Los productores de Hollywood llevan ya bastantes años encantados con el cine de terror, ya que son películas con un coste bastante contenido y que, en la mayoría de los casos, generan beneficios. De hecho, no es nada raro que algunos títulos resulten rentables sólo con los ingresos cosechados durante su primer fin de semana, por lo que pronto empieza a hablarse de una posible secuela que sólo acaba mereciendo la pena en ocasiones muy puntuales.
‘No Respires’ ('Don't Breathe') es un buen ejemplo de ello, ya que su presupuesto asciende a 9,9 millones de dólares y sólo durante sus primeros tres días de exhibición en Estados Unidos ya amasó más de 26. El nuevo trabajo de Fede Álvarez ya es todo un éxito, pero lo realmente importante en el caso que nos ocupa es que también es una gran película de terror rodada con elegancia por el responsable del remake de ‘Posesión Infernal’ (‘The Evil Dead’) y que sólo flaquea justo al final.
Así es como hay que hacer las cosas
‘No Respires’ es una película sencilla y directa al grano. Por ello, las motivaciones de los protagonistas son bastante esenciales, pero es que el guion del propio Álvarez y su colaborador habitual Rodrigo Rodo Sayagues no necesita realmente más para convertir un robo aparentemente fácil en una pesadilla opresiva.
Por ello, durante los primeros minutos conocemos el modus operandi del trío de jóvenes criminales y cuáles son sus motivaciones sin entrar en ellas más allá de lo estrictamente necesario. Una vez establecidas las bases con bastante corrección -a ello ayuda el buen hacer de los actores-, llega el momento de entrar en materia y ahí es donde la puesta en escena de Álvarez comienza a brillar captando nuestra atención y dejando claras las reglas del juego.
Por lo pronto, Álvarez y Sayagues ya dejan bien claro que la casa del hombre ciego es casi una fortaleza, así que entrar a ella sin oposición ya es complicado. De esta forma, queda claro que salir lo será aún más sin tener que ir recurriendo a trucos baratos que puedan dañar la verosimilitud de la historia.
Una vez dentro, Álvarez apuesta por los travellings para que conozcamos la casa, siendo cierto que en algún momento se nota el truco, pero en el movimiento de la cámara hay una fluidez y elegancia que ya nos seduce. Es cierto que no llega a la maestría exhibida por James Wan hace poco en la excelente ‘Expediente Warren: El caso Enfield’ (‘The Conjuring 2’), pero sí demuestra un nivel impropio de este tipo de propuestas y que luego mantendrá a lo largo del resto del metraje, aunque, en líneas generales, de forma un poco más sutil.
De hecho, lo realmente llamativo a partir de entonces es cómo Álvarez va cerrando la imagen alrededor de los personajes a medida que los peligros aumentan, creando así una atmósfera claustrofóbica de lo más estimulante que ayuda a que uno siga aceptando lo que sucede, incluso algunos detalles que te llevan a plantearte ciertas preguntas que jamás serán resueltas. Sin embargo, dentro de la progresión del propio relato sí que encajan e incluso dan pie a situaciones retorcidas que elevan su efectividad como relato de terror.
’No Respires’, aterradora sencillez
Más allá de eso, es verdad que el guion plantea un escenario limitado, pero el detalle del hombre ciego es algo que se utiliza mucho más de por la fuerza visual que tiene, ya que también se aprovechan diversos elementos para incidir tanto en las fortalezas como las debilidades de su estado. Es cierto que hay alguna pequeña concesión que te hace pensar que si hubieran hecho tal cosa, quizá todo se habría resuelto, pero se apuesta por los visceral de entrada, justificando así que a veces se pueda reaccionar más por instinto que usando el cerebro.
Además, Stephen Lang realiza un trabajo impresionante como un hombre con serios problemas psicológicos -según avance el metraje iremos descubriendo más y más- que ya con su mera presencia impone respeto, pero es que el libreto también le da las armas para resultar implacable, sobre todo cuando echa mano de su impresionante fuerza física. ‘No Respires’ perdería enteros sin él, ya que es quien consigue que creamos que cualquier cosa puede suceder.
Alrededor de él, un trío de actores funcional que saben reflejar la angustia creciente que sufren sus personajes. La que más destaca es Jane Levy, en parte por tener un trasfondo algo más elaborado que nos permite entender mejor su motivación a la hora de tomar según qué decisiones, pero también por su propia interpretación, en especial en su lado más físico teniendo que mostrar el tormento que sufre, donde luce mucho mejor que, por ejemplo, un Dylan Minnette un poquito monótono en ese punto.
Tenemos entonces a un villano de categoría y a unas “víctimas” -no dejan de ser unos criminales- a la altura. Todo ello reflejado en pantalla con mucha solvencia por Álvarez a partir de un guion poco novedoso pero muy efectivo y que además da pie a un ritmo adecuado para que ‘No Respires’ jamás se alargue. ¿Qué falla entonces? Un epílogo totalmente innecesario con el que al menos no llevaron sus intenciones iniciales hasta sus últimas consecuencias, pero sí que mancha el resultado final al ser un pegote tras el verdadero cierre de la pesadilla que hemos vivido, en cuyo tramo final también hay algún detalle llamativo para mal.
En definitiva, ‘No Respires’ es una estupenda y muy entretenida película de terror en la que lo único que desentona es una concesión final que parece pensada para intentar estirar el chicle cuando ya ha dado de sí todo lo posible. Con todo, mejor eso que caer en el ridículo como sucede con la deficiente película de género reciente que está triunfando en taquilla, y es que hasta los aciertos de puesta en escena de David F. Sandberg en ‘Nunca apagues la luz’ (‘Lights Out’) se quedan en nada comparados con los de Álvarez aquí.
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