Netflix lleva ya bastante tiempo apostando con fuerza por las producciones hechas fuera de Estados Unidos y las españolas brillan con fuerza en su catálogo, tanto por cantidad como por el interés de algunas de ellas. La próxima en llegar el viernes 28 de agosto será ‘Orígenes secretos’, una película adquirida -inicialmente iba a estrenarse en cines- con la que parece querer llegar a un tipo de público al que hasta ahora las producciones nacionales no habían prestado especial atención.
La primera toma de contacto de ‘Orígenes secretos’ con el público no fue muy acertada, ya que se lanzó una escena aprovechando la celebración del Día del Orgullo Friki que fue recibida con duras críticas. Desde entonces se han hecho las cosas mejor y seguro que Netflix ha conseguido despertar al menos la curiosidad de muchos espectadores. Os aviso que será mejor que mantegáis vuestras expectativas a un nivel razonable, ya que estamos ante una especie de cruce de 'Seven' con 'El protegido', añadiendo una sobrecarga de referencias frikis al estilo de los cómics de ‘Fanhunter’ -hasta vemos el peluche de uno de sus protagonistas en la tienda de cómics que aparece en la película-.
Un cóctel peculiar
Los superhéroes son una mina de oro o al menos esa sensación da, por lo que hay espacio tanto para producciones con gran presupuesto -en Netflix tenemos bien reciente el caso de ‘Proyecto Power’- como para otras más modestas como la que ahora nos ocupa. Tomando como base la novela original de David Galán Galindo, también director y coguionista de la película, ‘Orígenes secretos’ ofrece un cóctel que mezcla la aún hoy mejor película de Shyamalan, un fuerte componente cómico y una investigación que parece querer beber de ‘Seven’, aunque luego se parezca más a las producciones derivadas de ésta que a la magnífica película de David Fincher.
Sin embargo, lo que realmente define a ‘Orígenes secretos’ es su interés de conectar con el público friki, por lo que la película está repleta de referencias que sobre el papel podrían tener cierto ingenio, pero están ejecutados de tal forma que da la sensación de estar metidos de una forma un tanto forzada. Los actores hacen lo que está en su mano para que suenen naturales -ahí el que mejor parado sale es Brays Efe-, pero la tendencia es tal hacia la acumulación que uno ya simplemente se resigna a que vayan apareciendo a menudo y que molesten lo menos posible a la evolución de la historia.
Es verdad que el propio planteamiento del relato se presta a ello, pero lo que empieza con cierto encanto al descubrir cómo hay un asesino en serie acabando con sus víctimas siguiendo las historias de origen de famosos superhéroes como Hulk o Iron Man luego deviene en un intento de aligerar la carga dramática de los hechos a través del aluvión de referencias. Con la primera igual reaccionas de forma cómplice, pero llega un punto en el que te cansa, y es que simplemente a menudo no se las curran, las sueltan y ya está.
Por suerte, esto funciona en parte para que la parte de ‘Orígenes secretos’ que se apoya en Javier Rey como pez fuera del agua gane entereza. Al final es él el único personaje que evoluciona realmente a lo largo de la película, por lo que esas referencias sirven hasta cierto punto para motivar esa progresión. Al menos durante unos minutos, luego es cuando queda más claro todo lo que apuntaba más atrás sobre ellas.
Luces y sombras de ‘Orígenes secretos’
Por suerte, no todo el humor es ser una escopeta de referencias, porque también hay una galería se secundarios que no funciona en todos los casos -por ejemplo, la presencia de Carlos Areces únicamente puede valorarse como anecdótica-, pero hay alguna participación simpática como la de Leonardo Sbaraglia. No esperéis nada muy trabajado, ya que sigue la línea de la película, pero la secuencia en que conocemos a su personaje me parece una de las mejores de la película, tanto por su función como alivio dramático como por el hecho de que realmente hace avanzar la investigación.
De hecho, la naturalidad es mayor cuando Galán Galindo se centra en esa parte de ‘Orígenes secretos’, que es también cuando Rey demuestra ser capaz de soportar el peso dramático de la función. Además, la puesta en escena también parece más encaminada en esa dirección, aprovechando los medios técnicos a su disposición para otorgar a la película una buena factura técnica, jugando a ser un thriller al uso pero dándole un poco más de color. Ahí está bastante más inspirado que en el guion, cosa curiosa siendo el material original suyo.
Por lo demás, el personaje de Verónica Echegui resulta un tanto caótico, quedando reducida en sus primeras apariciones a aparecer con diversos disfraces para resaltar el ldo más excéntrico de su personaje y más tarde acaba reducida un poco al rol de interés romántico del protagonista. Una pena, pero lo que importa realmente es la dinámica de la pareja improbable que forma Rey con Efe y ahí la película sí que logra sostenerse pese a algún pequeño traspiés por el camino.
En resumidas cuentas
Lo mejor que puede decirse de ‘Orígenes secretos’ es que, con todas sus pegas, no te llegas a aburrir si aceptas entrar en el juego que te propone. Más allá de eso puede ser muy obvio en su faceta referencial y alternar cosas simpáticas con otras que seguramente sea mejor olvidar, pero puede valer para matar una tarde en la que quieres algo sin comerte la cabeza. Ya si quieres algo un poco más elaborado, mejor déjala de lado.
Puedes ver ‘Orígenes secretos’ en Netflix a partir del viernes 28 de agosto.
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