Ya se empezó a hablar una especie de respuesta española a 'Stranger Things' cuando Movistar+ anunció la puesta en marcha de 'Paraíso' hace un par de años. Desde entonces ha sido inevitable acordarse de la serie de Netflix cada vez que surgían nuevas informaciones sobre esta serie de The Mediapro Studio, casi hasta el punto de que mencionarlo se convertía en una obviedad.
Este viernes 4 de junio tiene lugar su estreno con el lanzamiento de sus tres primeros episodios -a partir de entonces se lanzará un nuevo capítulo cada semana-, los cuales ya he tenido la oportunidad y mucho me temo que confirmar mis mayores miedos con 'Paraíso'. Sí, es un sucedáneo español de 'Stranger Things', y además uno con poca personalidad.
No aprovecha el factor español
Lo primero que llama la atención de 'Paraíso' es que se ambienta en España pero a menudo se siente como un intento de reproducir los logros de 'Stranger Things' en términos de atmósfera -tanto visual como sonora-, provocando esto que ese sabor patrio diferenciador se diluye a menudo en beneficio de un intento de dar forma a una obra con un toque más internacional. Y eso que cierto intento de valerse del encanto de lo rural hay en 'Paraíso' -hasta hay pequeños matices que la emparentan con la posibilidad de ver una revisión paranormal de 'Verano Azul'-, pero con apenas efecto.
Ojo, se habla en español y tiene lugar en escenarios de nuestro país, pero eso no es necesariamente sinónimo de un toque local. Bien reciente tenemos el ejemplo de 'El inocente' en Netflix, miniserie que transcurre principalmente en Barcelona pero que prácticamente nunca da la sensación de ser un relato español. En ese caso existía la excusa de adaptar una novela de Harlan Coben situada en otro lugar, pero en el caso de 'Paraíso' simplemente es una de las mayores demostraciones de su naturaleza derivativa de 'Stranger Things'.

Eso no quita para que a través de los diálogos se introduzcan referencias que nos remitan a ciertos elementos de la cultura popular de los 90, alternándose algunas situaciones en las que se siente hasta cierto punto natural con otros momentos -esa mención a Goku en el primer episodio- en las que se está forzando la referencia de forma exagerada para intentar conseguir que el espectador se meta más en lo que está sucediendo en pantalla.
Eso es algo que también se traslada a sus personajes, donde se busca conseguir cierto equilibrio entre la inocencia juvenil y la intensidad adulta. Sobre el papel es una buena idea para que la serie vaya navegando con cierta soltura a través de los diferentes secretos que oculta su trama, pero a la hora de la verdad los guiones no tienen la fuerza necesaria. De hecho, hasta da la sensación de que les preocupa más acumular incógnitas, con El caso Alcasser perfilándose como base para el misterio central pero sin la osadía necesaria para poder sacarle partido.
Pocos alicientes

Visualmente se notan los esfuerzos para que ese componente fantástico tenga presencia a todos los niveles y un acabado vistoso, pero ahí la serie hace gala de una irregularidad notable en la que abundan más los momentos que se sienten un tanto falsos que aquellos que consigue el impacto deseado, aunque alguno de estos últimos también hay.
Por su parte, he comentado en más de una ocasión que no soy muy amante del estilo de puesta en escena de Fernando González Molina, también creador de 'Paraíso' junto a Ruth García y David Oliva, pero en el caso que nos ocupa al menos aporta cierto saber estar a un material poco estimulante.
Tampoco hay nada especialmente satisfactorio en el apartado interpretativo, ya que los personajes están escritos de tal manera que solamente cuando el reparto consigue dar a la serie cierto halo de naturalidad es posible interesarse por ellos. Los que más a menudo lo consiguen son algunos de los chavales protagonistas y Macarena García.
En resumidas cuentas

Puede que 'Paraíso' acabe convirtiéndose en un gran éxito para Movistar+, pero en términos artísticos es una de sus series originales menos conseguidas hasta la fecha. No hay nada en ella que funcione suficientemente bien como para enganchar al espectador, quedándose además un poco en tierra de nadie. Una propuesta así necesitaba un tono más desvergonzado e intentar que el factor español tuviera mucho más peso.
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2 comentarios
aletxu2k
Si hasta la BSO parece la misma…
mund2
Pues no entiendo bien eso del factor español. La serie está ambientada en Valencia y se nota un montón. Aparte de las localizaciones y la luz del mediterráneo, que está siempre presente (cosa que tiene en común con la gran peli La boda de Rosa), también se reflejan los tiempos. Las discotecas y la ruta del bacalao, también en discos de pueblos como es el caso de la Paraíso, los temas musicales, doy fe de que OBK sonaba mucho en las discos y disco pubs. No así Mecano, que en el 92 se separó, y que yo identifico más como grupo emblema de los 80, no de los 90. Pero bueno, si es una apuesta personal del director porque le molaba ese grupo, se puede pasar, aunque yo nunca fui fan. Luego el hecho de que no hay móviles, el estilo de la tele de esos años, que se ve en los programas de sucesos o el telediario; las cabinas, en general el diseño de producción en cuanto a mobiliario, coches, etc...Y el lenguaje de los chicos, puede que alguna frase esté algo forzada pero en general te lleva a esa época. Claro que es la España del 92, con la que se quería dar una imagen internacional con la Expo, las Olimpiadas, etc...Lejos del "tipical spanish" que ya veía como casposo y trasnochado. De eso precisamente se quería huir. ¿Se parece a Stranger Things o a Dark? Sí, en algunas cosas. Pero me parece atrevido que se haga una serie diferente a los típicos thrillers a los que la televisión en este país nos tiene acostumbradxs, o a las comedias costumbristas de tortilla de patata alrededor de la mesa del comedor familiar. Es una apuesta diferente y es un riesgo. Pero a mí no me ha aburrido ninguno de los tres capítulos, me ha dejado con ganas de saber más y les aplaudo la valentía de probar nuevos géneros.