Juzgar una Gala 0 de 'Operación Triunfo' es siempre algo complicado debido a que es un programa anómalo en cuanto a su dinámica. En realidad no demasiado pero sí que nos encontramos año tras año con una suerte de ensayo general de lo que veremos en las próximas semanas.
Tras poco más de un año de ausencia ('OT 2018' terminó justo antes de navidades de dicho año), Roberto Leal dio una emotiva bienvenida a 'OT 2019', en el sentido de que apeló a lo especial que ha sido este concurso tanto para él como para los que han pasado por ahí. Discurso reforzado por Nina, la directora de la Academia en las primeras ediciones y que en esta es jurado.
El que en 2019 no hubiese 'Operación Triunfo' fue una decisión bastante sabia. La apatía general (ya no solo de los concursantes) que reinó en la edición de 2018 indicaba que el concurso necesitaba respirar, reflexionar y ver en qué podrían mejorar.
Afinando asignaturas pendientes
Una de las grandes asignaturas pendientes de siempre del concurso es a nivel puramente televisivo. Son galas largas (la de anoche superó las tres horas) y dejaban bastante que desear tanto a nivel técnico como de ritmo, siendo increíblemente ágil a pesar de la duración.
'OT 2020' soluciona eso y le quita ese halo de karaoke trasnochado que solían tener sobre todo con sus primeras galas, siendo lo más trasnochado las voces de algunos de los concursantes que, aun teniendo seguridad en sí mismos, quedaron fuera de tono el minuto y poco de gloria que tienen en el escenario.
Ojo, que hay vozarrones auténticos. Pero ya sabemos que en los castings de este tipo de concurso no es lo único que importa (y a veces es demasiado secundario). Por lo general he notado un nivel bastante correcto, con apenas unos pocos desastres (Valery y su 'Titanium' fue un poco bochornoso)
Entre las presentaciones del casting una cosa rara (e incluso cruel) de la noche es el modo de comentar a los 30 finalistas si estarán o no en la Gala 0, o lo que es lo mismo, si participarán en el concurso. Ahí hemos tenido de todo: desde "mira el móvil a ver qué mensajes tienen" hasta el vídeo de los amigos que le dicen que "pa casa" pasando por, ¿por qué no? Álex Ubago.
Por otro lado el jurado, renovado, se ve bastante optimista y con pocas ganas (de momento) de causar polémicas. Es algo curioso porque este choque de generaciones hace que se valoren cosas como que tal concursante conozca a un cantante o una canción del año púm. Como si se hubiesen perdido todas las grabaciones del Moon River y solo se conserve una partitura manuscrita en Uppsala.
Hablando de canciones, pues nos hemos encontrado con cosas muy variadas... e incluso poco comerciales. Lo que ya no sé yo si esto tendrá demasiado recorrido a lo largo de esta edición.
Aires ¿suficientemente? renovados
A nivel general, 'OT 2020' ha llegado con aires renovados. El concurso está ahora en la disyuntiva del renovarse o morir... y de momento la audiencia ha sido bastante baja. Pero ya sabemos que eso no implica que vaya a tener menor seguimiento, ya que TVE ha encontrado en Internet, el canal 24 horas de Youtube y las redes sociales todo un filón.
La pregunta es si la audiencia va a tener paciencia con una edición que necesita redimirse de los pecados de la edición anterior. Los concursantes han venido aprendidos y ya no hay esa frescura e incluso inocencia de los primeros compases del programa.
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