La película más tapada de 2024 puede que haya sido ‘Parpadea dos veces’, el sorprendente debut en la dirección de Zoë Kravitz, que también coescribió el guión con E.T. Feigenbaum. Un thriller psicológico con Naomi Ackie, Channing Tatum y Christian Slater, entre otros nombres familiares que, pese a que no se ha vendido como tal, acaba tornándose en una historia de horror afín al trabajo de autores como Jordan Peele.
La película ha sumado poco a poco sus 31 millones de dólares que, sin significar un éxito, podrían dar alas a Kravitz como directora, quien usa aquí su conocimiento de las dinámicas de Hollywood y el contacto con hombres poderosos para condensar ideas sobre el mundo de la élite y sus peligros para invitados (a veces parece una guía de salvamento para modelos jóvenes a las que invitan a fiestas) a través del personaje de Frida, interpretada por Naomi Ackie, una camarera que, junto con su mejor amiga, se encuentra de pronto en la isla privada de un multimillonario.
Ambas se encuentran con una serie de misteriosos sucesos que desembocan en una sorprendente revelación sobre el verdadero propósito de la isla. Un camino de manipulación y dinámicas de poder tremendamente sutil en sus pequeños gestos y que dejan ver una intención oculta a través de un humor negro finísimo y una dirección sorprendentemente elegante que saca brillo de un desarrollo bastante predecible, pero con una complicidad juguetona con el espectador avispado.
Combinado demasiado familiar, pero con clase
Se ha relacionado ‘Parpadea dos veces’ con Jeffrey Epstein y el movimiento MeToo, pero lo cierto es que el entramado de arcos argumentales y giros de la trama se amolda perfectamente a la reciente tendencia de la ficción “eat the rich”, aunque aquí la víctima sea más bien el “poor”, una especie de ‘White Lotus’ perversa que conecta a un nivel de sátira de horror con ‘El menú’, aunque cambie el foco de su comentario social, siendo una obra muy feminista, usando con gracia los miedos más elementales de género en una situación de vulnerabilidad.
Una plasmación de esa sensación meticulosamente elaborada, más allá de remarcar lo obvio de un mensaje, yendo más allá y jugando con una tensión que tiene en cuenta lo que uno puede esperar que va a pasar sin necesidad de hacer un subrayado, sino más bien lo contrario, es decir, ‘Parpadea dos veces’ es bastante predecible y esto juega en su contra, pero al mismo tiempo te hace preguntarte que si es realmente tan predecible puede ser por una razón, confrontando las expectativas con su propio mensaje, haciendo que este surja de la propia predecibilidad, no tanto de la película en sí, sino de la situación que plantea.
La frase “Parpadea dos veces si estás en peligro” recuerda convenientemente a ‘Déjame salir’, que en la versión original era un “lárgate de aquí” de aviso utilizada en la película y aquí se convierte en un símbolo de los gritos silenciosos de ayuda en situaciones de peligro, una suerte de lenguaje en código de mujeres que aquí se torna en una revisión de cierto subgénero de terror con un twist de sororidad también cómplice con el espectador de cualquier sexo.
La trampa
Sin embargo, más allá de compartir un par de bisagras narrativas con la de Peele, es más sencillo compararla con esta que con la reciente ‘La invitación’ (2022), que aunque se estrenara con un perfil menos glamuroso fue número uno en taquilla y tiene también a una camarera afroamericana invitada a una fiesta de la élite en una comunidad de ensueño en la que se vanagloria a un gran macho alfa elegante, guapo y con un lado oscuro que engaña a la protagonista en un juego de seducción de ensueño, adornado por todo tipo de lujos y una advertencia clara a los trabajadores de clase obrera sobre el peligro de los cantos de sirena de las élites.
Un cuento cautelar que viene de una nepo baby que parece que hubiera nacido en la parte baja de la sociedad por su capacidad de transmitir la trampa de los canapés y el vino de lujo, quizá porque ha trabajado como modelo y ha compartido los problemáticos eventos que muchas compañeras más necesitadas económicamente han vivido, de cualquier manera un trabajo empático con su protagonista y con un mensaje claro contra el poder del dinero y la amenaza constante de la agresión.
Resulta paradigmático que se haya estrenado ‘Parpadea dos veces’ justo cuando hemos visto en las noticias que un marido ha estado drogando a su esposa para que fuera violada por más de 70 hombres durante años, con lo que hace pensar que este tipo de sátiras a veces no son tan delirantes y rebuscadas como quieren hacer creer algunas miradas reticentes a estas visiones femeninas que explicitan situaciones demasiado habituales y normalizadas para las mujeres y muy poco asumidas por muchos hombres.
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