'), una película de animación de Amandine Fredon y Benjami Massoubre que nos muestra los inicios del encantador personaje de René Goscinny y Jean-Jacques Sempé.
A qué esperamos para ser felices
Primero compitió en el Festival de Cannes, y después se mostró por todo lo alto en el Festival de Annecy haciéndose con el premio a Mejor Película. El próximo 16 de diciembre se estrena en España, justo a tiempo para Navidad con un relato precioso sobre la creatividad a caballo entre biopic e historieta.
'El pequeño Nicolás' no nos adapta literalmente las historias de las páginas a la pantalla, aunque también tiene sus momentos, si no que nos cuenta cómo comenzó a gestarse la idea para el personaje y los primeros pasitos para su creación.
¿Qué tipo de niño es? ¿Dónde vive? ¿Cómo son sus padres? ¿Y sus amigos? Todas estas son preguntas que se hacen Goscinny y Sempé con un vino en una mano y un lápiz en la otra, mientras reflexionan cómo debería ser la infancia perfecta de Nicolás.
Es un proceso muy tierno donde a través del que podemos ver casi de primera mano el nacimiento de Nicolás y su mundo, y especialmente para los lectores está lleno de momentos muy tiernos y divertidos donde podemos ver cómo poco a poco todos los personajes van cobrando vida.
La parte de biopic viene porque mientras Nicolás cuenta sus propias historias, también es un niño preguntón y curioso que se interesa por sus "padres" y sus vidas. Así que sus creadores le explican cómo fueron sus dispares infancias, que no vinieron desprovistas de dificultades, y de los sueños y anhelos que tenían de pequeños.
Considerando los años en los que nacieron Goscinny y Sempé, 1926 y 1932, respectivamente, pues ya podéis imaginar que no fueron tiempos fáciles exactamente. Pero a pesar de los momentos más oscuros de la película, ya sea por los recuerdos menos agradables o por la temprana muerte de Goscinny, 'El pequeño Nicolás' no termina de perder nunca ni ese punto de ternura ni de calidez.
Es una película, muy, muy tierna, que te deja con una sonrisa en los labios, te saca varias carcajadas y te calienta el corazón. Los momentos biográficos se van intercalando con historietas de Nicolás, su familia y sus amigos de una manera muy natural y orgánica que se va entretejiendo perfectamente con las escenas "fuera de las páginas".
La parte gráfica también es soberbia, con ese puntillo de acuarelas y lápices sueltos que también hace que estas intercalaciones entre el mundo real y el de Nicolás sean tan naturales y se desdibujen los límites entre ellos. A pesar de que pueda parecer simple, es un estilo muy estilizado y expresivo, haciendo de 'El pequeño Nicolás' una obra de arte preciosa sobre la creación de una infancia ideal.
Ver 4 comentarios