Culebrones, broncas en el rodaje, escupitajos en la presentación en Cannes y despidos polémicos, todo el circo tras la producción de ‘No te preocupes, querida’ (Don’t Worry Darling, 2022) apuntaba al desastre que muchos querían que fuese el paso de la comedia de ‘Super empollonas’ a la ciencia ficción y el terror de la directora y actriz Olivia Wilde, que ahora llega a HBO Max tras resultar mejor en la taquilla de lo que predecían los oráculos.
Lo cierto es que sí, el resultado puede no haber estado a la altura de lo que prometía su tráiler, o su reparto con Florence Pugh, pero hay episodios de ‘Black Mirror’ y películas de Shyamalan que se han defendido con sangre y sudor, por encima del bien y del mal, muchísimo peores que esta propuesta modesta, que resultó ser un buen título de fantástico comercial con raíces en la serie ‘The Twilight Zone’ —ay, si la hubiera dirigido Jordan Peele—, mucho más retorcido y perverso de lo que parece y nos han contado.
Por una parte, en las críticas a ‘No te preocupes, cariño’ se centran en aspectos argumentales, ya que en estos se reciclan viejos esquemas de misterio con giro que conocemos y son más o menos reconocibles, pero que no deberían distraer de su pertinente punto de partida. Da la impresión de que se juzgó su "revelación" por encima de todas las cosas, como algo predecible, pero la película transmite que Wilde es plenamente consciente de la experiencia previa del espectador, no hay ninguna ingenuidad en el planteamiento, sino que juega a favor.
Bastante más allá del feminismo de gran estudio
El misterio se ve venir, sí, pero no es exactamente lo que uno esperaba. Es un mix de muchas cosas familiares, pero le da un toque relevante y le da una vuelta a la idea de distopía feminista, más allá de que nos deje ver qué hay "algo" pero no exactamente el qué, lo que interesa aquí es como está construida la experiencia de los personajes en relación a lo que cuenta y, la verdad, no puede ser más pertinente. Como cualquier peli de twist genera rechazo, pero no se encuentra sentido a esa exageración, cuando es un producto más que digno.
Podría haber sido más espectacular, pero si ‘No te preocupes, querida’ se estrena como ‘San Junipero’, un episodio con el que el internet sobrerreaccionó por encima de todas las posibilidades, con otro nombre en dirección y la reacción habría sido distinta. De hecho, una vez la película alcanza toda su dimensión, cuando sabemos qué pasa en ese suburbio ideal, puede comprobarse que el juego de roles de género que plantea es mucho más complejo de lo que aparenta.
Porque, bajo su cubierta de otra ‘Las mujeres de Stepford’ moderna el trabajo de Wilde esconde una tesis continuista con lo que nos reveló ‘Magnolia’ hace 20 años en el personaje de Tom Cruise: los gurús de ligue, los “pick up artists” y toda la cultura de ayuda para ligar para hombres que pagan seminarios y van a convenciones, haciendo ricos a autoproclamados reyes de la seducción, que han ido evolucionando sencillamente en grupos de hombres compartiendo su reclamo de “derechos” sobre el sexo y las mujeres.
Paul Thomas Anderson lo planteó de una forma casi ingenua respecto a lo que ha llegado a ocurrir. Hoy hemos visto atentados de gente entrenada desde 2014, y los ataques inspirados en el movimiento incel en EE. UU. y Canadá han dejado decenas de muertas, con lo que incluso el Centro Nacional de Evaluación de Amenazas del Servicio Secreto ha empezado a elaborar informes. La ficción ha reflejado este movimiento en series como ‘Evil’ o ‘She-Hulk’, y lo hemos visto evolucionar en ‘The Batman’ (2022), en la que el Enigma no es más que un pequeño líder de un subforo de señores tristes tipo 4chan.
El organigrama de los resentidos
Por ello, ‘No te preocupes, querida’, más que una parábola feminista, es un corolario de un fenómeno muy actual cocinado en internet, otro análisis de la Norteamérica MRA (Men Rights Activists) organizada y, sobre todo, sobre las burbujas social media consentidas por los algoritmos, en las que el mundo que se presenta es una construcción que sucede realmente en el apartamento de al lado, una pesadilla escondida en servidores compartidos.
A este respecto, se habló tanto de la interpretación de Florence Pugh y de Harry Styles —que hace bien de lo que tiene que hacer, de tipo trágico y creepy que no es consciente de que lo es—, que se pasó por alto lo bien que está Chris Pine como reflejo hierático de todas las consignas forochaneras en clave dandy de los 60 (inspirado en Jordan Peterson). La escena de baile de Styles explica una cultura y estructura masculina muy concreta que Wilde analiza de forma certera a través de ese líder que expone a los aspirantes a humillaciones para probar su valía, su capacidad de “domar” a su mujer y su propia sumisión a la manada.
Esto deja ver que la directora está más interesada en un fenómeno social concreto, en sus aspectos de secta o de comportamiento gregario, relacionado con captación y sus métodos, que en la propia idea del sexismo implícito en todo el plan, que se da tan por hecho que está asimilado desde el primer minuto. Esto crea una dispersión del foco narrativo del conjunto y muchas de las cosas que parecen errores de montaje están perfectamente controladas y colocadas por una razón. Es caótica y confusa, pero es algo muy deliberado y volverla a ver con las cosas claras va a revelar detalles muy bien cableados.
El dilema de la pareja forzada
Por ejemplo, ‘No te preocupes, querida’ desconcierta cuando pone el peso en el matrimonio, y en el romance fallido, ampliando el dilema a dos personas y no solo al personaje de Pugh, presta una atención desmedida al de Styles en ocasiones, generando una dualidad que esconde un cuestionamiento de la pareja eterna como la película ‘Vivarium’, con lo que esta dualidad de atención crea un conflicto con la perspectiva en primera persona del personaje de Pugh, que no es capaz de encajar el plan perfecto de “si encima tu no tienes que trabajar, de qué te quejas” que le proponen.
El final, cuando sabemos que todo lo que ha ocurrido está en parte “programado”, podemos inferir que ella no solo es una narradora no fiable, sino que tenemos una herramienta para reinterpretar de forma muy perversa todo su recorrido, conforme entendemos quién es realmente y cómo ha llegado a serlo. No todas sus palabras son suyas, no todos sus actos son suyos. Realmente ella no existe como persona y su dilema es más que “escapar del complejo” sino encontrar qué o quién es de nuevo. Seguro que muchos pensaron que realmente era una IA asimilando su condición, a lo ‘Blade Runner’.
‘No te preocupes, querida’ incluso tiene escenas de terror muy potentes, aunque tengan una cubierta de ciencia ficción, esconden una ansiedad real, una asfixia que no puede salir que la conectan con películas del género “rape and revenge” que en otros casos vemos de forma literal, pero que en realidad no deja de ser una versión de ‘Hounds of Love’ (2016) llena de capas, una pesadilla con raíces en una realidad social que implica una misoginia organizada enmascarada con formato cool y convenciones a plena vista. De ahí el uso repetitivo hasta el absurdo de la música de los 60 como algo corrosivo.
Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com
VER 34 Comentarios