Entrelazar intrigas políticas con romance intenso suena a algo peliagudo de hacer, pero una de las películas más citadas a la hora de hablar del mejor cine de todos los tiempos lo hacía. 'Casablanca' es un exquisito e imprescindible trabajo donde la tensión entre lo personal y lo político marcan el conflicto principal. No es, eso sí, la única manera donde el cine puede explorar estos mundos en choque.
El cine de Claire Denis siempre ha tenido interesantes inquietudes sobre cómo coexisten lo personal y lo político, empezando por su debut 'Chocolat' donde indaga en el post-colonialismo francés a través de detalles de su propia vida. No han faltado tampoco romances de gran intensidad, como el vampírico film 'Problema cada día' que está entre sus imprescindibles o la reciente 'Fuego'. Explorar ambos en 'Las estrellas al mediodía' no debería ser un reto para ella.
Clandestinidad y suciedad
Sin embargo, no pudo evitar generar reacciones bastante enfrentadas en su paso por el Festival de Cannes del año pasado. La cinta, protagonizada por Margaret Qualley y Joe Alwyn, se estrena finalmente en nuestro país a través de plataformas de alquiler como Rakuten o la tienda de Amazon. La directora francesa intenta hacer otra exploración de sentimientos intensos a través de miradas y movimientos de los cuerpos, sin el mismo resultado excitante de otros films a pesar de tenerlo todo a su favor.
Qualley es una joven reportera americana que se encuentra en la tensa zona de Nicaragua. El país se encuentra en una situación volátil por la hostilidad política, con elecciones, corrupción y revoluciones guerrilleras, y también azotada por la pandemia del COVID-19. La periodista consigue subsistir con mínimos, integrándose en el ambiente convulso y con la gente, aunque no tenga mucho dinero ni entregue artículos a tiempo o propuestas que interesen. Tiene que salir del país como sea, y un atractivo hombre inglés, interpretado por Alwyn, puede ser su vía de escape. O el camino más rápido para meterse más en el fango.
Todo suena a algo que Denis debería manejar hasta con los ojos cerrados, ya que su obra tiende ha explorar estas clases de tensiones políticas y románticas como hemos dicho anteriormente. Los mejores momentos de 'Las estrellas a mediodía' logran tener una ferviente química entre sus actores, aprovechando especialmente el carisma de una Qualley que se está convirtiendo en una de las intérpretes más interesantes del momento, combinando selección inusual de proyectos y una personalidad magnética.
'Las estrellas al mediodía': olores fuertes
Pero también se nota algo especialmente forzado en cómo la directora francesa vicia todo el ambiente. La trama resulta confusa, como es esperable en intrigas clandestinas, pero en su caso no resultan atrayentes. Además, la exploración de la vida de la reportera en la turbiedad de la pobreza resulta ligeramente vulgar, más interesada en transmitir una sensación de olor fuerte que de producir una atmósfera peculiar, desaprovechando así el fascinante músculo de crítica política que tiene la novela que adapta libremente.
Es por ello que esta película erótica produce reacciones tan dispares. En la misma Cannes había los aficionados de línea dura de Denis alabando su elaboración de pasiones ambiguas entre dos actores notables, mientras que muchos quedaron repelidos por su chabacana vacuidad y su constante confusión. Yo me inclino más por estos últimos, ya que 'Las estrellas al mediodía' tiene menos que rascar de lo que cabría esperar, resultando en una de las películas más decepcionantes de la directora.
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