La ficción española está siendo muy rentable para Netflix. Está claro que sobresalen series como 'La casa de papel' o 'Élite', títulos que se cuelan sin esfuerzo entre lo más visto de la plataforma en todo el mundo, pero las películas hechas en nuestro país también dejan huella. Basta con recordar los grandes éxitos que tuvieron en su momento títulos como 'El hoyo' o 'Bajocero'.
Además, también parece que cada vez son más abundantes, pues se cerró el año con la simpática 'A 1000 km de la Navidad' y este 6 de enero es ya el turno de 'El páramo', primer largometraje de David Casademunt que pudo verse durante el pasado Festival de Sitges. Un debut estimable, sobre todo en lo referente a su capacidad de crear una atmósfera asfixiante y enrarecida, al que le falta un último empujón cuando todo parecía ir bien encarrilado.
Aislados
Una de las particularidades de 'El páramo' es que la historia transcurre en el siglo XIX, algo que la película aprovecha más para incidir en la mayor presencia de las supersticiones para construir un thriller psicológico alrededor de la posibilidad o no de que esa extraña criatura exista realmente.
Más allá de eso y de justificar que esa familia viva aislada de la sociedad, la película no tiene especial interés en explorar su atractiva ubicación histórica, jugando más con la búsqueda de cierta atemporalidad para que nunca quede del todo claro cuáles son exactamente las amenazas que hay más allá de ese hogar familiar cuya calidez inicial, algo también reflejado en el trabajo de fotografía realizado por Isaac Vila, va dando paso poco a poco a la idea de que no deja de ser una prisión en lugar de un refugio.
De hecho, Casademunt juega en todo momento con los contrastes, primero por lo que supone la presencia del padre de familia encarnado por un convincente Roberto Álamo, algo que incluso subraya a través de la composición de algunos planos, y luego por la creciente sensación de desamparo de madre e hijo ante ese presunto enemigo que hay en el exterior.
Una historia de crecimiento personal

En paralelo a eso, 'El páramo' ofrece un relato de maduración para el personaje interpretado de forma muy solvente por Asier Flores. Ante el progresivo deterioro mental de su madre, a la que da vida una estupenda Inma Cuesta, y la ausencia de su padre, el niño ha de sobreponerse a sus propios miedos, los cuales le atenazan inicialmente.
Es en esa fase donde 'El páramo' sufre un poco, ya que llega un punto en el que su crecimiento se estanca al empezar a dar vueltas sobre las mismas ideas. Algo que tiene su sentido en lo referente a que la amenaza cada vez está más cerca, pero alrededor de eso falta algo que siga elevando la función. Es como si alcanzase un punto en el que todo se vuelve demasiado convencional, y una cosa es que haya una progresión lógica que no busque la sorpresa por la sorpresa y otra que el relato pierda fuerza y llegue algo renqueante a su destino.
Y es una lástima, ya que Casademunt sabe muy bien cómo plantar las semillas para una historia que debería haber dado más de sí. Casi parece que llegue un punto en el que le interese más el trabajo de los actores, donde resulta difícil poner pega alguna, que seguir explorando ese microcosmos que tan bien había ido diseñando hasta entonces. Tampoco es que el bajón sea brutal y hunda el resultado final, pero sí que desluce, sobre todo por ir perdiendo interés de forma progresiva.
En resumidas cuentas

Pese a que 'El páramo' va de más a menos, es una película a la que merece la pena echar un ojo, ya que logra sumergirte en esa pesadilla que sufren sus dos protagonistas. La pega es que una vez llega a eso parece quedarse sin tener muy claro qué hacer para mantener lo que había logrado hasta entonces. El muy buen hacer de Flores y, sobre todo, Cuesta lo compensa en parte, pero no completamente.
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16 comentarios
Arambolo
Netflix es la Productora Troma del siglo XXI
kentfollet
pedazo de mierda nivel Dios
alvaro.martinezsanch
La vi ayer por la tarde y la verdad que esta pelicula no hay por donde cogerla.
Entrambosmares
Horrorosamente aburrida.... Como mirar una caca en un wc y no tirar de la cadena.
templario00
El primer bodrio del año,menuda broma de pelicula,no pierdan el tiempo.
Bretel
Aún estoy asimilando este truñazo y mi perdida de tiempo en verla :( eso sí, el niño cómo actor de futuro promete.
whisper5
Lo de la calidad de más a menos de una serie suele ser más común de lo que desearía.
Tengo la sensación de que muchas series tienen un guion que no da más que para una película, pero se estira para durar varios capítulos y la calidad se resiente.
Además, hay tanto películas como series que se inician con una idea y presentación brillantes y que no saben desarrollar hasta el final manteniendo la calidad.
lucarpa
Bodrio total, mala a rabiar, hoy me clave con esta película
Es verdad que va de más a menos, la primer mitad la vi aburriéndome a rabiar pero a velocidad normal, ya llegado a la mitad la metí en 1.5 pero para mi sorpresa se veía lenta!!! ahí fue cuando adelanté hasta el final de corrido, hay que cuidar la salud mental.
Mr.Floppy
Muy de acuerdo. Va de más a menos y le falta ese "algo" más. Y es una pena, porque considero que le podría haber sacado más jugo a la historia, contando ya con una buena dirección, fotografía, música y actores.
De ahí a llamarlo bodrio como algunos... 🙄
wimancio
Eso de "de más a menos", no se que deciros. En ningún momento vi ese "más".
Solo vi a Inma Cuesta demostrando UNA VEZ MÁS que es una de las actrices de este país con un agente que se gana el sueldo, porque no tiene talento alguno.
Películas como esta son las que dan mala fama al cine español. Y es que, como mucho, daba para corto... El resto, relleno innecesario.
Madre mía, de haber maletines (que no los hay...) os habréis llevado uno brutal, macho.
Menudo PEDAZO DE MIERDA FILMICA.
jamesdio
Los guiños a "The forest" de Shyamalan son escandalosamente topicados en esta peli: unos postes que delimitan un recinto fuera del cual reina un mundo malvado del que no hay noticias, un ser malvado que encarna ese mal y cuyo aspecto queda velado en parte, el vestido rojo de la madre y el chubasquero con capucha del hijo, la figura del padre que conoce ese mundo malvado y que no quiere saber nada de él, etc. En fin, lugares comunes ya vistos en el cine.