‘Ofrenda a la tormenta’ es la película que cierre la Trilogía del Baztán, una de las producciones más ambiciosas del cine español reciente basada en las novelas de Dolores Redondo. Tras el éxito de ‘El guardián invisible’ se anunció que las dos siguientes se iban a rodar al mismo tiempo. Hace ya meses que pudimos ver ‘Legado en los huesos’ en nuestras salas más cercanas y ese era el plan con ‘Ofrenda a la tormenta’ hasta que estalló la crisis del coronavirus.
Inicialmente se pasó su estreno del 17 de marzo al 12 de junio, pero la entrada en escena de Netflix provocó que la película dirigida por Fernando González Molina llegase de forma directa a la plataforma de streaming. Personalmente, no disfruté demasiado con las dos anteriores entregas, aunque sí que ‘Legado en los huesos’ me pareció algo mejor conseguido que ‘El guardián invisible’, y la que ahora nos ocupa no va más allá de ser un digno final para la Trilogía del Baztán.
Cerrando el círculo
La película se está vendiendo como el cierre de los misterioso crímenes que han asolado el valle del Baztán, los cuales empezaron a ser investigados por la inspectora Amaia Salazar en ‘El guardián invisible’. Llegaba por tanto el momento de apostar de forma decidida por uno de los componentes de la historia, pues la franquicia siempre había coqueteado con un elemento fantástico que era lo que permitía que fuese algo más que un procedimental más o menos logrado con un acabado técnico muy por encima de la media en el cine español.
Aquí ese punto queda reducido a su mínima expresión en beneficio de una investigación encaminada a encontrar a los responsables detrás de una ola de crímenes que habían sido tratados como casos individuales o meros accidentes. El hecho de que las víctimas sean bebés es algo que siempre da una fuerza añadida, pero en el caso que nos ocupa era algo que nunca se terminaba de aprovechar al contar con unos guiones demasiado mecánicos, sobre todo en lo referente a los diálogos.
De esta forma, uno veía las anteriores entregas pensando siempre que en ningún caso se terminaba de aprovechar un material jugoso. En el caso de ‘Ofrenda a la tormenta’ no es que haya una mejora sustancial, pero al tener una línea argumental más clara y con un destino inevitable -no hace falta ser un lince para olerse a dónde va a llevar la investigación a su protagonista- se consigue que ese rigidez en los diálogos y en la construcción de los personajes resulte menos molesta.
Luces y sombras de ‘Ofrenda a la tormenta’
También ayuda estar ya familiarizado con el enfoque con el que aborda González Molina la película, es decir, con un toque afectado ligeramente deprimente que busca la intensidad por encima de todo. Esto aplica también a la problemática vida personal del personaje interpretado por Marta Etura, algo que podría haber conducido a un desastre en todos los frentes, pero que se resuelve de forma aceptable. Al menos le dan el peso necesario para que no se sienta como un añadido innecesario.
Ya desde ‘El guardián invisible’ se había incidido en los vínculos personales del caso, pero entonces era principalmente por la conflictiva relación con su madre, mientras que aquí es por el frágil momento que pasa la relación con el padre de su hijo. No hay nada especialmente estimulante en ello, pero sí añade otra capa a la protagonista que permite explicar mejor su obsesión en el caso y hasta dónde está dispuesta para zanjarlo todo.
Además, el hecho de tener que ir destapando de forma definitiva la verdad hace que todo fluya de forma más satisfactoria, incluso cuando se mete en arenas movedizas en las que podría haberse hundido fácilmente. Es cierto que el resto del reparto, quizá con la excepción de Leonardo Sbaraglia, se sienten más como piezas en la historia de Amaia que como personajes con entidad propia, pero al menos se les da un uso adecuado en lugar de estar ahí sin que uno sepa muy bien qué aportan.
En lo técnico, ‘Ofrenda a la tormenta’ está al nivel de sus predecesoras. Ahí era donde mejor lucían ‘El guardián invisible’ y ‘Legado en los huesos’, así que no es para nada una mala noticia. Me gusta sobre todo cómo se crea cierta aura de soledad alrededor de la protagonista en determinados momentos, lo cual permite a Etura profundizar en su registro más dramático con acierto.
En resumidas cuentas
‘Ofrenda a la tormenta’ no es ninguna maravilla, como tampoco lo eran sus dos predecesoras, pero al menos sabe cerrar de forma aceptable esta historia de Amaia Salazar. Dudo que los fans de ‘El guardián invisible’ y ‘Legado en los huesos’ acaben decepcionados con ella, y el resto ya saben un poco lo que hay por lo que sería mejor que no esperen una gran sorpresa que mejore lo visto hasta ahora.
Puedes ver 'Ofrenda a la tormenta' en Netflix a partir del 24 de julio.
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