La Eurocopa y la Copa América están siendo dos de loas grandes ejes informativos de estas últimas semanas, algo comprensible si tenemos en cuenta la gran devoción que no precisamente pocos sienten hacia el fútbol. Justamente esta noche se la juega la final de la segunda competición entre las selecciones de Argentina y Chile con muchos ojos puestos sobre Leo Messi, el mejor jugador de dicho deporte de nuestros días y quizá de la historia.
Son varios los que ponen en tela de juicio esta segunda afirmación, siendo Pelé uno de los nombres que más se mencionarán. Muchos nunca han visto jugar al crack brasileño y en parte a ellos va orientado ‘Pelé, el nacimiento de una leyenda’ (‘Pelé: Birth of a Legend’), un biopic sobre sus inicios como futbolista que cae en varios errores habituales en este tipo de cintas, pero que también tiene ciertas virtudes que al menos lo alejan del desastre que podría haber sido fácilmente.
Las virtudes de la película
Explicar la creación de un mito puede parecer sencillo sobre el papel, pero lo cierto es que es muy complicado hacerlo bien. El primer gran error que puedes cometer es endiosas en exceso su figura, eliminando cualquier posible defecto y reduciéndolo a una figura extraordinaria con la que resulta muy complicado sentir empatía si no la tenías ya de antemano. A fin de cuentas, para el espectador neutral no deja de ser una variante poco estimulante de algo ya visto miles veces.
Ese mal ha resquebrajado infinidad de biopics, cayendo también de forma habitual en el error de ceder toda la importancia a su actor protagonista, quien a menudo consigue uno de los papeles más jugosos se su carrera, pero en una película endeble. Eso es algo que al menos se esquiva en ‘Pelé, el nacimiento de una leyenda’, ya que la ausencia de una gran estrella al frente del reparto hace que a sus responsables no les quede otra que buscar más reclamos.
En el caso que nos ocupa, los directores Jeff y Michael Zimbalist optan por dar una notable importancia al apartado visual, centrando sus esfuerzos en resaltar todo lo que crean conveniente para que ‘Pelé, el nacimiento de una leyenda’ entre muy bien por los ojos, evitando además una posible sensación de rutina que habría sido especialmente perjudicial cuando juegan al fútbol, donde las intenciones de los Zimbalist encajan con el tipo de juego de Pelé.
Además, los Zimbalist consiguen eso desde un acercamiento competente a los personajes, permitiendo a los actores demostrar que saben actuar, incluso cuando no son más que un mero complemento del protagonista -eso si, un poco triste la forma de abordar a José Altafini-, interpretado con solvencia -pero sin brillo- por Leonardo Lima Carvalho a la edad de 10 años y de forma más cercana y eficiente por Kevin de Paula entre los 14 y los 17.
Los defectos de ‘Pelé, el nacimiento de una leyenda’
Aclaradas las virtudes, conviene señalar que los defectos acaban pesando más y que siendo generosos podríamos calificar a la película como aceptable en términos generales. Como suele ser habitual en estos casos, el gran responsable de todo es el guion de los Zimbalist, donde se sacrifica cualquier tipo de profundidad -lo más parecido a ella son ciertas conversaciones que juegan el factor de la trascendencia sin tener en ningún momento las armas adecuadas para ello-.
La primera consecuencia negativa de ello es que ‘Pelé, el nacimiento de una leyenda’ acaba pareciendo más una especie de mejores momentos de sus inicios que un acercamiento que realmente nos haga entender mejor su figura. Esta fórmula puede funcionar cuando está dentro del terreno de juego -aunque también hay ciertos peros-, pero fuera de él anula el dramatismo hasta tal punto de estar dando la sensación en varios momentos de querer forzarlo.
Todo ello funciona peor en el caso de sus amigos, donde se incide de forma descarada en sus raíces humildes -aunque hay una escena muy poderosa-, que con su familia, donde al menos la relación con su padre llega a transmitir algo por mucho que su evolución la vea venir hasta un ciego. El gran problema es que todo deriva en un clima rutinario que no es tan molesto como en otros casos gracias a esa energía visual, pero sí que impide que la película llegue a despegar en sus mejores momentos y tienden a hundirla en los menos estimulantes.
Por lo demás, los cambios en la realidad con fines dramáticos seguro que molestan a los más puristas -como también el hecho de haberse rodado en inglés-, pero a mí lo que realmente me preocupa es que se han hecho para estructurar el relato de una forma aún más convencional -¿tan difícil es mantener sus particularidades u optar por otras realmente singulares para que así pueda destacar más por encima de otras producciones similares?-, añadiendo épica y emoción de forma artificial y con resultados discretos.
En definitiva, ‘Pelé, el nacimiento de una leyenda’ no es uno de esos biopics horribles y tampoco de los que sacrifican todo para el lucimiento de su protagonista, pero sí que es uno tirando a endeble por culpa de un guion discreto que sus responsables intentan compensar desde lo visual, pero tampoco ahí llegan a un nivel tan extraordinario como para que nos olvidemos de que este grandes éxitos de los inicios del rey del fútbol acaba sabiendo a algo ya visto en demasiadas ocasiones. Discreta.
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