Ayer se estrenó la sonada ‘Noche y día’ (‘Knight and Day’), que protagonizan Tom Cruise y Cameron Diaz en los papeles de un agente secreto y de una mecánica de coches antiguos que se ven envueltos en una trama de espionaje industrial. Dirige James Mangold y el reparto lo completan Jordi Mollà, Paul Dano, Viola Davis y Peter Sarsgaard.
Lo que destacaría de ‘Noche y día’ es que no se toma en serio a sí misma. Eso es lo que aparentaba el tráiler y eso es lo que me ha impulsado a verla. Y, sinceramente, es lo que la redime: si esta película tratase de ser algo más que una chorrada, fracasaría sin remedio. La única pretensión que tiene el film es la de entretener, pero considero que sus creadores podrían haberse decantado más claramente por la comedia y haber introducido más humor, ya que, tal como está, por poco serio que sea su tono, no se puede considerar humorística o al menos, no es tan graciosa como el avance podría prometer. Se encuentra, más que nada, en esa tierra de nadie en la que se percibe que en los cines hay personas que no se atreven a reírse, aunque haya cosas divertidas, ya que no saben si es lo que corresponde.
Esta ausencia de gravedad la denota el comportamiento de los personajes con respecto de lo que ocurre. Las respuestas que le da Cruise a Diaz son muy diferentes a las que estamos acostumbrados a escuchar de boca de un espía cinematográfico o televisivo. Su sonrisa constante y sus maneras amables nos presentan a un agente que va de buen rollo, aunque tenga que matar y poner en peligro su vida como el más pintado. El intérprete está perfecto para el personaje que, de alguna forma, podría considerarse una autoparodia, aunque nunca directa ni explícita. Cameron Diaz se integra con la misma facilidad en el tono del film, a pesar de no estar tan brillante como él.
Es curioso el juego que hace el autor con los puntos de vista. Durante la primera mitad, la protagonista es ella, a pesar de no ser la involucrada directamente en el entramado de espionaje. Si vemos los movimientos de Roy Miller, es decir, si presenciamos escenas de acción, es siempre desde su perspectiva, lo que implica que, si ella se las pierde, los espectadores también. Se trata de una opción difícil y arriesgada, pero que da un resultado singular, aunque es cierto que se aplica con un ligero grado de libertad.
En un ejemplo claro de McGuffin, Patrick O’Neill, guionista que debuta en cine con esta película, introduce un elemento que sirve para hacer avanzar a los protagonistas en lo que verdaderamente interesa: su historia personal y amorosa. Por ese motivo, que la forma de resolver el asunto se acerque al Deus Ex Machina carece de importancia , ya que el secuestro del chisme y de su creador son una mera excusa para todo lo demás. Los espectadores que busquen en este film ardides inteligentes, complicados engaños entre un bando y otro o giros ingeniosos que sorprendan con información no revelada, saldrán muy decepcionados.
Las persecuciones, tiros y explosiones, aunque están correctas, no son las mejores que se han visto. Los efectos especiales resultan justitos y ninguna de las acciones concretas es novedosa. En todo caso, su diferencia radica en el desenfado y la exageración con los que están compuestas que, de nuevo, contribuyen con ese tono casi cómico que domina el film.
Se ha hablado mucho de ‘Noche y día’ por la presencia de sus actores en España durante el rodaje en Cádiz y Sevilla de unas escenas de… atención: los San Fermines. No es que hayan filmado en estas localizaciones para fingir que las escenas transcurrían en Pamplona, no. En cuanto aparece la catedral, en pantalla se ve escrito “Sevilla, Spain”. Y allí se mezclan toros corriendo tras personas de blanco con pañuelos rojos con gigantes y cabezudos y algún elemento de folklore más. Parte del equipo de rodaje era español, así que seguro que les advirtieron de la inexactitud, por lo que más que un error, supongo que habrá que considerar este fallo como una decisión deliberada. Con haber acertado el país, se han quedado más que satisfechos.
Como conclusión, me quedo con lo que mencionaba en el arranque: ‘Noche y día’ se deja ver, siempre que no se tome en serio, ya que es justo lo que sus autores han hecho con ella. Está claro que no servirá para arreglar las listas que tratamos de confeccionar con lo mejor del año sin encontrar, por el momento, nada para incluir, pero sí puede valer para pasar un rato.
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