'Patria' 1x04: la serie de HBO llega al ecuador con un magnífico episodio centrado en el Txato

Alcanzamos el ecuador de 'Patria' (que se puede ver en HBO) y lo hacemos con un episodio ligeramente diferente. Miren y Bittori se hacen un poco al lado para mostrarnos a sus mitades, a sus maridos. 'Txato, entzun, Pim, Pam, Pum' pone su foco en la víctima real de la historia, en esos últimos días de su vida.

Escrito por Aitor Gabilondo y dirigido por Félix Viscarret, este cuarto episodio nos lleva a Bittori (Elena Irureta) con su empeño en contactar con Joxe Mari (Jon Olivares) entregando una carta a Joxian (Mikel Laskurain). Volvemos al pasado y nos encontramos con un precavido Txato (José Ramón Soroiz), resignado al ostracismo en el que se encuentran él y su familia.

A partir de aquí, spoilers del cuarto episodio de 'Patria':

La ignominia

Mientras tanto, el episodio se preocupa por enseñarnos la actividad de Joxe Mari en la clandestinidad y la formación del comando Oria de ETA, donde tienen carta blanca para hacer lo que quieran. Un extraño regreso a la tierra de uno que acabará —no vemos, eso sí, quién aprieta el gatillo— con la cercana víctima.

Ya en el tercer episodio veíamos cómo de la noche a la mañana Txato era señalado. Como si de un ritual antiquísimo se tratase, los graffitis por todo el pueblo hacían del empresario una figura a quien mejor no juntarse. Por el qué dirán, porque está en el ojo de la kale borroka (ahí veremos unos cócteles molotov en su nave), porque es objetivo de ETA.

Algo que se vuelve explícito con la conversación entre Joxian y Txato. La cobardía se verbaliza; el saludo con la mente no vale. Es el palo, la última hebra en una amistad resquebrajada no por odio, sino por miedo. El episodio 4 de 'Patria' se aleja de la beligerancia poniendo el foco en los que con toda seguridad son los personajes más sensatos de toda la serie. Sensatos, pero consumidos por las circunstancias.

Un episodio contenido pero grandilocuente

Por ello este episodio se nota algo distinto. Es contenido en comparación con el huracán de emociones que la serie nos ha propuesto hasta ahora. Está planificado para mostranos el sobrio costumbrismo de una vida que pretende ser tranquila pero que no lo es. Incluso esos minutos en silencio en los que vemos el dolor de la muerte y la preparación del cadáver están exentos de fanfarrias.

Sé que nos encontramos con una adaptación bastante directa de la novela de Aramburu, pero si puedo destacar algo malo que tiene este episodio 4 de 'Patria' es lo poco desarrollado que está su protagonista. En estos poco más de cincuenta y siete minutos de episodio se evidencia que hay poco interés en que conozcamos mejor a Txato.

Esto se suma al número de pequeños elementos desdibujados que salpican el metraje de una serie que, por otro lado, sabe cómo llevarnos donde quiere en su retrato sin tapujos de las secuelas de ETA. Quizás precisamente por alejarse de la dinámica Miren/Bittori, este episodio sabe destacar convirtiéndose en una buena muestra de lo que logra la serie.