Durante años esperamos la llegada de 'Jurassic World: Dominion', llegando a ser definida por el propio Colin Trevorrow como "la película que he estado esperando hacer". Parecía tenerlo todo a favor y a la hora de la verdad no ha entusiasmado precisamente a crítica o público. Claro que hay quien ha disfrutado mucho con ella, pero el sentimiento general ha sido la de una decepción más o menos pronunciada.
Cuidado con los spoilers de 'Jurassic World: Dominion' de aquí en adelante.
Por mi parte, lo principal que le pedía a la película es que hiciera real eso de un mundo jurásico y que la mayor parte de 'Jurassic World: Dominion' estuviera relacionado con los dinosaurios liándola en espacio abierto y con personas a su alrededor. A la hora de la verdad apenas hay unos minutos antes de que vuelven a apostar sobre seguro y centrarlo todo en un lugar muy concreto que provoca un giro casi hacia el cine de espías, pero siempre respetando las líneas maestras habituales de la saga.
Encadenando malas decisiones
Sin embargo, me estoy adelantando demasiado, ya que la película cae en varios vicios mucho antes de que quede totalmente claro que va a ser un simple más de lo mismo. Desde decisiones cuestionables como el hecho de jugar en exceso con la idea de que los velociraptores sean al mismo tiempo monos y letales como al hecho de que el regreso de los protagonistas de 'Parque Jurásico' solo sirve para recordarnos por qué todas sus secuelas no han estado a la altura de la joya del entretenimiento firmada por Steven Spielberg en 1993.
Lo más llamativo es que al respecto hay un breve momento muy ilustrativo en el que Ellie (Laura Dern) comenta que uno nunca se acostumbra a la existencia de dinosaurios y que sigue resultando fascinante cada vez que se cruza con uno de ellos. Eso es algo que dejaron de lado las secuelas y esta nueva trilogía solamente intentó recuperar de forma errónea con las mezclas de dinosaurios que parecían salidas de la mente de unos chavales flipándose a la hora de elegir cuál de todos ellos es el que mola más. Y todo para que luego esas creaciones acaben siendo dejadas rápidamente de lado y dejando claro que los originales son mejores.
Con todo, volver a ver juntos a Dern, Sam Neill y Jeff Godlblum sí que es una alegría, pero en muchos momentos da la sensación de que simplemente están ahí para que 'Jurassic World: Dominion' pueda decirlo. Su aportación se basa en la pura nostalgia, con algún que otro plano obviamente diseñado para que coincidan en pantalla con los protagonistas de la nueva trilogía, buscando así la creación de un momento icónico. Lástima que quede mucho ver viendo las imágenes de forma aislada que durante la propia película.
Además, 'Jurassic World: Dominion' también es la que más rebaja el lado más terrorífico de la saga. Eso ya había cotizado a la baja en las dos anteriores entregas, pero aquí la tensión brilla por su ausencia y nunca crees que exista un peligro real para ninguno de los protagonistas. Vale que haya bocas de dinosaurio amenazantes aquí y allá, pero estamos ante la aventura más blandita de toda la saga y aquí no hay valentía alguna para sacrificar a ningún personaje importante. Que igual en unos años vuelve a hacer falta su presencia.
La ley del mínimo esfuerzo
De hecho, esa rebajar todo al mínimo cómodo también afecta a los actores, en especial a un Chris Pratt aquí totalmente desprovisto de ese carisma pícaro por el que saltó a la fama con 'Guardianes de la Galaxia' y que, justo es reconocer, ya estaba suavizado en 'Jurassic World'. Y es que como héroe de acción puede ser más o menos cumplidor -ahí tenemos 'La guerra del mañana'-, pero lo que le hace destacar es introducir el humor -ojalá vuelva a hacer alguna comedia pura como lo era la sensacional serie 'Parks and Recreation'- en sus personajes o acaba siendo uno más.
Por lo demás, es cierto que 'Jurassic World: Dominion' funciona a modo de culminación para el retrato del capitalismo que ha hecho la saga, comenzando con un acercamiento más amable y utilizando al personaje de Richard Attenborough como gran cabeza visible, para luego ir destapando su lado más oscuro de forma paulatina. ¡Si en 'Jurassic World: El reino caído' hasta se podía comprar dinosaurios! Y demasiado baratos salían, la verdad.
Aquí incluso se coquetea con la idea de que el gran villano de la función sea una especie de sosías de Steve Jobs, pero pronto lo neutralizan para ser otro mero caso más de codicia. Y lo peor de todo es que por el camino terminan de destrozar a uno de los personajes más importantes de toda la saga. Me refiero a Henry Wu.
El personaje interpretado por BD Wong fue el gran nexo entre 'Parque Jurásico' y 'Jurassic World', hasta el punto de que en su momento se llegó a hablar de ella como una secuela directa del original. Tras mostrar su cara más ambiciosa y despreciable en las dos anteriores entregas, aquí se opta por un arco de redención extraño y totalmente fuera de lugar que parece más fruto de una necesidad narrativa que de algo que se justifique de forma medianamente convincente.
Mejor pasar página
Podría ponerle más pegas a la película como el mal encaje de DeWanda Wise dando vida a una especie de Indiana Jones femenina, lo rápido que se quitan de encima a otros personajes o la catástrofe que acaba siendo todo lo vinculado con la subtrama de clonación introducida en la anterior entrega, pero llega un punto en el que el único sentimiento que despierta la película es la desgana.
Tampoco es que sea un desastre, simplemente lo que debería haber sido el gran colofón acaba siendo un discreto pasatiempo de usar y tirar. Puede que intente disfrazarlo con ideas locas sobre el papel, que te saque alguna sonrisa aquí o allá y que Trevorrow no ruede nada mal -ahí tiene una de sus mejores bazas, pero luego no hay ninguna escena realmente memorable-, pero a la hora de la verdad está demasiado cerca de ser un espectáculo vacío y sin alma.
Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com
VER 28 Comentarios