Seamos francos. ‘Penny Dreadful’ (2014-2016) le debe mucho de su éxito a la presencia mórbida y adictiva de Eva Green. A lo largo de sus tres temporadas, su liga de extraordinarios monstruos no acababa de funcionar como un todo y tendía a la parsimonia, con muchos minutos de relleno y una narrativa irregular que se dejaba seducir por la provocación fácil perdiendo el foco. Por lo pronto, 'Penny Dreadful: City of Angels' parece decidida a evitar tropezar en los mismos baches.
Durante sus 27 episodios, la anterior a menudo se miraba, y se encantaba, demasiado a sí misma, por cómo desafiaba los mitos que presentaba a base de insistir en su fluidez sexual y/o genérica, dejando la mirilla de las tramas a menudo muy descalibrada. No, en el piloto de ‘City of Angels’ no tenemos a Eva Green, ni siquiera la atmósfera de gótico decadente que viene a la cabeza al pensar en la serie. Sin embargo, en la hora larga con la que ha empezado esta nueva temporada, tenemos una narración sólida, con muchos personajes pero bien perfilada.
Planteada como una "descendiente espiritual" de la anterior, se cambia la Inglaterra victoriana para transportarnos a Los Angeles de 1938, mostrando una ciudad efervescente y en pleno cambio, donde el mal no acecha en las sombras, sino que surge a pleno sol. No esconde a su figura diabólica desde el inicio, un demonio con forma de mujer vestida de cuero, Magda (Natalie Dormer), la hermana del ángel de la Santa Muerte (Lorena Izzo). La primera escena del primer episodio introduce a ambos personajes y su conflicto.
Vírgenes y demonios
Básicamente, se plantea un relato arquetípico de bien contra el mal en un plano superior en el que Magda tratará de empujar a los seres humanos para que den lo peor de sí, mientras la muerte es el ángel de la guarda de los marginados abocados al caos en una ciudad que parece a punto de estallar. Todo se presenta en una espectacular apertura muy pictórica y llena de lirismo a cámara lenta, que indica que esta ‘Penny Dreadful’ también se gusta, pero parece buscar plantear un marco mítico sobre el que desarrollar lo más mundano.
El preciosismo visual no cesa, y la puesta en escena trata de crear una inmersión en el lado más idealizado de la ciudad de los sueños, aunque quizá haya un exceso de filtro vintage que lava imagen hasta quemarla en ocasiones. Sin embargo, la mano y la experiencia de Paco Cabezas en la dirección deja un equilibrio mesurado entre la estampa y el clasicismo narrativo, que no solo parece acercarse a los cuarenta en estética, sino en la forma directa de plantear sus escenas.
La mayor virtud del piloto de ‘Penny Dreadful: City of Angels’ es que mantiene enganchado durante su hora y pico, presentando muchos frentes abiertos, pero siguiendo principalmente al detective Vega, sin que ninguna línea secundaria se desvíe demasiado. Tenemos asesinatos rituales, misas negras, conflictos raciales y sociopolíticos que incluyen nazis infiltrados que manejan la ciudad desde la sombra. Todo un compendio que haría las delicias de James Ellroy si dejara que alguien convirtiera sus novelas en Los Ángeles en un tebeo pulp con ramificaciones macabras de fantástico y terror.
No apto para amantes de la verosimilitud histórica
El problema del fascismo oculto deja un talante de comentario social relevante que no esconde, con nazis entonando a voces “América First”. Sus ideas de combinar el fantástico con la representación de diversidad parece en sintonía con series como ‘Watchmen’ (2019) o ‘The Terror: Infamy’ (2019), con la que también comparte la ambientación vintage. Sin embargo, ‘Penny Dreadful: City of Angels’ no es tan grave y posee mucho más ritmo e interés por sus personajes.
Aunque haya un poco de gazpacho sobrecompensado de ingredientes, no deja de ser casi como un tebeo de Vértigo en imagen real, con una Natalie Dormer actuando con alevosía y manejando a humanos como si hubiera salido de las viñetas escritas por Neil Gaiman, —no por casualidad hay instantes que parecen concebidos como la serie ‘American Gods’ (2017)—. Sin embargo, a diferencia de aquella, que acabó muriendo por su propia ambición, ‘City of Angels’ no trata de ser disruptiva en el panorama de las series, no busca innovar a toda costa al buscar su propia voz.
Y, si bien es un episodio sólido en su forma de contar su historia, no olvida desarrollar un diseño de producción consistente, logrando abrir el apetito para lo que tenga que ofrecer su variación de investigación criminal, revuelta racial y mitología, aderezada con violencia y fascinación por lo retro. Nada mal para un pistoletazo de salida que sabe crea interés en su conflicto humano, encuadrándolo en una lucha quimérica a modo de fábula que deja tantas cuestiones apetecibles en el aire, como posibilidades para no cumplir las expectativas.
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