'Operación Napoleón' es el clásico thriller islandés con nazis y agentes de la CIA malvados que no se complica para entretener a su público

'Operación Napoleón' es el clásico thriller islandés con nazis y agentes de la CIA malvados que no se complica para entretener a su público

La adaptación de la novela de Arnaldur Indridason es como la clásica "peli de tarde". Ah, y sin Joaquin Phoenix por ningún lado

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Operacion Napoleon

Hace años, las novelillas de baja calidad y precio con apenas cien páginas de historias de espías, acción y amor se vendían como churros en las paradas de autobús y de tren. Nadie esperaba grandes cosas de un divertimento barato que cumplía con su función: que te evadieras durante un par de horas de viaje y jamás tuvieras que volver a pensar en una trama cuyo final sabías desde la primera línea.

'Operación Napoleón' es el equivalente cinematográfico a esas novelas: es fácil de ver, sí, pero no deja poso de ningún tipo. Dos horas de tu vida se han marchado y no sabrías decir ni lo que acabas de ver. Tiene su mérito.

A la caza del avión nazi

Sobre el papel, 'Operación Napoleón' lo tiene todo para triunfar, pero en realidad son los ingredientes que cualquier espectador aburrido pediría en una película de tarde en televisión: aviones nazis, agentes malvados de la CIA, amigos y enemigos que van uniéndose al grupo según lo requiere el guion, persecuciones en motonieve y la promesa de una secuela que jamás llegará.

Pero, en realidad, la película no sabe utilizarlos correctamente y parece que siente anemia en todas sus escenas, como si todas las buenas intenciones de crear una película de acción potente se hubieran ido disipando a lo largo del proceso de escritura de guion y rodaje.

Tiene un ritmo muy extraño, excesivamente lento, en el que las cosas pasan tan a trompicones que uno no puede evitar preguntarse en más de una ocasión si ha habido parte de la trama que se ha saltado de alguna manera. Los personajes llegan y se van de manera muy poco orgánica, los enemigos son de aquellos que disparan doscientas veces pero nunca aciertan y los héroes aguantan su aparente tensión sexual de una manera que solo otorgará bostezos del respetable.

Operation

Me gustaría decir que 'Operación Napoleón' esconde sorpresas tras sus bellos parajes nevados y sus personajes de una sola dimensión cuya única evolución es la marcada por un guion que no la justifica, pero lo cierto es que, como aquellas novelillas, sabes perfectamente cómo va a terminar en el mismo minuto que empieza.

Porque, en el fondom su modus operandi narrativo es el mismo que el de cualquier episodio de 'Rex, un policía diferente'. ¿Va a permanecer contigo toda la vida pegado a tu corazón? Por supuesto que no. ¿Te ayuda a pasar el rato? Más que de sobra. A veces no se necesita más.

Las aventuras continuarán

Si las dos horas de 'Operación Napoleón' hubieran estado resumidas en treinta minutos (y creedme, es una gesta más que posible), conformarían un primer acto decente de una película de aventuras que pretendiera imitar a Indiana Jones de manera un poco torpe.Sin embargo, incomprensiblemente, la cinta se corta justo cuando parece que la aventura real está a punto de empezar, en el inicio de un segundo acto que queda en coitus interruptus como larguísima antesala de una secuela que no creo que nadie vaya a pedir con mucha fiereza.

Y es una pena, porque el argumento en sí tiene potencial dentro de lo pulp, pero no es capaz de arrancar más allá del punto de partida: ni se entrega del todo a la aventura, ni consigue dar rienda suelta a su faceta romántica, ni se deja llevar por la mamarrachada de la propuesta, ni sus personajes tienen el más mínimo carisma.

Son dos bocetos de héroe y heroína cuyas acciones están sacadas del manual de guion más aburrido posible... Y no son capaz de ir más allá, hasta el punto en el que los supuestos giros de la trama están telegrafiados para el espectador.

Hay mucha gente que disfrutará de 'Operación Napoleón', por suerte. Puede que yo no haya acabado enamorado de la trama y sus personajes, pero sus responsables saben perfectamente lo que estaban haciendo: una película genérica que utiliza un material de partida popular (la novela original de Arnaldur Indridason) para desplegar un thriller clásico sin sorpresas, con una fotografía bonita y unos personajes que no pretenden -ni pueden- renovar ningún género ni se ven apoyados por un guion que tira del molino como puede y en el que los deus ex machina sin justificar son constantes.

Ya sabes que en la novelita de Danielle Steel la pareja protagonista acabará besándose y prometiéndose amor eterno. Eres perfectamente consciente de que en ese relatillo del Oeste los forajidos acabarán entre rejas y el sheriff vencerá una vez más. Y que en aquel libro pulp el detective sabrá que la femme fatale que le contrató era realmente la asesina de su marido.

Y, pese a todo, sigues leyendo porque a veces lo único que se necesita es un divertimento sencillo y vacío que llene el tiempo sin dejar ningún tipo de huella en nosotros. 'Operación Napoleón' es exactamente eso: una diversión de primera categoría para todos aquellos a los que les vale dejarse mecer por una trama resobada y unos personajes sin sorpresas bajo la manga.

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